NOTA BENE:

Revista Internacional del Colegio Profesional de Antropólogos de Lima. Sede: New York.


sábado, 22 de septiembre de 2018

El indio y los partidos políticos en el escenario peruano (1950 – 2000)


Lucía Alicia Jiménez Hermoza   

Informe final de investigación 2016

Instituto de investigación

Facultad de Humanidades

Universidad Nacional Federico Villarreal

 

Resumen



El siglo XX es inaugurado con violencia social desde el campo rural cuyos actores importantes son los indios comuneros teniendo como la trama, la lucha por la tierra. Desde entonces, los indios no eran considerados por el Estado oficial como ciudadanos, menos aún podían ser parte del proyecto de los partidos políticos en cuyo discurso de democracia el indio está ausente.

A través del método inductivo y deductivo logramos, no solo analizar la realidad de la sociedad peruana, sino que también y pudimos contrastar, en el tiempo, el pensamiento y las posiciones asumidas por los actores principales. No le faltó razón a J.C. Mariátegui al tipificar a la sociedad peruana de feudal-esclavista y colonial. La semi-feudalidad del campo, permitió la marginalidad social, económica, educativa y cultural del indio. 

Uno de los resultados es el que los partidos políticos de izquierda y de derecha no representan en absoluto la cosmovisión del indio, menos aún el socialismo occidental. Otro es el socialismo en la indianidad, que refleja fielmente sus tradiciones milenarias de  respeto a la vida en todas sus formas, considerándose que a la naturaleza se la cuida y no se la depreda vilmente. 

Por tal razón, una de las conclusiones es, en el discurso político de la indianidad, lo expuesto respecto a nuevas organizaciones políticas que realmente los representen. No es posible constituir nuevos partidos políticos en el presente por lo engorroso y por las trabas que impone la ley de partidos. Otra vez los marginan  políticamente, por ello las luchas del indio son por la dignidad.

Palabras claves: indio, partido político, indianidad       

 


Abstract

Indians and political parties in the national scenery from 1950 to 2000

The twentieth century is inaugurated with social violence from the rural fields whose important actors are Indians Communities, whose weave is the fighting for their land. Since then, Indians weren´t considered by the state as citizens, much less as part of the project of political parties in whose reasoning of democracy Indian people are absent. 

Throughout the inductive and deductive methods which permitted the analysis of the Peruvian society and also contrasting it in time, getting in account the different ways of thinking and assumed positions by its main actors. There is not a lack of reason for J.C. Mariátegui´s classification of the Peruvian society as feudal-slavish and colonialist. Semi feudalism in the fields permitted not only social, economic and educational marginality but also the cultural marginalization of Indian people.

For that reason, one of the conclusions in the political discourse of Indianity is the one exposed. The left and right wing political parties do not represent the Indian Cosmovision, much less than occidental socialism. Indian socialism is different, Indian Cosmovision reflects its millenary traditions of respect to all forms of life loyally, Indian thinks that nature is not for being destroyed, but for being taken care of.

The political discourse of Indianity, proposes new political organizations that really represent them.  It isn´t possible to reform the old parties because of the complicated claspment which the laws of political parties impose. There is, once more, a marginalization of Indian people, and that is the reason why they are fighting for their dignity.

Key words: Indian, political party, Indianity.        

 


Introducción

Las investigaciones acerca de las posiciones políticas desde el indigenismo e indianismo sobre el indio y su participación en los partidos políticos es muy reciente, las más  proliferas devienen de las fuentes bibliográficas para el caso boliviano. Del Perú se ha rastreado la información desde la vertiente de los discursos políticos de los movimientos campesinos anterior a la década de 1950.

En las décadas iniciales de siglo XX, el discurso político estaba centrado en la lucha por la tierra, pero ningún partido político de esos años tomaba bandera por la causa india. Ningún partido político de izquierda y menos aún de derecha. No es sino hasta la reforma agraria del gobierno militar del general Juan Velasco A., con la ley N. 17716,en que se reivindica la propiedad agraria y su posesión por las comunidades campesinas y campesinos pobres, desapareciendo entonces la figura del gamonalismo, otrora conspicuo miembro de la oligarquía banquera y latifundista. Es entonces, con la Ley de Reforma Agraria, que los trabajadores agrícolas llegan a convertirse en los dueños del Perú.

