NOTA BENE:

Revista Internacional del Colegio Profesional de Antropólogos de Lima. Sede: New York.


viernes, 11 de enero de 2019

“PRODUCCIÓN PESQUERA ARTESANAL. ESTUDIO DE CASO PESCADORES ARTESANALES LOBITEÑOS, BARRIO PRIMAVERA, DISTRITO DE LOBITOS, PROVINCIA DE TALARA, PIURA. 2012 – 2015” Parte Segunda



UNIVERSIDAD NACIONAL FEDERICO VILLARREAL
FACULTAD DE HUMANIDADES



JOSÉ FAUSTINO QUEREVALÚ MIÑÁN


TESIS PARA OBTENER EL TÍTULO PROFESIONAL DE LICENCIADO
EN ANTROPOLOGÍA


ASESOR DR. MARTÉ EULOGIO SÁNCHEZ VILLAGÓMEZ

LIMA, 2016


Parte Segunda







Capítulo I: Marco teórico

1.1.     Antropología económica

Históricamente para la antropología uno de los principales temas de investigación ha sido entender la relación del hombre con su medio ambiente y su actividad económica. Este especial interés ha llevado a la antropología económica a estudiar los procesos productivos de poblaciones dedicadas a las actividades de caza-recolección, agricultura, ganadería y pesca.

La antropología con el afán de analizar la dimensión económica en las sociedades no occidentales recurrió a diferentes teóricas del pensamiento económico occidental (como la economía clásica, marxista y neoclásica). Las cuales afrontaron fuertes limitaciones al contrastarse con los estudios etnográficos que identificaban una serie de instituciones sociales, políticas y religiosas, que cumplían un rol protagónico en la producción de los medios de vida y en la reproducción del sistema social.

Estas contradicciones teóricas y prácticas dieron como resultado el debate entre formalistas y sustantivistas. El cual su principal contribución radica en proponer: cómo se debe entender el fenómeno económico en sociedades capitalistas y precapitalistas que habitan en diferentes partes del mundo. A partir de esta interrogante argumentan lo siguiente:

Los formalistas (Herskovits) sostienen que la lógica racional de los individuos, en todas las sociedades, es satisfacer sus necesidades y maximizar los medios escasos. Concepción que los sustantivistas (Polanyi) se oponen al señalar que en otras sociedades las racionalidades se dan por la relación entre los seres humanos, la cultura y el medio ambiente, solo así pueden satisfacer sus necesidades materiales y no materiales.

Esto oriento a la disciplina a entender que la economía se puede analizar y explicar bajo dos grande perspectivas. Primero debe ser vista como una esfera autónoma, separada de la sociedad. Segundo como una esfera que está articulada con la esfera social y cultural.

La segunda propuesta no solo permitió definir y fundamentar el campo de estudio de la antropología económica, sino que facilito la elaboración de un conjunto de teóricas que ahondaran en el análisis de las sociedades. Dentro de las cuales resaltan las aproximaciones teorías de la ecología cultural, el materialismo cultural y el marxismo estructural (sin desconocer la existencia de otras variantes), por su contribución sustancial al conocimiento de las racionalidades económicas de los seres humanos. 

A través del tiempo estas perspectivas teóricas han servido como marco teórico para analizar diversos temas entorno a sociedades pesqueras. Según Rubio (2000) estos estudios se inician con la monografía de pescadores malayos de Raymond Firth en 1946. Ya en los años 50 y 60 se registran investigaciones de J.A. Barnes (1954), O. Blehr (1963) y F. Barth (1966), en los temas de la vida social, roles, status y el parentesco.  Asimismo otros investigadores como W. Davenport (1954), E. Norbeck (1954), T. Fraser (1960), L. Comitas (1962), C. Kottak (1966) y R. Kozelka (1969), analizan el funcionamiento de las estrategias de los pescadores para afrontar las exigencias culturales, económicas y ecológicas.

En los años 70, se proliferan los estudios en torno a los temas de la estructura familiar y relaciones de parentesco, la tecnología y los medios de producción, la forma de las nuevas tecnologías, la cooperación y las actitudes de los pescadores frente a la modernización. Un estudio relevante en esta década lo realiza Y. Breton (1970, 1977, 1979) al enfocarse en la situación de los pescadores ante la inserción de sistema capitalistas que va modificando y manteniendo la pesca de bajura.

En las décadas del 80 y 90, las publicaciones de F. Barandiarán Irízar (1980), J. Zulaika (1981) y J.A Rubio (1994) se inclinan al estudio de los procesos de cambio sociocultural, y en las estrategias y procesos de adaptativos. Hasta la actualidad, emergen el interés por los estudios históricos-sociales basados en la etnomuseología y la descripción de las tecnologías. Sin dejar de lado temas de suma importancia como la estructura social, territorialidad, apropiación y gestión de los recursos, turismo y conflictos ligados a los accesos de los recursos comunes.



