A raíz de unas críticas que recibí por un artículo que colgué en la red, decidí escribir este texto aclarando cualquier duda acerca de los hechos verídicos que a un viajero le puedan ocurrir en cualquier lugar del mapa. Mi viaje difirió mucho del de otros a cierto destino africano. Es innegable que los puntos de vista deben ser diferentes y la variedad, el enriquecimiento del conocimiento sobre nuestro planeta. Pero permitir que ciertos individuos especulen con una información según ellos manipulada, es como cargarse de un plumazo el esfuerzo de un trotamundos por conocer mediante otros medios, el alma del lugar:
En muchos países en los que he estado, el turista no es del todo bien recibido. Puede que en algún artículo que haya colgado, las ampollas de los amantes en cuestión del lugar, hayan reventado, hayan criticado mi punto de vista hasta límites sorprendentes, tildándome de mal viajero o de inadaptado. Bueno, sea como sea, sé lo que escribo y lo baso en mis experiencias reales. Basta de maquillar las verdades. Es muy sencillo estar en un Egipto bajo las estrellas cruzando el Nilo en un lujoso crucero. Pero habría que dar más rienda suelta al viaje, caminando, respirando y tragando toda la mierda que los mismos habitantes aguantan a diario.
Quien no quiera ver eso, no ve la realidad. Viajar no se hace para sufrir, sino para disfrutar. Lo sé y admito que mi modo de verlo, difiere mucho del de la mayoría. Me llaman a menudo loco, pero lo que no aguanto es que se ponga en duda una verdad que la he vivido y la he sufrido. El premio no debería ser la crítica infalible contra mi persona. Jamás me metí con nadie porque me dijera que “no merece la pena ir a países pobres para ver miseria”. Hay que mirar un poquito más allá de ese concepto. Algunos incluso se atreven a ir un poquito más lejos. A nosotros no nos queda más remedio por ideología que cambiar los patrones marcados por los catálogos de ensueño, porque nuestra realidad no es la universal, pero es la que hemos vivido, aunque acaben encerrándonos en el purgatorio de los indeseables.
Hay viajes y viajes. Tours organizados, expediciones a medida, guías contratados para que te saquen de la realidad y te muestren un país afable, sin problemas, centrándose en la cultura, siguiendo unas pautas muy previsibles, bajo ninguna sospecha de peligro. Luego está nuestro espacio, que no es otro, que ofrecer información de primera mano, sin manipular, siendo nosotros mismos los que nos pateamos las calles, los barrios, las periferias, moviéndonos por los países en transportes colectivos.
Lo dice bien claro el título de nuestro proyecto: viajar por libre. Creo que las personas que se ofendan porque yo dé mi opinión, se saltan a la ligera una regla fundamental en cualquier sociedad de este mundo: el respeto.
En ningún momento desde que empecé a viajar critiqué a las agencias que ponen en bandeja un viaje exento de incomodidades y peligros. Es más y a los hechos me remito. Cuando mi padre trotaba por estos mundos, su modo era sencillo y práctico. Contrataba las mejores agencias y lo dejaba todo a gusto del entendido en cuestión que era el agente del país a visitar.
Detrás venía yo unos años después, asesorado por sus vivencias, calcando sus itinerarios pero moviéndome a mi aire para poder conectar de alguna manera con la gente de a pie. Muchas veces lo he conseguido, otras no. Un viaje puede ser fascinante o puede ser nefasto. Pero siempre resulta de alguna manera mágico.
Entiendo que tener una página de viajeros independientes es arriesgado. No vendemos nada. Compartimos vivencias. Es más, el dominio genera un coste anual sin beneficio alguno. Entendemos que deberemos soportar críticas, porque el mundo virtual, gracias a la evolución informativa anti-censura que no entiende de fronteras, es libre y todos tenemos derecho a opinar. Pero opinar no es juzgar.
Diferenciando estos dos conceptos como nosotros hacemos desde que abrimos este espacio, con más ilusión que experiencia, tenemos la certeza que nuestros seguidores serán los pilares centrales de la información que intentamos ofrecer. Nos da lo mismo que sean objetivas o subjetivas. La cuestión es contar nuestras sensaciones, pensamientos y si salimos de la rutina del viaje perfecto, pues mejor. Mostremos la cara oculta del viajero independiente. Hagamos saber que moverse por países es caro, que viajar toda tu vida sin pegar un palo al agua es una utopía.
Sed bienvenidos. Esta es vuestra casa, vuestro lugar si queréis decir la vuestra sobre vuestros sueños hechos realidad y si éstos se han convertido en pesadillas, tranquilos, que nadie os dirá nada. La verdad siempre es la que debe ir por delante, sea la tuya o sea la de un tercero. Cada vida es un mundo, cada país un universo diferente, dependiendo del prisma con el cada uno lo quiera enfocar.
¿Quieres saber el artículo que levantó tantas críticas? Pulsa aquí
http://www.viajarporlibre.net/las-piramides-magia-negra/
Nota del editor: el artículo que hemos publicado aquí (con el título de "Nuestra verdad es la que cuenta") se encuentra en el siguiente link:
http://www.viajarporlibre.net/pais-mil-experiencias/
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