Lucía Alicia Jiménez Hermoza
Informe final de investigación 2016
Instituto de investigación
Facultad de Humanidades
Universidad Nacional Federico Villarreal
Resumen
El siglo XX es inaugurado con violencia social desde el campo rural cuyos
actores importantes son los indios comuneros teniendo como la trama, la lucha
por la tierra. Desde entonces, los indios no eran considerados por el Estado
oficial como ciudadanos, menos aún podían ser parte del proyecto de los
partidos políticos en cuyo discurso de democracia el indio está ausente.
A través del método inductivo y deductivo logramos, no solo analizar la
realidad de la sociedad peruana, sino que también y pudimos contrastar, en el
tiempo, el pensamiento y las posiciones asumidas por los actores principales.
No le faltó razón a J.C. Mariátegui al tipificar a la sociedad peruana de feudal-esclavista
y colonial. La semi-feudalidad del campo, permitió la marginalidad social,
económica, educativa y cultural del indio.
Uno de los resultados es el que los partidos políticos de izquierda y de
derecha no representan en absoluto la cosmovisión del indio, menos aún el
socialismo occidental. Otro es el socialismo en la indianidad, que refleja
fielmente sus tradiciones milenarias de
respeto a la vida en todas sus formas, considerándose que a la
naturaleza se la cuida y no se la depreda vilmente.
Por tal razón, una de las conclusiones es, en el discurso político de la
indianidad, lo expuesto respecto a nuevas organizaciones políticas que
realmente los representen. No es posible constituir nuevos partidos políticos
en el presente por lo engorroso y por las trabas que impone la ley de partidos.
Otra vez los marginan políticamente, por
ello las luchas del indio son por la dignidad.
Palabras claves: indio, partido político, indianidad
Abstract
Indians and political
parties in the national scenery from 1950 to 2000
The twentieth century is
inaugurated with social violence from the rural fields whose important actors
are Indians Communities, whose weave is the fighting for their land. Since
then, Indians weren´t considered by the state as citizens, much less as part of
the project of political parties in whose reasoning of democracy Indian people are
absent.
Throughout the inductive
and deductive methods which permitted the analysis of the Peruvian society and also
contrasting it in time, getting in account the different ways of thinking and
assumed positions by its main actors. There is not a lack of reason for J.C.
Mariátegui´s classification of the Peruvian society as feudal-slavish and
colonialist. Semi feudalism in the fields permitted not only social, economic
and educational marginality but also the cultural marginalization of Indian
people.
For that reason, one of
the conclusions in the political discourse of Indianity is the one exposed. The
left and right wing political parties do not represent the Indian Cosmovision,
much less than occidental socialism. Indian socialism is different, Indian
Cosmovision reflects its millenary traditions of respect to all forms of life
loyally, Indian thinks that nature is not for being destroyed, but for being
taken care of.
The political discourse
of Indianity, proposes new political organizations that really represent
them. It isn´t possible to reform the
old parties because of the complicated claspment which the laws of political
parties impose. There is, once more, a marginalization of Indian people, and
that is the reason why they are fighting for their dignity.
Key words: Indian,
political party, Indianity.
Introducción
Las investigaciones acerca de las posiciones políticas desde el indigenismo
e indianismo sobre el indio y su participación en los partidos políticos es muy
reciente, las más proliferas devienen de
las fuentes bibliográficas para el caso boliviano. Del Perú se ha rastreado la
información desde la vertiente de los discursos políticos de los movimientos
campesinos anterior a la década de 1950.
En las décadas iniciales de siglo XX, el discurso político estaba centrado en
la lucha por la tierra, pero ningún partido político de esos años tomaba
bandera por la causa india. Ningún partido político de izquierda y menos aún de
derecha. No es sino hasta la reforma agraria del gobierno militar del general
Juan Velasco A., con la ley N. 17716,en que se reivindica la propiedad agraria
y su posesión por las comunidades campesinas y campesinos pobres,
desapareciendo entonces la figura del gamonalismo, otrora conspicuo miembro de
la oligarquía banquera y latifundista. Es entonces, con la Ley de Reforma
Agraria, que los trabajadores agrícolas llegan a convertirse en los dueños del
Perú.
Es posterior a la década de los 50 hasta los 2000, o sea, iniciándose ya el
siglo XXI, que con mayor fuerza y orgánicamente organizados los indios,
proclaman su participación en los partidos políticos, o bien intentan formar
sus propios partidos políticos.