1.2.     Orientaciones teóricas

El marco teórico está conformado por las propuestas teorías del marxismo estructural de Maurice Godelier y la teoría de la práctica de Pierre Bourdieu. Perspectivas que sirven para el análisis del estudio de caso porque destacan la importancia de las relaciones sociales en la estructura del campo económico.  

1.2.1.   Marxismo estructural de Maurice Godelier

A continuación se verá las ideas centrales que propone este primer enfoque, para luego desarrollarlo de manera pormenorizada:

Según Molina y Valenzuela (2006) la propuesta del marxismo estructural de Maurice Godelier es relevante porque intenta conjugar tanto el materialismo histórico de Marx como la antropología estructural de Lévi-Strauss. En ella plantea que la antropología económica debe descubrir las lógicas subyacentes que determinan las condiciones estructurales e históricas (de aparición, reproducción y desaparición) de las sociedades no occidentales. Esto se logrará mediante la descripción del modo de modo de producción, la superestructura ideológica y cultural.

Asimismo Molina y Valenzuela (2006) agregan que la propuesta estructural de Godelier apunta a seguir tres pasos: 1) identificar el modo de producción de la formación económica y social[1], 2) describir las características generales del modo de producción, 3) identificar los principios estructurales. Según los autores este último punto es el problema de la propuesta, ya que no explica cómo identificarlos. 

En concreto, Maurice Godelier (1967) define la economía como una actividad que es realizada por conjunto de personas que pone en práctica acciones para producir, distribuir y consumir los medios materiales, que servirán para satisfacer necesidades individuales y colectivas. Esto sería un sistema económico articulado por tres estructuras: producción, distribución y consumo.     

                       La actividad económica de una sociedad como el conjunto de las operaciones por las cuales sus miembros obtienen, se distribuyen y consumen los medios materiales para satisfacer sus necesidades individuales y colectivas, un sistema económico es la combinación de tres estructuras, la de producción, de la distribución y del consumo.”(Godelier, 1967:259)

Asimismo Godelier (1987) agrega que es necesario que el sistema económico se vincule con otras actividades de carácter familiar, político, cultural y religioso, para que pueda funcionar. Ya que todo es parte de la organización social.

                      Si lo que se produce, distribuye y consume depende de la naturaleza y de la jerarquía de las necesidades en el seno de una sociedad, la actividad económica está vinculada orgánicamente a las demás actividades, políticas, religiosas, culturales y familiares que conforman con ella el continuo de la vida de esta sociedad y los cuales proporcionan los medios materiales a realizarse” (Godelier, 1967:261)

Dejando en claro este punto se continuará con lo que sostiene el autor sobre los modos de producción. Según Godelier (1980) afirma que los modos de producción son conjuntos duales de estructuras sociales. Una parte de esta dualidad está compuesta de fuerzas (objeto de trabajo, medios o herramientas de trabajo, y el trabajo humano) y relaciones de producción que sirven para organizar los procesos productivos y distribución de los bienes materiales al interior de una sociedad. Esta ha sido referida como estructura. La otra parte, está compuesta por relaciones sociopolíticas, jurídicas e ideológicas concernientes a la formas de producción. A esta segunda se le asigna el término de superestructura. 

                     “…son conjuntos duales de estructuras sociales. Por un lado se componen de fuerzas y relaciones de producción que organizan los procesos productivos y la distribución de los bienes materiales en el interior de una sociedad concreta. Por otro lado se componen de aquellas relaciones sociopolíticas, jurídicas e ideológicas correlativas de dichas formas de producción de las mismas”. (Godelier, 1980: 14)

Bajo esta idea general Godelier (1980) plantea que para analizar los modos de producción de una sociedad se debe identificar las formas de producción (caza-recolección, agricultura, ganadería, industria u otras), ya que estas tienen diferentes procesos de producción, pero la misma finalidad de apropiarse de la naturaleza. Por ello para conseguirlo se combinan los factores de producción: 1) los objetos del trabajo, 2) el propio trabajo humano, 3) las herramientas o los medios de trabajo.