Es posterior a la década de los 50 hasta los 2000, o sea, iniciándose ya el siglo XXI, que con mayor fuerza y orgánicamente organizados los indios, proclaman su participación en los partidos políticos, o bien intentan formar sus propios partidos políticos. 

Como nunca antes, hoy la sociedad peruana se siente abrumada, por la corrupción, el robo y el saqueo de sus recursos naturales, los partidos políticos llamados tradicionales que están  representados en el Congreso de la República, se han elaborado una ley de partidos, muy engorrosa, no transparente y por lo tanto no aplicable a que surjan nuevos partidos desde el seno del pueblo mismo, y menos aún desde los indios. Por la falta de recursos económicos y de legalidades engorrosas para cumplirlos.

En este escenario, las demandas de parte de las organizaciones indígenas de participar en la escena política nacional, teniendo como programa de lucha sus propias reivindicaciones es cada vez mayor. Más aún el de ser ciudadanos con todos los derechos desde el Estado oficial.

Así devenidos de las primeras décadas del siglo XX, la tendencia entre algunos intelectuales indigenistas, posturas políticas en pro de los derechos de los indios, desde los que no son  indios, enfrentan su posición ante los partidos políticos tradicionales sobre todo desde la derecha, conformados por oligarcas y latifundistas, lo que viene a ser  los primeros discursos políticos en pro del indio, a sus derechos negados.

Por ello con razón J.C. Mariátegui tipificó a la sociedad peruana de feudal – esclavista y colonial. Esa semifeudalidad del indio en el campo impidió que no se crearan partidos políticos desde los indios mismos. “Del amauta se recupera el diagnóstico sobre la impotencia de los elementos mestizos para asumir la conducción de una revolución democrática-burguesa que enfrente a la oligarquía y construya una nación mestiza que incluya a los indios.” (Escarza, 2012:p.126).   Diagnóstico todavía vigente que refleja cómo es la estructura y los programas de los partidos políticos.

Por esas décadas (1919-1930), la dictadura civil de Augusto B. Leguía: ”Fue un escenario social y político violento; etapa en la que se suscitaron movimientos    campesinos y obreros orientados por ideas radicales de los anarquistas, apristas y comunistas que convulsionaron todo el país, que tuvo como trasfondo, los efectos de la crisis del capitalismo de 1929, conocido también como el “Jueves negro” que afectó a la Bolsa de Valores de Nueva York y a la economía mundial, paralizando las obras públicas y privadas, ocasionando el desconcierto social y la desocupación laboral”. (Kapsoli, 2015:p.1).

Efectivamente, el indio fue participante importante de los movimientos campesinos en los Andes, pero también fue un gran ausente en los partidos políticos.

“Haya y Mariátegui acertaron en el diagnóstico del gran drama peruano, pero pecaron en la aplicación terapéutica. Se fueron demasiado lejos; el uno hacia Rusia y el otro a los países escandinavos. Vieron el mal y por acomplejamiento, o por desprecio, buscaron la solución en occidente; y fue su error, su grave equivocación. Los aciertos soviéticos y los logros en Escandinavia, son demasiado propios; pertenecen a otras latitudes, poseen otra idiosincrasia y otras perspectivas.” (Carnero, 1979; p. 9).

 Por tal razón los partidos políticos están lejos de la realidad del indio y de su cosmovisión, por tal razón también fracasan los llamados proyectos nacionales.

Así, sin mayores cambios sociales transcurre la sociedad peruana a lo largo del siglo XX. Para  comienzos del siglo XXI o 2000, el indio comunero y el nativo amazónico siguieron con sus luchas sociales y enfrentándose a la violencia social ejercida desde el Estado vía los gobiernos de turno. Pero con el agravante de tener que enfrentarse en nuevo escenario político de dominación mundial, el neoliberalismo o globalización, que amenaza su vida y su identidad cultural.

