Como siempre yo camino por los senderos bifurcados de la memoria que no requieren mayor esfuerzo que vivir el instante en que se encuentra uno desatando los ovillos seniles del olvido… Las palabras que no pronuncio van saliendo a borbotones de mis labios cerrados, y encuentro que todo es incomprensible en un mundo donde la realidad se esconde agazapada entre los zarzales de la esperanza presente y el dolor jamás ausente, pero no desatada y es ese el instante en que quisiera ser de decisiones instintivas pero acertadas, justo como lo era Alejandro Magno, para desatar el nudo gordiano que acogota nuestras vidas cuando menos lo pensamos… Caminar requiere paciencia porque desplazarse por la vida no es tanto un problema de conocimiento sino que precisa decidirse a dar el primer paso, aunque requiere también de la confianza de saber que se ha de llegar aunque uno no sepa bien a dónde ni cuándo… Hoy es un día hermoso de sol plenamente presente, el frio no es tan agudo como en otros días y hay una conferencia más tarde, en esta biblioteca, que me ha llamado la atención y ya que estoy aquí pues asistiré… Hoy es un día en que el sol brilla esplendorosamente, y mi mente se centra sólo en tu imagen que se va perdiendo en los rincones clamorosos del olvido ancestral que se encierra en nuestro pecho. A veces, sabiendo que no estás, te veo caminar por estas calles por donde deambulo diariamente. Sé perfectamente que no estás en los lugares por donde me camino cotidianamente, pero veo tu cuerpo de sirena desplazarse armoniosamente por donde voy, y siempre me doy con la sorpresa, esperada mas siempre desconocida, de que no estás, no estás donde espero verte llegar con la mente despejada y llena de sueños armoniosos que surgen de un presente más perfecto que el futuro que nos espera…. Mi mente me está jugando malas pasadas, porque preferiría tenerte a mi lado y no simplemente imaginarte sin poder saber quién eres ni dónde te encuentras, pero estás presente porque eres una idealización más, forjada en mis instantes de soledad contenida en medio del gentío que me ve pasar sin darse siquiera cuenta de que existo... ¿Cuándo estaremos los dos juntos jugando a la realidad que no buscamos, que no existe? Mis manos se entrelazan en ese tu cabello que no puedo imaginarme cómo es y me cohíbo solamente de pensar que estoy tocándote sin siquiera saber si existes más allá de mi propia imaginación. Los días pasan persiguiéndote eternamente. Y veo tu rostro sonriéndole a la mañana, inclusive cuando ha llegado la tarde. ¿Locura? Si, esas son simplemente locuras mías, lo sé muy bien... En ocasiones no espero ya nada de la vida... Todo se ha ido alejando, hasta tu imagen, que ronda mi mente obsesionada por la desesperación de no ser lo que se anhela ser y que rehúye eternamente ser lo que ya es. Al final, me doy cuenta que aunque te veo a cada instante nítidamente dibujada en tu sonrisa, en tu imagen de sirena cantarina, no sé si te conozco o solamente te he inventado para no estar solo. Reconozco que yo no estaría con una mujer que no me ame. No puedo forzar a la fémina que me rehúye, aunque ¿si no existe la dama de mis pensamientos cómo habría de huir de mis sentimientos?… ¿Y alguna vez sabré acaso por qué te escribo tanto a ti que nunca te encuentras donde estoy ni donde no estoy tampoco? Yo no me atrevo a buscarte porque creo haber visto que el miedo se adueña de tu rostro, inventado por mi imaginación afiebrada, cuando da la impresión de que estaríamos solos. Y como como conozco bien que ese temor te impedirá a ti acercarte a mí si no es rodeada del gentío inexistente que te rodea siempre, yo sé perfectamente que todo se ha de ir esfumando en las garras de la nada. Quizás tú eres benigna al no responderme porque te apiadas de este corazón que te ama y a quien seguramente tú no ames, pero ¿acaso sabes que yo existo? ¡Si tan sólo me dijeras que no te escriba más…! Entonces yo sabría a qué atenerme y podría dar una media vuelta para alejarme de donde no estoy, para no molestarte más con estos mensajes que semejan ya una atrocidad desvencijada. Pero no puedes decirme nada porque has sido inventada por mi imaginación afiebrada y solamente dirás lo que yo quiera que digas y reconozco que es esa la razón por la cual prefieres callar… Hace ya varios días estuvo nevando muy pesadamente en New York y los copos de nieve jugaban atrevidamente con el viento mientras iban cabalgando en sus caballos blanquecinos, yo miraba quedamente desde mi ventana tratando de distinguir tu imagen caminando hacia mí, pero sé bien que no podías venir a mí porque solamente existes en mi mente y yo no quiero que estés donde no lo deseas... Hoy no hace mucho frío y el sol ha salido nuevamente a alumbrar nuestras vidas con la alegría que solamente él sabe impregnar a este invierno que nos atrapa entre sus dientes helados… Al venir caminando por las calles vacías de nieve y hielo, he estado pensando en llegar y en saber qué es lo que habría de escribirte, porque tú sigues llenando mi mente con tu adorable imagen inexistente. No te veo ya donde solía verte jugueteando con mis sueños, y me pregunto cuándo ha de ser que vuelva a contemplar tu rostro pletórico de alegría, impregnando el espacio donde te mueves con tu sonrisa tierna y tu mirada cálida. El tiempo sigue pasando sin saber cuándo has de ser mía a pesar de que te poseo eternamente ¿no ves que soy yo quien te inventó? pero creo que todo eso me corroe malamente... Tú no puedes ser de nadie, porque eres libre, muy libre, incluso cuando te encuentras profundamente enamorada eres libre, sin ataduras, y lo eres porque yo soy el que te ha inventado y por eso soy también quien declara tu libertad porque ese es tu deseo más íntimo... Un día quizás encuentre a una chica que también me ame como yo te amo a ti, y que pueda ser correspondida por mí como tú no me correspondes. Ahora solamente especulo con lo que pueda pasar en el futuro, dado el presente que me agobia. Mientras tanto eres tú, solamente tú, quien ocupa mis más tiernos pensamientos sabiendo perfectamente que no existes, que nunca has existido, que jamás existirás... sin mí.
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