                     “El análisis de los modos de producción característico de cada sociedad en particular se debe comenzar por inventariar y estudiar las diferentes formas de producción que aparecen en ella – caza, recolección, ganadería, artesanía, industria, etc. – lo que en cada caso comprende procesos diferentes… cada acto de producción es al mismo tiempo un acto de apropiación de la naturaleza, y dicha actividad se lleva a cabo combinando tres tipos de factores de producción”. (Godelier, 1980: 15)

Según Godelier (1980) los objetos del trabajo, pueden ser la tierra, el mar o cualquier otro recurso, donde interviene el ser humano para desarrollar cualquier tipo de proceso productivo. “Tierra o cualquier otro material (como para los pescadores el agua), primario o no, que intervengan en cualquier proceso de transformación”. (Godelier, 1980: 15). El trabajo mismo, son las acciones humanas que se realizan en el objeto de trabajo de forma directa e indirecta para llevar acabo los procesos de producción. Serán directas porque no hay necesidad de utilizar herramientas, e indirectas cuando se recurre a su uso. “La actividad humana misma que actúa sobre el objeto de trabajo bien sea directamente, por intermedio de los propios organismos corporales del hombre (como ocurre en la recolección de frutos y en la caza a mano), o indirectamente, por medio de herramientas intermedias, fabricadas o encontradas”. (Godelier, 1980: 15). Los medios de trabajo, son herramientas o instrumentos que utiliza el hombre para realizar las actividades dentro del objeto de trabajo. “Herramientas o instrumentos que el hombre interpone, como vehículos de su acción entre sí mismo y el objeto del trabajo; utiliza para ello las propiedades físicas y químicas de determinadas cosas, haciéndolas actuar como fuerza sobre otras cosas de acuerdo con sus propios fines”. (Godelier, 1980: 15).

Por otro lado, ya habiendo precisado los conceptos de modos y factores de producción, es permitente definir lo que es un proceso de producción. Según Godelier (1974) sostiene que un proceso de producción se fundamenta en los procesos de trabajo y en las relaciones sociales. En síntesis: en el trabajo se establecen relaciones de producción entre productores y no productores para controlar y/o apropiarse de los factores de producción y de los productos del trabajo.

Godelier (1980) precisa que las relaciones de producción son un conjunto de relaciones sociales. Dependiendo del tipo de sociedad se reproducen bajo la forma de relaciones de parentesco, políticas, ideólogas u otras. En el caso de sociedades precapitalistas o tradicionales las relaciones de parentesco juegan un papel dominante solo si estas determinan las condiciones para la reproducción del modo de producción, el control y apropiación de los factores de producción, y la distribución de los productos del trabajo.

A esto Godelier (1980) agrega que dentro de las unidades de producción, no solo se combinan los factores de producción, sino que además los individuos establecen las relaciones de producción. Según las actividades productivas estas pueden variar en su composición. Pueden estar conformadas por individuos que pueden pertenecen a una aldea, tribu, comunidad o una empresa industrial, con los cuales estarán relacionados por lazos de parentesco, políticos, religiosos u otros. En sociedades precapitalistas esto tipos de relaciones se combinan y le dan al trabajo un carácter múltiple.

En la Producción y división del trabajo. Godelier (1980) refiere que toda forma de producción se divide el trabajo según sexo y generaciones. Determinando las actividades y responsabilidades de cada miembro que integra las unidades de producción.  Lo señala de la siguiente manera:

                      Entre los cazadores y recolectores las mujeres y los niños se encargan de la recolección y la caza de animales pequeño tamaño. Esta especialización sexual de las tareas demuestra que la cooperación entre sexos es fundamental para la supervivencia en las sociedades primitivas, lo que clarifica uno de los aspectos de la importancia del matrimonio y grupos familiares en dichas sociedades”. (Godelier, 1980: 19)

Asimismo en el trabajo existen formas de cooperación. Según Godelier (1980) las formas simples de cooperación se dan entre los productores para llevar a cabo el mismo tipo de trabajo. La complejidad de los trabajos definirá el tamaño del grupo. “En las formas simples de cooperación, los productores se reúnen entre sí para llevar a cabo el mismo o análogo tipo de trabajo. La cooperación simple puede reducirse a unos pocos individuos o extenderse a un grupo más amplio, según sea el tamaño y la urgencia de la tarea”. (Godelier, 1980: 21). La reciprocidad no ritual es una forma de intercambio por el trabajo y los servicios prestados, donde los que reciben la ayuda no solo están obligados a devolverla, sino que deben proporcionar comida y bebida a los participantes.

                      “La reciprocidad adopta formas de intercambio más o menos equivalentes por el trabajo y los servicios prestados... podemos observar que la obligación de “devolver en la misma medida” es muy fuerte… en general, los beneficiarios de la ayuda reciproca proporciona comida y bebida a los que los ayudan, pero este tipo de comida no tiene carácter ceremonial”. (Godelier, 1980: 23)

Concluyendo esta parte Godelier (1980) sugiere que la producción y productividad son parte de un mismo proceso. La productividad vendría hacer una evaluación cuantitativa del proceso de producción, tanto a nivel de producción, distribución y consumo de los bienes y servicios producidos. “El estudio de los factores y formas de producción en el interior de una sociedad implica necesariamente una evaluación cuantitativa de la productividad y el rendimiento por el trabajo realizado”. (Godelier, 1980: 25)

Con lo que respecta a la distribución de los productos Godelier (1980) argumenta que existen condiciones para la apropiación y usos de los productos (bienes o servicios) en las formas de circulación. Por lo general son dos formas de circular: una no ligada al mercado y la otra ligada al mercado.