Como nunca antes, hoy la sociedad peruana se siente abrumada, por la
corrupción, el robo y el saqueo de sus recursos naturales, los partidos
políticos llamados tradicionales que están
representados en el Congreso de la República, se han elaborado una ley
de partidos, muy engorrosa, no transparente y por lo tanto no aplicable a que
surjan nuevos partidos desde el seno del pueblo mismo, y menos aún desde los
indios. Por la falta de recursos económicos y de legalidades engorrosas para
cumplirlos.
En este escenario, las demandas de parte de las organizaciones indígenas de
participar en la escena política nacional, teniendo como programa de lucha sus
propias reivindicaciones es cada vez mayor. Más aún el de ser ciudadanos con
todos los derechos desde el Estado oficial.
Así devenidos de las primeras décadas del siglo XX, la tendencia entre
algunos intelectuales indigenistas, posturas políticas en pro de los derechos
de los indios, desde los que no son
indios, enfrentan su posición ante los partidos políticos tradicionales
sobre todo desde la derecha, conformados por oligarcas y latifundistas, lo que
viene a ser los primeros discursos
políticos en pro del indio, a sus derechos negados.
Por ello con razón J.C. Mariátegui tipificó a la sociedad peruana de feudal
– esclavista y colonial. Esa semifeudalidad del indio en el campo impidió que
no se crearan partidos políticos desde los indios mismos. “Del amauta se
recupera el diagnóstico sobre la impotencia de los elementos mestizos para
asumir la conducción de una revolución democrática-burguesa que enfrente a la
oligarquía y construya una nación mestiza que incluya a los indios.” (Escarza,
2012:p.126). Diagnóstico todavía
vigente que refleja cómo es la estructura y los programas de los partidos
políticos.
Por esas décadas (1919-1930), la dictadura civil de Augusto B. Leguía: ”Fue
un escenario social y político violento; etapa en la que se suscitaron
movimientos campesinos y obreros
orientados por ideas radicales de los anarquistas, apristas y comunistas que
convulsionaron todo el país, que tuvo como trasfondo, los efectos de la crisis
del capitalismo de 1929, conocido también como el “Jueves negro” que afectó a
la Bolsa de Valores de Nueva York y a la economía mundial, paralizando las
obras públicas y privadas, ocasionando el desconcierto social y la desocupación
laboral”. (Kapsoli, 2015:p.1).
Efectivamente, el indio fue participante importante de los movimientos
campesinos en los Andes, pero también fue un gran ausente en los partidos
políticos.
“Haya y Mariátegui acertaron en el diagnóstico del gran drama peruano, pero
pecaron en la aplicación terapéutica. Se fueron demasiado lejos; el uno hacia
Rusia y el otro a los países escandinavos. Vieron el mal y por acomplejamiento,
o por desprecio, buscaron la solución en occidente; y fue su error, su grave equivocación.
Los aciertos soviéticos y los logros en Escandinavia, son demasiado propios;
pertenecen a otras latitudes, poseen otra idiosincrasia y otras perspectivas.”
(Carnero, 1979; p. 9).
Por tal razón los partidos políticos
están lejos de la realidad del indio y de su cosmovisión, por tal razón también
fracasan los llamados proyectos nacionales.
Así, sin mayores cambios sociales transcurre la sociedad peruana a lo largo
del siglo XX. Para comienzos del siglo
XXI o 2000, el indio comunero y el nativo amazónico siguieron con sus luchas
sociales y enfrentándose a la violencia social ejercida desde el Estado vía los
gobiernos de turno. Pero con el agravante de tener que enfrentarse en nuevo
escenario político de dominación mundial, el neoliberalismo o globalización,
que amenaza su vida y su identidad cultural.
La indianidad para las décadas de 1950 al 2000, daba muestras de
politización institucional, pero sin involucrarse con los partidos políticos
existentes debido a la desconfianza en ellos. Su lema de lucha ya no es sólo
por la tierra, sino también por sus dignidades y el respeto a sus identidades
culturales frente a la arremetida del plan globalizante del neoliberalismo.
“Del principio de reciprocidad, solidaridad de los grupos étnicos en el Perú
puede partir también una redefinición del ideal de justicia.” (Montoya, 1997:p.
104). Y con ello se viene interpretando y recreando un socialismo desde la
indianidad bajo el principio de la hermandad para tomar el poder político,
según los postulados del CISA.
