NOTA BENE:

Revista Internacional del Colegio Profesional de Antropólogos de Lima. Sede: New York.


sábado, 28 de agosto de 2010

Juan Ossio y el Ministerio de Cultura



La noticia ha volado muy rápidamente: Juan Ossio Acuña es el nuevo Ministro de Cultura. Aún no hemos visto la noticia oficial, pero ya los periódicos la publican como un hecho y en internet la noticia se ha esparcido a la velocidad del rayo. Como quiera que sea, la noticia nos resulta sumamente sugestiva y hablaremos en la línea que está ya circulando aunque después pudiera ser que las cosas salen siendo de otra manera.
No podemos negar que esta noticia nos sorprende… aunque también nos hace pensar que era algo natural que eso ocurriera. Ossio ha estado muy cerca de los gobernantes peruanos en los últimos tiempos. Su actividad ha sido controvertida y no siempre aceptada por los sectores a quienes ahora debe acercarse.
Pero sus ideas, esto es evidente, están bastante cercanas a las de Alan García, el Presidente de la República, y eso hace que sea natural su nombramiento.
Juan Ossio no es un antropólogo improvisado. Lo hemos conocido cuando estudiábamos en la Pontificia Universidad Católica del Perú una maestría en Antropología, pues fue nuestro maestro. Ossio es alguien muy asequible y colaborador. Jamás se mostró como sectario. Siempre está buscando comprender lo que sucede a su alrededor. Aunque las conclusiones que extrae de sus observaciones no las escriba como a otros les gustaría, pero podemos darnos –a la distancia- cuenta de lo que guiaba –o parecía guiar- su actuar, porque con él hemos conversado sobre eso, entre otras cosas, y al darnos consejos sobre lo que teníamos que hacer en esta o aquella situación, salían sus criterios cristalinamente.
Con Juan Ossio Acuña se puede conversar... o se podía conversar, aunque no podemos saber cómo ha evolucionado porque durante muchísimos años lo dejamos de ver. Pero nunca tuvimos de él la impresión de ser intolerante.
Y nosotros lo conocimos en la PUCP en situaciones en que otros seguramente no habrán tenido oportunidad. Estuvimos frente a él en circunstancias que en las que podría haber reaccionado en contra de nosotros muy virulentamente por razones que ahora no vale la pena recordar, pero que ni yo tenía nada que ver con eso ni él lo sabía, estamos seguros.
Había otra persona –cuyo nombre no quiero recordar aunque lo recuerde- que sí se portó muy virulentamente ante mi gran sorpresa, y estuvo así porque se pensó agredido por nosotros en unas circunstancias que yo ignoraba completamente, a pesar del tiempo transcurrido de esos acontecimientos y supuestamente al menos debía conocerlos y todo lo ignoraba. Cuando me enteré de lo que había pasado, comprendí esa manera de actuar.
Ossio podía haber reaccionado de la misma manera, estaba en su derecho sentirse herido y podía haberme causado muchos problemas. Y no solamente no lo hizo, sino que me trató muy bien, dadas las condiciones supuestas en que nos encontrábamos, digo lo que supuestamente en el pasado había hecho personas de donde yo procedía estudiantilmente.
La otra persona también llegó a tratarme muy bien. Lo curioso es que mientras los traté en la PUCP no llegué a saber qué había pasado. Eso ya no importa, solamente importa para hacer comprender que Ossio no se guía por intereses que no comprende y con los que no está claramente de acuerdo. Es así como yo lo recuerdo.
Que Juan Ossio siempre ha tenido sus criterios bien firmes y definidos, es algo que nadie puede negar. Pueden no ser parecidos a los nuestros pero eso no tiene importancia para el caso. Tendrá importancia cuando se trata de polemizar, no lo negamos. En la línea de reflexión que llevamos, mucho menos se ha de considerar que Ossio es alguien que pueda ser cogido de improviso en alguna cosa. El es una persona que tiene mucho ojo: sabe hacia dónde tiene que ir. No es la dirección que llevamos nosotros, eso es evidente, pero no es un incapaz. Para un cargo como el suyo no se requiere conocerlo todo, porque para eso están los asesores. Si alguien tuviera que conocerlo todo para asumir algún cargo, difícilmente habría quien lo asumiría, esto es seguro.
Lo que llevamos dicho no nos permite dejar de ver que va a ser bien difícil su actuación, su situación, en este Ministerio donde Ossio se inaugura como Ministro. Lo cierto es que Juan Ossio comienza con pocas expectativas de algunos de los sectores con quienes debe trabajar. Pero si algo se le tiene que reconocer, es que él es muy hábil y tiene conocimientos que puede manejar para fundamentar su posición. Cuando uno ve a Ossio intervenir en televisión en algún programa de psicoanálisis y lo escucha hablar personalmente (y no estamos refiriéndonos a las clases), podrá nítidamente darse cuenta de la calidad intelectual de Juan Ossio Acuña. Repetimos que esto no quiere decir que deba estar de acuerdo con nosotros. La discrepancia es quizás uno de los medios más claros y nítidos para juzgar a una persona y su calidad y sus bondades.