Para Godelier (1980) la forma no ligada al mercado implica que los productores poseen el control directo de los factores de producción y, sobre todo, de los productos. Existen reglas que determinan sus utilizaciones para: 1) satisfacer necesidad de subsistencia, 2) renovar los factores de producción para mantener la reproducción de la actividad, y 3)  desarrollar actividades culturales, religiosas, políticas u otras que son parte de la dinámica social.

Asimismo Godelier (1980) sostiene que la forma ligada al mercado proviene del modo de producción capitalista. En el mercado los factores de producción y los productos de bienes y servicios se convierten en recursos que adquieren un valor monetario: “En modo de producción capitalista el trabajo se ha convertido en una mercancía más por lo que todos los factores de producción pueden circular por igual en un único mercado, calculándose su valor en términos monetarios”. (Godelier, 1980: 92).

Por último, concerniente al proceso de consumo Godelier (1980) indica que en sociedades precapitalistas las unidades de consumo son las mismas que las unidades de producción. En estas sociedades donde el parentesco predomina las unidades serán la familia (nuclear o compuesta), tribu, clan, u otra. Son reguladas por una autoridad social (jefe de aldea, marido con relación a la mujer, padre con relación a los hijos) que tiene el poder para repartir y atribuir el producto para el consumo individual y social. Sin embargo, con la presencia del mercado no se puede obviar la participación de otros agentes que inciden en el consumo.

1.2.2.   Teoría de la práctica de Pierre Bourdieu

En general esta segunda propuesta refiere que todo campo económico está estructurado por las relaciones de fuerza que se establecen entre los agentes participantes. Cada uno de los agentes cuenta con una cantidad de capitales que son utilizados para controlar el campo económico y los agentes en función de sus intereses. 

Bourdieu (2001) afirma que el campo económico tiene una estructura social determinada. Estructura, formada por la participación de agentes y las relaciones de fuerza que se establecen entre sí. “Los agentes – en este caso, las empresas – crean el espacio, esto es, el campo económico, que sólo existe por los agentes que se encuentran en él y que deforman el espacio próximo a ellos confiriéndole una estructura determinada”. (Bourdieu, 2001: 222). Los agentes, están definidos por el volumen y la estructura del capital que poseen. Los agentes que cuenten con mayor tipo de capitales tendrán mayores posibilidades de concentrar fuerza y ejercer presión y efectos sobre los demás agentes, controlando una parte significativa del campo económico.  

                     “Los agentes, esto es, las empresas, definidas por el volumen y la estructura del capital especifico que poseen, los que determinan la estructura del campo que los determina, es decir, el estado  de las fuerzas que se ejercen sobre el conjunto de las empresas dedicas a la producción de bienes similares. Las empresas, que ejercen efectos potenciales variables en su intensidad y dirección, controlan una parte del campo (participación en el mercado) tanto más grande cuanto más importante es su capital”. (Bourdieu, 2001: 222)

Asimismo, Bourdieu (2001) señala que la fuerza asociada a un agente depende del volumen y la estructura del capital que poseen, en sus diferentes tipos-capital financiero, cultural, tecnológico, jurídico, comercial, social y simbólico-pueden ser factores diferenciales de éxito que aseguren la ventaja en la competencia dentro del campo. El agente que domine una parte importante del capital tendrá el poder sobre el campo y los demás agentes menos provistos de capital. Estableciendo el derecho de entrada al campo, la distribución de las oportunidades de ganancias, las regularidades y las reglas de juego. 

La fuerza asociada a un agente  depende de sus diferentes cartas de triunfo, a veces llamadas strategic market asstes – factores diferenciales de éxito(o de fracaso) que pueden asegurarle una ventaja en la competencia - , es decir, más precisamente, del volumen  y la estructura del capital que poseen, en sus diferentes tipos: capital financiero, real o potencial, capital cultural (que no hay que confundir con el “capital humano”), que puede especificarse como capital tecnológico, capital jurídico y capital organizativo (incluido en él el capital de información sobre el campo), el capital comercial, capital social y capital simbólico”. (Bourdieu, 2001: 222)

De manera complementaria, Bourdieu (2001) indica que el campo económico es también un espacio de luchas, donde los agentes poseedores de diferentes recursos se enfrentan para tener acceso al intercambio, conservar o transformar la relación de fuerza vigente. “El campo de fuerzas es también un campo de luchas, campo de acción socialmente construido donde agentes que cuentan con recursos difieren se enfrentan para tener acceso al intercambio y conservar o transformar la relación de fuerza vigente”. (Bourdieu, 2001: 227). Sin embargo el agente dominante adoptará estrategias con la finalidad de perpetuarse o redoblar su dominación. Por ejemplo, utilizan el capital simbólico para desarrollar estrategias destinadas a intimidar a sus competidores.