Desde la década de los 80 hasta el presente se vienen consolidando sus
organizaciones en miras a participar políticamente, así en el caso boliviano
tenemos:
“MITKA es el organismo indio de
lucha política más organizado y avanzado de kollasuyo (Bolivia). Desde su
nacimiento en el Congreso de la ciudad de Las Piedras (1978), hasta nuestros
días, nuestra organización ha tratado de responder a las expectativas de
nuestro pueblo… pero somos conscientes de nuestros errores y deficiencias. En
todo caso estamos seguros que el futuro del pueblo indio pasa por la
edificación de sus propios organismos.”
(Partido Indio. 1984: p. 1). El MITKA es integrante del CISA (Consejo
Indio de Sudamérica), cuya versión peruana se crea en 1982 en Ollantaytambo,
La indianidad para las décadas de 1950 al 2000, daba muestras de
politización institucional, pero sin involucrarse con partidos políticos
existentes, por la lógica desconfianza. Su lema de lucha o bandera de combate
deja de ser sólo la tierra para sumar la lucha por sus dignidades.
“El indianismo, término asumido
por Fausto Reinaga para nombrar su doctrina, es el discurso y el proyecto
político indio de transformación de las condiciones de opresión y explotación
vigentes sobre la mayoría india de Bolivia por parte de las élites blancas y
mestizas. Afirma el papel protagónico de los indios en la historia boliviana, y
su capacidad para luchar por sus propias reivindicaciones y bajo su propio
programa, liderazgos y organizaciones. Es el proyecto que sienta las bases para
la constitución del indio como sujeto políticamente autónomo.” (Escárzaga, 2015: p.37). Efectivamente, punto de análisis coincidente
para el caso indígena sobre todo del Perú.
Así antes del siglo XX como a lo largo del mismo, la indianidad presenta un
alto índice de analfabetismo, panorama que no ha cambiado, siendo muy tardía la
oficialización de las lenguas maternas como el quechua, aymara y las nativas
amazónicas. Por otro lado la discriminación racial y cultural es aún vigente,
por consiguiente es vigente la discriminación política, a pesar de los derechos
ciudadanos consagrados en la Constitución, que, n la práctica o en la realidad,
es letra muerta.
Método
La investigación conjuga lo inductivo y deductivo para objetivar el
accionar de la sociedad peruana. También el método analítico para contrastar
los escenarios peruano y boliviano en el tiempo. Y poder comprender el
pensamiento y posturas que asumen los indios sean quechuas, aymaras o también
los amazónicos, frente a sus derechos negados, como ser actores directos en el
partidismo político.
El método comparado que se emplea desde la Antropología Social permite
relacionar sociedades en tiempos diferenciados, y poder interpretar las
relaciones sociopolíticas de los movimientos indígenas.
De las técnicas
El trabajo tradicional muy efectivo es del empleo de las fichas de
lecturas, lo que nos permite mayor agilidad sea para el ordenamiento de los
datos como de las ideas y para dar mayor agilidad al vaciado de los mismos.
Para consensuar al momento del cruce de la información que permite la redacción
correspondiente.
Materiales empleados
Empleamos testimonios orales de actores políticos contemporáneos: Virgilio
Roel P., Guillermo Carnero H., Carlos Milla, Salvador Palomino, entre otros,
como también de la responsable del proyecto.
Fuentes impresas diversas acerca de acontecimientos políticos publicados en
fuentes locales y regionales. Publicaciones especializadas de los movimientos
indígenas: Rev. “Pueblo Indio”, separatas del CISA-Perú. Trabajos publicados de
Salvador Palomino como secretario del CISA-Perú.
Procedimiento
- Se ha recurrido a obras de la historia política social e ideológica del
siglo XX, con la ayuda de fuentes escritas. Procediendo a revisarlos,
analizarlos en sus contenidos y contrastando con los datos.
- Los datos recogidos en los archivos de los partidos políticos como en el
de las nuevas organizaciones indígenas de nuestro medio, se contrastaron, con
los protagonistas contemporáneos.
- De esta forma, el método comparado de la antropología social nos permitió
realizar análisis del pensar del indio y las ideologías y posturas de los
partidos políticos.
Resultados
1- De los discursos políticos de la indianidad, se reivindica el término
indio para designar a la población originaria y se rechaza el de indígena, que
deriva del indigenismo, o el de campesino, impuesto, por la reforma agraria.
Tanto la de 1953 como la de Velasco Alvarado. Lo que contradice el discurso
vacío de los partidos políticos de corte occidental en relación al indio.