La indianidad para las décadas de 1950 al 2000, daba muestras de politización institucional, pero sin involucrarse con los partidos políticos existentes debido a la desconfianza en ellos. Su lema de lucha ya no es sólo por la tierra, sino también por sus dignidades y el respeto a sus identidades culturales frente a la arremetida del plan globalizante del neoliberalismo. “Del principio de reciprocidad, solidaridad de los grupos étnicos en el Perú puede partir también una redefinición del ideal de justicia.” (Montoya, 1997:p. 104). Y con ello se viene interpretando y recreando un socialismo desde la indianidad bajo el principio de la hermandad para tomar el poder político, según los postulados del CISA.

Desde la década de los 80 hasta el presente se vienen consolidando sus organizaciones en miras a participar políticamente, así en el caso boliviano tenemos: 

      “MITKA es el organismo indio de lucha política más organizado y avanzado de kollasuyo (Bolivia). Desde su nacimiento en el Congreso de la ciudad de Las Piedras (1978), hasta nuestros días, nuestra organización ha tratado de responder a las expectativas de nuestro pueblo… pero somos conscientes de nuestros errores y deficiencias. En todo caso estamos seguros que el futuro del pueblo indio pasa por la edificación de sus propios organismos.”  (Partido Indio. 1984: p. 1). El MITKA es integrante del CISA (Consejo Indio de Sudamérica), cuya versión peruana se crea en 1982 en Ollantaytambo,

La indianidad para las décadas de 1950 al 2000, daba muestras de politización institucional, pero sin involucrarse con partidos políticos existentes, por la lógica desconfianza. Su lema de lucha o bandera de combate deja de ser sólo la tierra para sumar la lucha por sus dignidades.

      “El indianismo, término asumido por Fausto Reinaga para nombrar su doctrina, es el discurso y el proyecto político indio de transformación de las condiciones de opresión y explotación vigentes sobre la mayoría india de Bolivia por parte de las élites blancas y mestizas. Afirma el papel protagónico de los indios en la historia boliviana, y su capacidad para luchar por sus propias reivindicaciones y bajo su propio programa, liderazgos y organizaciones. Es el proyecto que sienta las bases para la constitución del indio como sujeto políticamente autónomo.”  (Escárzaga, 2015: p.37).  Efectivamente, punto de análisis coincidente para el caso indígena sobre todo del Perú.  

Así antes del siglo XX como a lo largo del mismo, la indianidad presenta un alto índice de analfabetismo, panorama que no ha cambiado, siendo muy tardía la oficialización de las lenguas maternas como el quechua, aymara y las nativas amazónicas. Por otro lado la discriminación racial y cultural es aún vigente, por consiguiente es vigente la discriminación política, a pesar de los derechos ciudadanos consagrados en la Constitución, que, n la práctica o en la realidad, es letra muerta.  

 


Método

La investigación conjuga lo inductivo y deductivo para objetivar el accionar de la sociedad peruana. También el método analítico para contrastar los escenarios peruano y boliviano en el tiempo. Y poder comprender el pensamiento y posturas que asumen los indios sean quechuas, aymaras o también los amazónicos, frente a sus derechos negados, como ser actores directos en el partidismo político.

El método comparado que se emplea desde la Antropología Social permite relacionar sociedades en tiempos diferenciados, y poder interpretar las relaciones sociopolíticas de los movimientos indígenas.

De las técnicas

El trabajo tradicional muy efectivo es del empleo de las fichas de lecturas, lo que nos permite mayor agilidad sea para el ordenamiento de los datos como de las ideas y para dar mayor agilidad al vaciado de los mismos. Para consensuar al momento del cruce de la información que permite la redacción correspondiente.

Materiales  empleados

Empleamos testimonios orales de actores políticos contemporáneos: Virgilio Roel P., Guillermo Carnero H., Carlos Milla, Salvador Palomino, entre otros, como también de la responsable del proyecto. 