                    “Estrategias que pueden ser un mero bluff, pero creíble, y por lo tanto eficaz, gracias a su capital simbólico… de manera general, las empresas hegemónicas tienen la capacidad de imponer el tiempo de las transformaciones en los diferentes ámbitos: producción, marketing, investigación, etc., y el uso diferencial del tiempo es uno de los principales medios de su poder.” (Bourdieu, 2001: 230)

Por otro lado, Bourdieu (2001) sostiene que la aparición de un nuevo agente eficiente puede modificar la estructura del campo económico. En el mismo sentido, los agentes secundarios pueden responder al agente dominante, de manera directa bajando costos y precios, adquiriendo tecnología; e indirectamente, reutilizando sus propias estrategias.

Finalmente, todo agente dentro del campo es un agente social porque está dotado de un habitus que es un principio de acción económico con sentido práctico, que está conformado por la experiencia de situaciones constantes o recurrentes que producen disposiciones para actuar y enfrentar situaciones similares en la estructura social del campo económico.

1.3.     Contexto económico de las sociedades pesqueras

El concepto de modo de producción permite identificar las diferentes lógicas detrás de las relaciones de producción en sociedades capitalistas y precapitalistas. También apreciar como en la actualidad los diferentes modos de producción precapitalistas se encuentran cada vez más articulados al predominio del sistema capitalista globalizado.

Existen diferencias entre los modos de producción capitalista y precapitalistas respecto a la explotación de los recursos naturales y el empleo de la fuerza de trabajo. Una importante diferencia entre la lógica capitalista y la precapitalista se observa en la explotación de los recursos naturales: mientras la primera opera a gran escala y busca maximizar sus beneficios económicos presionando la sostenibilidad misma de los recursos naturales, la segunda opera a menor escala y por lo general en equilibrio con sus ecosistemas.

El desarrollo del capitalismo y la economía de mercado generan importantes cambios. Según Molina y Valenzuela (2006) las economías campesina locales se encuentran dominadas por el mercado. Sociedades que operan bajo tres principios: 1) el precio del mercado está determinado por las fuerzas impersonales de la oferta y la demanda, 2) los vendedores y los compradores dependen del mercado para su subsistencia, 3) los precios del mercado de los productos finales influyen de forma crucial en las decisiones de la producción.

Hoy en día, la expansión mundial de estos principios ha generado que el sistema capitalista se inserte cada vez más en sectores anteriormente externos o periféricos, como se evidencia entre sociedades de pescadores en países tan disimiles como Malaysia, México, Guatemala, Chile y Perú.

En Malaysia, Valenzuela, Hugo (2008) en el artículo titulado: Pescadores malayos y su antropología económica: ecología, tecnología y productividad. Expone una investigación que realizó a los pescadores malayos en la Isla de Pulau Tuba, una de las tres únicas islas pobladas de las 101 que conforman el archipiélago de Langkawi, en el Estado Kedah, Malaysia peninsular. El estudio se basa en una muestra compuesta por 43 unidades pesqueras, un total de 86 pescadores que equivale al 43% de los pescadores de la zona.

El artículo concluye que la sociedad de pescadores de la isla de Pulau Tuba se encuentra en una transición socioeconómica de una economía de subsistencia a una economía de mercado. El trance económico constriñe a la economía local mediante los factores mercantiles: de especialización mercantil en la captura de la gamba, una serie de factores infraestructurales, a la propia naturaleza de la mercancía y al gusto del consumidor y su demanda.

Estos factores mercantiles tienen un efecto perverso para los pescadores y campesinos porque su producto tiene un valor de cambio mínimo, permitiéndoles subsistir por debajo del nivel de renta nacional. Mientras que los beneficiados dentro de la cadena económica son los distribuidores y mediadores, más que los propios productores.

Ello los sitúa en una paradoja, en la que si bien es cierto esta sociedad ha dejado atrás muchos rasgos del campesinado, sólo se ha integrado de modo imperfecto y marginal en la economía de mercado, debido a que se ha relegado exclusivamente a la explotación comercial de un solo recurso económico y perecedero como la gamba.

En México, Delgado, Claudia (2009) elaboró una tesis para optar el grado de maestra en Antropología Social, titulada: Los pescadores de seri, yaqui y kineños: un estudio comparativo sobre la inserción del capitalismo en tres comunidades pesqueras en el golfo de California.