2- De las luchas y de las prácticas políticas de la indianidad, se ha
creado el organismo internacional sudamericano CISA (Consejo Indio de
Sudamérica) con participación oficial en la ONU (Organización de Naciones
Unidas). Donde el indio no es visto como categoría económica (campesino), y
desde allí luchan por sus derechos negados de ciudadanos.
3 - Así mismo sus luchas ya no son simplemente por la tierra sino que
también por sus dignidades. Una lucha de plena democracia.
“Burgueses y feudales se disputaron con creciente violencia la posesión del
poder político. Liberales y conservadores intentaron sin lograrlo, darle un
contenido ideológico a esa lucha. Carentes de verdadero arraigo entre las
masas, adoptaron a las fuerzas armadas como el gran elector.” (Barcelli, 1987:
p.261). Lo que evidencia fuerte oposición y represión de los movimientos
campesinos indígenas, del siglo XX, hasta ser considerada una categoría
histórico - social y cultural.
4 - Desde los inicios de la república del siglo XIX hasta los 80 del siglo
XX, la historia de oprobio, explotación y marginación total hacia el indio no
cambió en lo absoluto, hasta el presente la fuerza de trabajo del indio está
dirigida a favor de empresas extranjeras y las clases dominantes. Iniciándose
así periodos de violencia social sin la participación de los partidos políticos
existentes. Sobre todo desde la globalización y los planes neoliberales.
5 - Los partidos políticos sean de derecha o de izquierda presentan un lado débil en nuestra injusta y
aún arcaica sociedad, donde el indio como ciudadano con todos sus derechos
ciudadanos es el elector ausente. No es el protagonista central político.
6 - Más aún si se analiza la ley de partidos políticos desde el Estado, es muy
engorroso, por eso es muy difícil su ejecución para un grupo intelectual o
capacitado culturalmente desde la occidentalización, y, por tanto, es imposible
para el indio, es condenado a carecer de ese derecho. Por ello políticamente,
para el Estado y la democracia oficial, el indio no significa nada.
7 - Al considerar como categoría económica o sea de campesino al indio en
los programas y propuestas de los partidos, no es más que reducirlos a una
simplificación y reducción de cuestión étnica y un hecho meramente clasista.
“Nadie niega que el indio es un campesino por la sucesiva explotación que
sufre, pero es importante decir que el indígena, antes que una clase explotada,
constituye una raza dominada y sojuzgada.” (Rivero, 1995: p. 15). En las
últimas décadas del siglo XX, nace la postura: “Los indios debemos tomar
conciencia y lograr el poder político pero para ello el indio debe ser un votante
consciente; debe votar por sí mismo. Para ello
es necesario que los nombres de nuestros hermanos aparezcan en las listas
electorales. “(Cuadernos Indios, 1990: p. 13).
Del pronunciamiento político respectivo, la década de los 90 hasta el
presente sellará la postura que debe haber de un partido político desde lo
indio.
8 - Por las trayectorias de los últimos movimientos sociales desde la
indianidad, sobre todo desde la década de los 90, el indianismo se convierte en
un proyecto político de transformación desde lo indio, hay desconfianza de los
partidos políticos integrados en sus mayorías por mestizos. Asumen también la
tarea de concientización desde la educación para el indio, a largo plazo, como
la más importante de las tareas, educación intercultural con identidad
cultural.
”Actualmente, los
representantes de las organizaciones indígenas campesinas ven la necesidad de
reconocerse como indígenas, como sujetos de derecho. Pero en las comunidades
que dejaron de llamarse indígenas y hoy se consideran campesinos, no se ha dado
ese nivel de discusión y, muchos desconocen las leyes, normas, convenios que
reconocen sus derechos como pueblos
indígenas”. (Chirapaq: 2015. p. 118).
De ahí se hace necesario reforzar el derecho a la educación intercultural
pero con el agregado de identidad cultural. Que ya tenemos antecedentes entre
las décadas de los 40 al 50 con las llamadas, escuelas indigenales en el grupo
aymara peruano – boliviano.
9 - Una de las grandes preocupaciones desde la indianidad y a la vez
dificultades para crear u organizar partidos políticos desde las mismas
organizaciones indígenas, es:
“La paradoja de las
construcciones mentales como producto de la conjunción de dos pensares que
tienen diferentes raíces: una andina, cuyo origen se funde en el Perú
prehispánico, y otra occidental moderna, cuyo origen se remonta a la influencia
dominante del pensamiento judeocristiano
y que actúa e interactúa en la vida cotidiana del hombre andino como
“totalidad contradictoria”. (Garcia, 2015:p. 211).