Fuentes impresas diversas acerca de acontecimientos políticos publicados en fuentes locales y regionales. Publicaciones especializadas de los movimientos indígenas: Rev. “Pueblo Indio”, separatas del CISA-Perú. Trabajos publicados de Salvador Palomino como secretario del CISA-Perú. 

Procedimiento

- Se ha recurrido a obras de la historia política social e ideológica del siglo XX, con la ayuda de fuentes escritas. Procediendo a revisarlos, analizarlos en sus contenidos y contrastando con los datos.

- Los datos recogidos en los archivos de los partidos políticos como en el de las nuevas organizaciones indígenas de nuestro medio, se contrastaron, con los protagonistas contemporáneos.

- De esta forma, el método comparado de la antropología social nos permitió realizar análisis del pensar del indio y las ideologías y posturas de los partidos políticos.

 


Resultados

1- De los discursos políticos de la indianidad, se reivindica el término indio para designar a la población originaria y se rechaza el de indígena, que deriva del indigenismo, o el de campesino, impuesto, por la reforma agraria. Tanto la de 1953 como la de Velasco Alvarado. Lo que contradice el discurso vacío de los partidos políticos de corte occidental en relación al indio.

2- De las luchas y de las prácticas políticas de la indianidad, se ha creado el organismo internacional sudamericano CISA (Consejo Indio de Sudamérica) con participación oficial en la ONU (Organización de Naciones Unidas). Donde el indio no es visto como categoría económica (campesino), y desde allí luchan por sus derechos negados de ciudadanos.

3 - Así mismo sus luchas ya no son simplemente por la tierra sino que también por sus dignidades. Una lucha de plena democracia.

“Burgueses y feudales se disputaron con creciente violencia la posesión del poder político. Liberales y conservadores intentaron sin lograrlo, darle un contenido ideológico a esa lucha. Carentes de verdadero arraigo entre las masas, adoptaron a las fuerzas armadas como el gran elector.” (Barcelli, 1987: p.261). Lo que evidencia fuerte oposición y represión de los movimientos campesinos indígenas, del siglo XX, hasta ser considerada una categoría histórico - social y  cultural.  

4 - Desde los inicios de la república del siglo XIX hasta los 80 del siglo XX, la historia de oprobio, explotación y marginación total hacia el indio no cambió en lo absoluto, hasta el presente la fuerza de trabajo del indio está dirigida a favor de empresas extranjeras y las clases dominantes. Iniciándose así periodos de violencia social sin la participación de los partidos políticos existentes. Sobre todo desde la globalización y los planes neoliberales.

5 - Los partidos políticos sean de derecha o de izquierda  presentan un lado débil en nuestra injusta y aún arcaica sociedad, donde el indio como ciudadano con todos sus derechos ciudadanos es el elector ausente. No es el protagonista central político.

6 - Más aún si se analiza la ley de partidos políticos desde el Estado, es muy engorroso, por eso es muy difícil su ejecución para un grupo intelectual o capacitado culturalmente desde la occidentalización, y, por tanto, es imposible para el indio, es condenado a carecer de ese derecho. Por ello políticamente, para el Estado y la democracia oficial, el indio no significa nada.

7 - Al considerar como categoría económica o sea de campesino al indio en los programas y propuestas de los partidos, no es más que reducirlos a una simplificación y reducción de cuestión étnica y un hecho meramente clasista.

“Nadie niega que el indio es un campesino por la sucesiva explotación que sufre, pero es importante decir que el indígena, antes que una clase explotada, constituye una raza dominada y sojuzgada.” (Rivero, 1995: p. 15). En las últimas décadas del siglo XX, nace la postura: “Los indios debemos tomar conciencia y lograr el poder político pero para ello el indio debe ser un votante consciente; debe votar por mismo. Para ello es necesario que los nombres de nuestros hermanos aparezcan en las listas electorales. “(Cuadernos Indios, 1990: p. 13). 