El estudio se realizó en México, en el golfo de California, abarca las localidades de: la Punta Chueca, El Desemboque, La Bahía de Kino, Las Guásimas de Belem. Donde se sitúan tres comunidades pesqueras: 1) los pescadores locales de la Bahía de Kino, 2) los pescadores comuneros indígenas de Seri, 3) los pescadores comuneros indígenas de Yaqui.

Concluyendo que la complejidad física y ecológica del territorio marino ha impedido que el capitalismo se inserte directamente, en estas tres comunidades pesqueras, para controlar los recursos pesqueros. Sin embargo por la deficiencia del sistema de gestión de los recursos y sus instituciones (parentesco y cooperativa) lo hace de manera indirecta a través del sistema de partes, y el control de los medios de producción y la fuerza de trabajo.

En Guatemala, Melendreras, Paulo (2008) realizó una tesis para optar el grado académico de licenciatura en Antropología, denominada: El hombre y el mar en el puerto de Iztapa, Escuintla: una mirada antropologica a la pesca artesanal. La investigación se realizó en las costas del puerto de Iztapa y en la costa del Océano Pacifico de Guatemala, la muestra se tomó a los pescadores artesanales Iztapeños ancianos y adultos.

La tesis concluye que en el puerto Iztapa conviven principalmente dos formas de pesca: artesanal e industrial. Sector pesquero artesanal representado por los pescadores locales, cuentan con una producción mercantil simple, es básicamente para el autoconsumo y el comercio. El sector pesquero industrial conformado por un pequeño grupo de empresas privadas nacionales y extranjeras, quienes trabajan bajo la lógica de la economía de mercado donde la naturaleza es un bien explotable y mercantilizable.

Estas formas productivas, en mayor medida la industrial, con sus actividades de extracción y mercantilización de bienes masivos, han ejercido una presión sobre la vida natural, ocasionando una serie de problemas que afectan directa e indirectamente al pescador local y a la naturaleza marino costera.

Problemas como: la extinción de las reservas explotables de varias especies marinas y el deterioro de la salud ecológica del sistema natural marino costero del Océano Pacifico. Esto impacta en los pescadores artesanales, disminuye sus ingresos y calidad de vida, se vuelven asalariados en actividades secundarias, o migran a otros lugares en busca de empleo.

En Chile, Neira, Paz (2005) elaboró una memoria, para optar el título de Antropología Social, denominada: Las comunidades de pescadores artesanales frente a la modernización: el caso de la caleta Queule. El estudio se realizó en Chile, en la IX región de la Araucanía, caleta de Queule.

El trabajo concluye que la inserción del capitalismo ha generado que las comunidades pesqueras de la costa de Chile estén inmersas dentro de un proceso, histórico, político y económico, que produce profundos cambios que afectan en los aspectos de sobrevivencia material, identitaria, cultural y social. Sin embargo, estos cambios impuestos deben ser cuestionados por los pescadores locales para definir si se integran o no al modelo neoliberal.

En Perú, García, Amelia (1999) elaboró una tesis de investigación para optar el título profesional de licenciatura en Antropología, denominada: Pescadores artesanales y medio ambiente en la Reserva Nacional de Paracas- Pisco, Perú. La investigación se realizó en el distrito de Paracas, en la bahía de Laguna Grande y Península de Paracas, ambas conforman la reserva de Paracas. Específicamente en dos sectores de la caleta Laguna Grande: 1) Laguna Grande - Sector Ranchería y 2) Laguna Grande – Sector Muelle. La muestra se realiza a los pescadores iqueños y a los marisqueros pisqueños e inmigrantes.

El estudio concluye que las sociedades pesqueras y marisqueras cuentan con una visión holística de su universo, conciben su mundo como una sola unidad, estableciendo una relación armoniosa entre el mundo natural y las actividades extractivas. Resistiéndose a las economías y tecnologías depredatorías. Sin embargo, factores externos vinculados a la modernidad, a la economía y sociedad capitalista, cultura y producción de mercado, han originado el trastrocamiento de la ecología y cultura de la zona de Paracas.

Este trastrocamiento ha sido posible por las políticas económicas liberales que el Estado Peruano ha adoptado. Como respaldar el proceso de privatización de la zona (caletas, playas, áreas de pesca y zonas marisqueras) para desalojar o excluir a las poblaciones locales, a cambio de sólo favorecer las actividades e interés del sector privado empresarial. Teniendo como resultado un etnocidio.

Esta problemática conlleva referenciar la política pesquera que se ha ejecutado, desde 1990 hasta la actualidad, para orientar las actividades de pesca artesanal en Perú y los efectos que ha tenido en población pesquera. Según Galarza y Kámiche (2015) basados en el I Censo Nacional de Pesca Artesanal (2012) existe un promedio de 44.000 pescadores artesanales y 12.400 armadores. Siendo la región Piura donde se registran el mayor porcentaje de pescadores: 13.248, seguida de Ica con 5.731 y por último Lima con 5.631. Agregando que es una actividad predominantemente masculina a un 97%, donde la participación de las mujeres es solo un 3%.