No creemos que a Juan Ossio se le pueda juzgar solamente por lo que hasta ahora se ha conocido de él, con todos los enfrentamientos en que se ha visto involucrado, incluido el mismo informe Uchuraccay de Mario Vargas Llosa. Los libros de Juan Ossio Acuña muestran mucha versatilidad en el manejo de los conocimientos que expone.
¿Qué importancia puede tener el hecho de que Ossio se haya dedicado con tanta pasión e intensidad al estudio de la obra de Guamán Poma de Ayala? Esta dedicación lo acerca a los sectores más marginados, pero no necesariamente le permite conocer o -mejor- no le permite acercarse a la diversidad de características que tienen las poblaciones con las que debe trabajar. Es de destacar que Juan Ossio no se mueve por simples dicterios sentimentales ni tampoco por dicterios económicos exclusivamente. No se puede negar que muchos factores juegan en sus acciones, en sus decisiones, en sus pensamientos. Ossio está muy lejos de ser un ignorante, como algunos han dejado deslizarse de manera indirecta (sin que algunos de ellos lo hayan querido decir, por supuesto, eso también se comprende).
El accionar de Ossio muestra que ha estado siempre cerca de los gobiernos de turno, lo que lo aleja de los sectores populares (aunque no necesariamente de manera tan radical como ciertas personas estarían dispuestas a pensar), según podemos colegir por las declaraciones que han salido a luz ahora.
¿Qué hará Juan Ossio para solucionar los candentes problemas con los que tendrá que lidiar? Si se le ha escogido precisamente a él, entre muchos otros candidatos, es ante todo porque existen poderosas razones que lo acercan al Presidente Alan García y porque Ossio está dispuesto a aplicar los criterios generales que dirigen la política del Presidente. Eso es algo que no se puede dudar. Llámesele coincidencia o sumisión, como quiera que sea que se le diga, Ossio es más autónomo en sus ideas de lo que pareciera. El sabe por qué dice esto o aquello, sabe lo que busca y el hecho de que esté ideáticamente lejano de nuestros criterios no lo hace menos digno de respeto.
Por supuesto que las declaraciones que ha hecho acerca de las muy frecuentes reuniones que ha estado teniendo con el Presidente Alan García, nos permiten apreciar que su participación en la política del gobierno hacia los sectores indígenas ha sido muy activa y seguramente ha tenido una injerencia esencial en los vaivenes que está dando el gobierno en lo relacionado a la ley de consulta previa a los pueblos indígenas. Junto con otros prestigiosos antropólogos –Jürgen Golte por ejemplo- que han declarado abiertamente puntos de vista que el gobierno ha hecho suyos y expuesto.
La gestión de Juan Ossio Acuña como Ministro de Cultura va a ser sumamente difícil. Tendrá que tratar con un sector que está en plena combustión, aunque parezca calmarse por momentos y pudiera dar la impresión de que hoy día está inactivo.
No hace mucho Ossio ha declarado que cultura es comunicación. Es su criterio, y sobre eso no hay nada que discutir. Quien conoce algo de la evolución de la idea de cultura se dará cuenta que es natural que tratemos las cosas de este modo. No estamos de acuerdo con su criterio, pero lo respetamos. Este respeto es esencial para poder intercambiar puntos de vista y hasta para toda confrontación. Este es el criterio con que Ossio presuntamente trabajará en el Ministerio de Cultura. Lo ha declarado cuando él ya ha debido conocer su nombramiento como Ministro de Cultura.
Ya la ley misma admite tantas concepciones de cultura diferentes que pareciera que Juan Ossio podría perderse en todas ellas, como sucedería con cualquier otra persona. Si el reglamento no define claramente la idea de cultura, todos nos perderemos en este Ministerio de una “cultura” que nadie sabe cuál es en medio de las centenares de definiciones que se han utilizado desde el siglo XIX.
Lamentablemente las ideas de Juan Ossio Acuña pueden ir por caminos muy diversos de la comunicación que espera tener porque sus criterios divergen demasiado de la que caracterizan a los sectores con los que tendrá que trabajar y cuya combustión está a flor de piel especialmente desde el Baguazo de junio de 2009.
El enfrentamiento entre los sectores indígenas y el gobierno es frontal, aunque las apariencias digan lo contrario. El gobierno, a quien Juan Ossio representa ya, está en el centro del descontento y será muy difícil solucionar ese punto con las ideas que ha expuesto... expuesto cuando menos en declaraciones periodísticas.

En seguida van algunos textos que nos servirán para conocer algo más sobre el tema.



http://www.scribd.com/full/36590650?access_key=key-285806b9q23i87l5c4rn


Juan Ossio, Ministro de Cultura

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East Elmhurst, New York, United States

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