Del pronunciamiento político respectivo, la década de los 90 hasta el presente sellará la postura que debe haber de un partido político desde lo indio.      

8 - Por las trayectorias de los últimos movimientos sociales desde la indianidad, sobre todo desde la década de los 90, el indianismo se convierte en un proyecto político de transformación desde lo indio, hay desconfianza de los partidos políticos integrados en sus mayorías por mestizos. Asumen también la tarea de concientización desde la educación para el indio, a largo plazo, como la más importante de las tareas, educación intercultural con identidad cultural.

      ”Actualmente, los representantes de las organizaciones indígenas campesinas ven la necesidad de reconocerse como indígenas, como sujetos de derecho. Pero en las comunidades que dejaron de llamarse indígenas y hoy se consideran campesinos, no se ha dado ese nivel de discusión y, muchos desconocen las leyes, normas, convenios que reconocen sus derechos  como pueblos indígenas”. (Chirapaq: 2015. p. 118).  

De ahí se hace necesario reforzar el derecho a la educación intercultural pero con el agregado de identidad cultural. Que ya tenemos antecedentes entre las décadas de los 40 al 50 con las llamadas, escuelas indigenales en el grupo aymara peruano – boliviano.

9 - Una de las grandes preocupaciones desde la indianidad y a la vez dificultades para crear u organizar partidos políticos desde las mismas organizaciones indígenas, es: 

      “La paradoja de las construcciones mentales como producto de la conjunción de dos pensares que tienen diferentes raíces: una andina, cuyo origen se funde en el Perú prehispánico, y otra occidental moderna, cuyo origen se remonta a la influencia dominante del pensamiento judeocristiano  y que actúa e interactúa en la vida cotidiana del hombre andino como “totalidad contradictoria”. (Garcia, 2015:p. 211). 

Ambas concepciones son muy contradictorias e irreconciliables desde sus cosmovisiones y no ha logrado nada el llamado sincretismo cultural o religioso, menos aún en lo político desde el respeto a la tierra y sus recursos naturales, donde la vida en todas sus formas es lo más sagrado.

 

Discusión

Desde comienzos de la República se consideró al indio como sujeto de tributo (impuesto), sobre sus espaldas recayó seguir manteniendo al Estado, como en la colonia. Hecho que se evidenció entre 1919 y 1930, que siguió pagando impuesto, para ser considerado un ser humano; de la mita colonial, pasó a la mita de camino (conscripción vial) y al servicio militar obligatorio. Políticas que estuvieron dirigidas a expropiarse de la fuerza de trabajo del indio en pro del gran latifundio agrícola y por supuesto de las grandes empresas extranjeras y las clases dominantes hasta la reforma agraria del Gral. Velasco Alvarado. Manifestado tanto por Roel como por Mariátegui y Carnero H. 

El gran ausente de los  proyectos educativos ha sido el indio, pues tales reformas educativas estaban orientadas para controlar y dominar la sociedad nacional.

Si la discriminación racial y cultural continúa vigente, es que sigue la discriminación al indio, por ser indio. Más aún la discriminación política. Salvador Palomino y Felipe Q. Mallku lo sostienen en el debate de Pueblo Indio. 

Una de las razones porque el indio no es integrado o no se integra a los partidos políticos es por los principios ideológicos, ya que es otra su realidad cultural o cosmovisión, mucho menos aún desde el liberalismo individualista. ”Por eso son cuidadores del medio ambiente, no ven a la naturaleza como occidente lo ve hostil.”  (Roel, 1977: p. 10). No se identifica tampoco con el socialismo occidental, su socialismo nace del hermanamiento histórico milenario, que aún practica en su comunidad. Lo que dificulta para incorporase también a los partidos políticos de corte occidental. Como también lo manifestaran Arguedas y Roel.