Asimismo Galarza y Kámiche (2015) señalan que la estructura del sector pesquero nacional está dividido en tres actividades: a) la actividad industrial, b) la actividad artesanal y c) la acuicultura.

El sector pesquero artesanal (a nivel nacional y regional) está sujeto a una normatividad nacional que se rige de en función a la Ley General de Pesca 25977. Ley que determina los principios básicos relativos a los objetivos y la base conceptual y legal del ordenamiento pesquero (Galarza y Kámiche, 2015:27)

Galarza y Kámiche (2015) señalan que el artículo 1° tiene como objetivo normar la actividad pesquera y promover su desarrollo sostenido. Por un lado para asegurar una explotación racional de los recursos hidrobiológicos, que genere alimentos, empleos e ingresos, sin dejar de preservar del medio ambiente y la biodiversidad. Ya que son parte del patrimonio nacional y deben ser protegidos por el Estado.  Por el otro el establecer de los principios reguladores de la actividad y las funciones que debe cumplir del Ministerio de Producción en temas relacionados con la conservación de los recursos y los sistemas de ordenamiento de los tipos de pesquería.

Estos sistemas de ordenamiento pesquero establecen las siguientes medidas: 

                    “las cuotas globales de captura, las temporadas y zonas de pesca, la regulación del esfuerzo pesquero, los métodos de pesca, las tallas mínimas de captura, y a su vez de normas que logren que la actividad pesquera sea sostenible y garantice la preservación de los recursos hidrobiológicos”. (Galarza y Kámiche, 2015:28)

Donde los Reglamentos de Ordenamiento Pesquero determinan que cada sistema debe considerar temas como:

                     “Régimen de acceso, magnitud del esfuerzo pesquero, cuotas de captura permisible, características sobre la flota pesquera, tamaño mínimo de captura y porcentajes permisibles de captura incidental de ejemplares juveniles, montos por derechos de explotación, entre otros” (Galarza y Kámiche, 2015:29)

Asimismo señalan que el sector pesquero debe enmarcarse bajo cuatro modalidades de operación:

                    “(i) la concesión de las infraestructura estatal; (ii) autorizaciones para realizar actividades de investigación, comercialización, incremento en la flota o instalaciones de establecimientos industriales pesqueros; (iii) permisos para operar con bandera peruana o extranjera; (iv) las licencias para operar plantas de procesamiento”. (Galarza y Kámiche, 2015:28)

Según Galarza y Kámiche (2015) el reglamento de la Ley General de Pesca contempla en una serie de artículos y decretos supremos específicos que definen y regulan la actividad artesanal.  El artículo 20° establece lo siguientes:

                    “la actividad pesquera artesanal es aquella actividad realizada por personas naturales o jurídicas sin empleo de embarcación o con empleo de embarcaciones de hasta 32,6 m3 de capacidad de bodega y hasta 15 metros de eslora, con predominio de trabajo manual, que tiene como objetivo principal la extracción de recursos hidrobiológicos para atender la demanda interna de pescado fresco y congelado”… “Asimismo debe utilizar aparejos menores como el espinel, la beta el sardinel, etc., tiene un área exclusiva de pesca comprendida entre la línea de costa y las 5 millas. Se puede decir también que la pesca artesanal comprende desde una pesca de subsistencia hasta una con niveles de organización social. El destino de la pesca artesanal es mayormente de especies para el consumo humano directo, que terminan en los principales mercados del país, especialmente en estado fresco.” (Galarza y Kámiche, 2015:17)

Sin embargo señalan que en el año 2012 la Ley se modificó, a través de los D.S. 005-12-Produce y el D.S. 011-2013-Produce, para que la pesca industrial pueda explotar el recurso de la anchoveta destinada al consumo humano. Estableciendo que dentro de la pesca artesanal deben haber dos tipos de flota: una artesanal, con capacidad de 10 m3, que opera solo en las 5 millas costeras; y otra de menor escala, con capacidad de 10 y 32, 6 m3, que podrá pesca entre las 5 y 10 millas.