Ambas concepciones son muy contradictorias e irreconciliables desde sus
cosmovisiones y no ha logrado nada el llamado sincretismo cultural o religioso,
menos aún en lo político desde el respeto a la tierra y sus recursos naturales,
donde la vida en todas sus formas es lo más sagrado.
Discusión
Desde comienzos de la República se consideró al indio como sujeto de
tributo (impuesto), sobre sus espaldas recayó seguir manteniendo al Estado,
como en la colonia. Hecho que se evidenció entre 1919 y 1930, que siguió
pagando impuesto, para ser considerado un ser humano; de la mita colonial, pasó
a la mita de camino (conscripción vial) y al
servicio militar obligatorio. Políticas que estuvieron dirigidas a expropiarse
de la fuerza de trabajo del indio en pro del gran latifundio agrícola y por
supuesto de las grandes empresas extranjeras y las clases dominantes hasta la
reforma agraria del Gral. Velasco Alvarado. Manifestado tanto por Roel como por
Mariátegui y Carnero H.
El gran ausente de los proyectos
educativos ha sido el indio, pues tales reformas educativas estaban orientadas
para controlar y dominar la sociedad nacional.
Si la
discriminación racial y cultural continúa vigente, es que sigue la
discriminación al indio, por ser indio. Más aún la discriminación política.
Salvador Palomino y Felipe Q. Mallku lo sostienen en el debate de Pueblo
Indio.
Una de las razones porque el indio no es integrado o no se integra a los
partidos políticos es por los principios ideológicos, ya que es otra su
realidad cultural o cosmovisión, mucho menos aún desde el liberalismo
individualista. ”Por eso son cuidadores del medio ambiente, no ven a la
naturaleza como occidente lo ve hostil.”
(Roel, 1977: p. 10). No se identifica tampoco con el socialismo
occidental, su socialismo nace del hermanamiento histórico milenario, que aún
practica en su comunidad. Lo que dificulta para incorporase también a los
partidos políticos de corte occidental. Como también lo manifestaran Arguedas y Roel.
El pensamiento filosófico indio es su concepción integradora, unitaria del
universo. Surge así la tendencia intelectual no marxista con clara posición
ideológica que se distancia de la filosofía europea. Por una defensa de las
identidades culturales desde lo indio, respetando en igualdad y reciprocidad la
interculturalidad. Lo que se viene evidenciando en el discurso político en las
dos últimas décadas en países de población mayoritariamente india, sobre todo
frente a la aplicación de la economía neoliberal y los TLC. Evidenciándolo en
sus manifiestos políticos, Carnero H. y Roel.
El discurso político revolucionario del indio, es un gran esfuerza para
formular un proyecto propio rescatando la historia de un sector social que
representa el sentir del indio.
Conclusiones
1 - Entre 1919 y 1930, la situación social-económica y cultural no cambió
en absoluto. Todas las medidas desde el Estado centralista y sus gobiernos de
turno por los partidos políticos, estuvieron dirigidos u orientados a controlar
y dominar la sociedad nacional y por ende al indio.
2 - De 1950 al 2000, salvo la política social del Gral. Velasco Alvarado, a
través de la reforma agraria No. 17716 y la reforma educativa, esta última que
no se plasmó en la sociedad nacional, la situación del indio no cambió en lo esencial.
Siguió el discurso vacío desde los partidos
políticos sean de derecha o de izquierda, en pos del indio. Como respuesta al
elector ausente, se levanta la violencia social desde el campo, defendiéndose
organizadamente por el agua y la vida.
3 - Los partidos políticos no han rediseñado sus programas y organigramas
institucionales, presentando más bien
debilidades y arcaísmos en la comprensión y análisis de la realidad
nacional, lo que es injusto frente al indio como ciudadano y por ende como
elector ausente.
4 - La indianidad para las décadas de 1950 al 2000, daba muestras de
politización institucional, pero sin involucrarse con partidos políticos
existentes. Su bandera de lucha es por sus dignidades. Sus identidades
culturales están distantes al individualismo occidental de los partidos
políticos, frente a sus colectividades: “vamos hacer”.
5 - La democracia occidental dista de la cosmovisión del indio. La
democracia occidental es sinónimo de partido político que no lo representa. Se
forman organizaciones muy fuertes con representación mundial, como el CISA
(Consejo Indio de Sudamérica) ante la ONU (Organización de Naciones Unidas). Y
se refundan los Estados tal el caso de Bolivia y Ecuador.
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