El pensamiento filosófico indio es su concepción integradora, unitaria del universo. Surge así la tendencia intelectual no marxista con clara posición ideológica que se distancia de la filosofía europea. Por una defensa de las identidades culturales desde lo indio, respetando en igualdad y reciprocidad la interculturalidad. Lo que se viene evidenciando en el discurso político en las dos últimas décadas en países de población mayoritariamente india, sobre todo frente a la aplicación de la economía neoliberal y los TLC. Evidenciándolo en sus manifiestos políticos, Carnero H. y Roel.

El discurso político revolucionario del indio, es un gran esfuerza para formular un proyecto propio rescatando la historia de un sector social que representa el sentir del indio.  

 

Conclusiones

1 - Entre 1919 y 1930, la situación social-económica y cultural no cambió en absoluto. Todas las medidas desde el Estado centralista y sus gobiernos de turno por los partidos políticos, estuvieron dirigidos u orientados a controlar y dominar la sociedad nacional y por ende al indio. 

2 - De 1950 al 2000, salvo la política social del Gral. Velasco Alvarado, a través de la reforma agraria No. 17716 y la reforma educativa, esta última que no se plasmó en la sociedad nacional, la situación del indio no cambió en lo esencial. Siguió el discurso vacío desde los partidos políticos sean de derecha o de izquierda, en pos del indio. Como respuesta al elector ausente, se levanta la violencia social desde el campo, defendiéndose organizadamente por el agua y la vida. 

3 - Los partidos políticos no han rediseñado sus programas y organigramas institucionales, presentando más bien  debilidades y arcaísmos en la comprensión y análisis de la realidad nacional, lo que es injusto frente al indio como ciudadano y por ende como elector ausente. 

4 - La indianidad para las décadas de 1950 al 2000, daba muestras de politización institucional, pero sin involucrarse con partidos políticos existentes. Su bandera de lucha es por sus dignidades. Sus identidades culturales están distantes al individualismo occidental de los partidos políticos, frente a sus colectividades: “vamos hacer”. 

5 - La democracia occidental dista de la cosmovisión del indio. La democracia occidental es sinónimo de partido político que no lo representa.  Se forman organizaciones muy fuertes con representación mundial, como el CISA (Consejo Indio de Sudamérica) ante la ONU (Organización de Naciones Unidas). Y se refundan los Estados tal el caso de Bolivia y Ecuador.



Referencia bibliográfica

Barcelli S. Agustín (1981): “Breve historia económico – social del Perú”. Tm.III. Lima. Edt. Hatunruna. 

Carnero Hoke, G. (1979): “El indio y la revolución” Lima. Edt. Prensa peruana.

Cuadernos Indios (1990): “Centro cultural de jóvenes aymaras de Larecaja”. Lima. Edt. CISA. 

Chirapaq (2015): “Quiénes son los indígenas”.  Lima. Edt. Centro de culturas indígenas del Perú. 

 

Escárzaga Fabiola. (2012): “El indianismo en la correspondencia de Fausto Reynaga con Guillermo Carnero y Guillermo Bonfil.” Agua rev. De cultura andina No. 6. Huancayo. Edt. SCAF. 

------------------------- (2015): “Fausto Reinaga, Guillermo Carnero Hoke y Guillermo Bonfil: discursos indianistas en Bolivia, Perú y México (1969-1979).” México. Edt. Pacarina del Sur, año 6, núm.24. 

García Miranda J. (2015): “La racionalidad en la cosmovisión andina”. Lima. Edt. UCH. 

Montoya Rodrigo (1997): “Libertad, democracia y problema étnico en el Perú”.  Lima. Edt. UNMSM. 

Kapsoli Escudero, W. (2015): “El año del “Poron-Mocho” (Perú: 1932)”. Lima. Edt. Univ. Ricardo Palma. 

Pueblo Indio (1984): Vocero del Partido Indio. Bolivia. Declaración del Consejo Nacional de Mallkus. La Paz.

Rivero Wilberto (1995): “El Estado y los pueblos indios.” Lima.  Edt. CISA. 

Roel Pineda V. (1977): “Unión solo con el pueblo”. Lima. Edt. Alfa.

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