El artículo 65° que exonera de pago de derechos (concesiones, autorizaciones, permisos de pesca y licencias) a las personas naturales y jurídicas que efectúan la pesca artesanal.  Así como también el artículo 76° que prohíbe la utilización de aparejos de pesca no autorizados y métodos ilícitos (explosivos, materiales tóxicos, u otros) que atente contra el ser humano y los recursos hidrobiológicos.  Y el artículo 63° señala que el Fondo Nacional de Desarrollo Pesquero (Fondepes) es la institución encargada de:

                    “promover y desarrollar la construcción de la infraestructura básica y el equipamiento para el desarrollo de la pesca artesanal, mediante la entrega en administración de muelles o desembarcaderos; módulos de manipuleo, lavado y fileteo de pescado; cámara de frío, camiones isotérmicos, u otros; y plantas de procesamiento primario, entre otros” (Galarza y Kámiche, 2015:31)

A su vez esta entidad trabaja con el Instituto Tecnológico de la Producción para aplicar instrumentos de promoción, que brinden capacitación y asistencia técnica en temas sanitarios y en la elaboración de productos de recursos hidrobiológicos

Finalmente agregan que el Gobierno nacional se encuentra en un proceso de descentralización, transfiriendo algunas responsabilidades a los gobiernos regionales y locales, que ayudaran al desarrollo del subsector.

Este marco normativo cuenta con limitaciones y contracciones que vulneran la actividad pesca artesanal en el Perú. Primero, solo se restringe a establecer criterios técnicos de la forma de trabajo, distancias de las zonas de pesca, características de los medios de producción, y del destino del producto. Dejando de lado el aspecto social, cultural y económico que son parte importante de la dinámica pesquera.  

Segundo, muchos de estos artículos que establece la Ley se quedan sin efecto al permitir (mediante los Decretos Supremos) que las actividades de la pesca industrial se superpongan a las actividades de la pesca artesanal. Es una contradicción establecer la exclusividad de las cinco millas para la pesca artesanal, si luego concederán a la pesca industrial (de menor escala) licencias para pescar entre las cinco y diez millas, utilizando aparejos de mayor capacidad que ponen en peligro la sostenibilidad de los recursos marinos. 

Tercero, no es solo tecnificar la pesca artesanal para una mejor industrialización de los recursos pesqueros, sino que además se debe regular los precios del producto en el mercado, para que los productores artesanales maximicen sus ganancias sin llegar a la sobreexplotación de los recursos.

En la Ley se debe incluir decretos legislativos y supremos que cuenten con criterios socioculturales que ayuden a tener una visión integral y real de la pesquera artesanal. Asimismo que contemplen la importancia de las sociedades pesqueras en la producción local, como una práctica ancestral que provee alimentos a la población nacional y que conserva el medio ambiente para las futuras generaciones. 

Si no se toma estas consideraciones para modificar Ley de Pesca, los gobiernos y sus instituciones, seguirán sin producir políticas efectivas que eviten la informalidad dentro del sector. Informalidad que perjudica directamente a las sociedades pesqueras, el ecosistema marino y la población en general.

Como sugiere Medicina (2014) al afirmar que la desarticulación entre el Estado, la empresa privada y la sociedad ha llevado a la pesca artesanal en el Perú a ser un sector informal. Que prevalece el poder del mercado (a través de la oferta y la demanda) controlando el precio producto y los ingresos del peón-tripulante; junto a ello la escasa infraestructura restringe una adecuada ejecución de los procesos productivos, de conservación y distribución. Han determinado que los agentes y actores participantes no se inserten al mercado laboral formal, que evite la pobreza en el entorno familiar, la depredación del ecosistema marino y el decrecimiento de la productividad local.

Estas referencias han servido para relacionar que la producción local está inmersa en un contexto capitalista. Ya que este impacta negativamente en la producción y reproducción de las actividades diarias de los pescadores Lobiteños. Un contexto que articula de dos formas: la forma directa por el grupo de comerciantes locales que controlan el producto, y la forma indirecta por la coexiste entre las diferentes industrias (petrolera, pesquera y hotelera) y los pescadores.

La forma directa es mediante un grupo de comerciantes, que controla la producción y reproducción pesquera a través del precio del producto (que está supeditado a la ley de la oferta y la demanda). Impidiéndoles vender sus productos a otros mercados, que les generen mayores ingresos que no estén por debajo de la renta nacional.
La forma indirecta se concreta cuando la industria petrolera con la instalación de plataformas en el mar, dentro de las cinco millas, ha ocasionado que muchas antiguas zonas de pescas se conviertan en espacios privados. Donde no se puede realizar ninguna actividad pesquera. Además cuando en estas plataformas se producen derrames de petróleo o fugas de gas ocasionan contaminación ambiental en sus alrededores.

Asimismo, la industria pesquera (consumo humano) con su flota pesquera invade constantemente las áreas de pesca artesanal. Sus actividades extractivas a gran escala depredan las especies marinas, perjudicando la productividad diaria y futura de los pescadores locales.
La industria hotelera y la construcción de hoteles en gran parte de la franja costera han convertido el espacio público en privado. Impidiendo el libre tránsito de los pescadores para realizar sus labores, como lo hacían sus antepasados



[1] Según Molina y Valenzuela (2006) una formación social es una entidad dentro de una frontera geográfica que posee sus propias particularidades en el desarrollo histórico de su estructura económica y superestructura.

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