NOTA BENE:

Revista Internacional del Colegio Profesional de Antropólogos de Lima. Sede: New York.


viernes, 12 de octubre de 2018

Desarrollo humano, territorios y juventud rural. Lima, Peru




CARTA ABIERTA A DON ALBERTO FUJIMORI EX PRESIDENTE DEL PERU

Carta del Dr. Víctor Raúl Castillo Maury

Me dirijo a usted, impulsado por la lástima que me provoca, verlo postrado en una cama hospitalaria solicitando piedad por su persona a fin que no lo encarcelen nuevamente por los delitos cometidos por usted en el cargo de Presidente de la República del Perú. De inmediato llegó a mi memoria cuando yo, como médico de Servicio de Guardia de la Sanidad del Grupo 8 de la Fuerza Aérea del Perú, durante su largo Gobierno ilegal, fui llamado de Emergencia al Salón Chavín, para atenderlo a usted que requería atención Médica urgente. Al estar a su lado, le extendí cordialmente mi diestra para saludarlo y usted señor Fujimori, sentado en aparente buen estado de salud, despierto, menospreció mi mano y la dejó en el aire despreciada, pese a que mi saludo era a nombre de los EX ALUMNOS UGARTINOS y donde usted también estudió. 


De inmediato pude entender, que estaba atendiendo a un paciente, sano, con pequeñas dificultades gástricas (DISPEPSIA) pero lleno de SOBERBIA Y VANIDAD. Ahora que ha pasado el tiempo y al verlo en una camilla, fingiendo mal estado Cardiaco y con gestos lastimeros, me invade mucha pena, pero no por usted, sino, por todos los Peruanos, que hemos tenido un Presidente COBARDE, QUE RENUNCIO A LA PRESIDENCIA DE LA REPUBLICA DEL PERU POR FAX ANTICONSTITUCIONALMENTE y ahora con malestar fingido quiere impresionar a la opinión pública. Le aseguro a usted, que cuando vuelva a la Cárcel, NO VA A MORIR, PORQUE EN ESA PRISION DE ORO USTED DISFRUTA DE TODO, LO QUE NO PUEDE UN PRESO COMUN Y CON MAS AÑOS DE ANCIANIDAD, PERO PREFIEREN MORIR DE PIE, EN PAGO A LA SOCIEDAD POR LOS DELITOS COMETIDOS. Por último, frente a la muerte, hay que ser valiente y solamente tener dignidad para saber pedir perdón por los daños cometidos. ¡ VIVA EL PERU ¡

(Foto tomada de Internet: www.elnuevodia.com ).

Encuentro de carreras, Universidad Tecnica de Oruro, Bolivia




sábado, 6 de octubre de 2018

“PRODUCCIÓN PESQUERA ARTESANAL. ESTUDIO DE CASO PESCADORES ARTESANALES LOBITEÑOS, BARRIO PRIMAVERA, DISTRITO DE LOBITOS, PROVINCIA DE TALARA, PIURA. 2012 – 2015”


UNIVERSIDAD NACIONAL FEDERICO VILLARREAL
FACULTAD DE HUMANIDADES

JOSÉ FAUSTINO QUEREVALÚ MIÑÁN
TESIS PARA OBTENER EL TÍTULO PROFESIONAL DE LICENCIADO
EN ANTROPOLOGÍA
ASESOR DR. MARTÉ EULOGIO SÁNCHEZ VILLAGÓMEZ

LIMA, 2016


Parte primera


A la memoria de mi abuelo, Fausto: un buen hombre y pescador.
Agradecimientos
En el momento que consolidé cada una de las ideas que inquietaba mi mente me di cuenta que había culminado de redactar la tesis. Pero no podía cerrar este proyecto sin antes agradecer a cada una de las personas que me acompañaron en este largo proceso, sin su apoyo incondicional no lo hubiese conseguido. Me es grato conmemorarlos porque me hicieron comprender que el ser humano es un ser social, que necesita de los demás para lograr todos los objetivos que se traza en la vida.
Este proyecto académico ha tenido diferentes etapas, que dieron como resultado un producto final con grandes proyecciones a futuro y muchas satisfacciones personales. Por ello es necesario remontarse a la etapa inicial, donde tomé la decisión de estudiar antropología, para agradecer eternamente a mi familia por toda la ayuda moral y económica que me brindaron para tener una oportunidad educativa en un contexto lleno de limitaciones. Esto me llevó a consolidar paulatinamente un compromiso que honrara todo el sacrificio que acarrea alcanzar el grado de licenciado en Antropología, mediante la modalidad de tesis.
Un agradecimiento especial a mis abuelos paternos y maternos: Fausto Querevalú Periche, (Q.E.P.D) Luisa Lama Marchán (Q.E.P.D), Víctor Miñán Nieves (Q.E.P.D) y Delfina Zapata Fiestas (Q.E.P.D), por haberme brindado a mis padres. A mi padre Faustino Querevalú Lama por nunca dudo ni vacilo en creer en los sueños de su hijo, por enseñarme que siempre debo confiar en mis capacidades a pesar del que el resto opine todo lo contrario. A mi madre Soledad Miñán por forjarme una personalidad con capacidad de respuesta para afrontar las adversidades de la vida cotidiana y académica. A mis hermanos: Martín, Shirley y Carla por aprender de sus errores y virtudes. A mi tío José F. Querevalú Lama por ser el ejemplo de perseverancia y sacrifico de mi padre y del mío.
En Lima, a mi familia Ramos Querevalú: a la tía Amalia por su infinita ternura que alivia cualquier pena del alma, y a su vez por impregnar en cada una de sus palabras lo valioso que es la familia. A mi tío Miguel Ramos porque en cada plática que entabla me deslumbraba con su capacidad de análisis, motivándome a ser más consciente de la realidad que estudiaba. A mis primos: Frescia, Myriam, Fanny (Q.E.P.D), Juan Miguel y Marlon por ser un ejemplo de superación y unión familiar ante cualquier adversidad de la vida. A Lourdes G. Varela Marquezado por ser el haz de luz y de amor que todo ser humano debe tener a su lado para no claudicar en sus sueños y anhelos del día a día.
En la época universitaria es necesario agradecer de cada uno de los profesores que siempre aportaron en mi formación antropológica, que ha servido en mi corta vida académica y profesional. A Marté Sánchez Villagómez por darme la oportunidad de aprender los quehaceres antropológicos, desde el trabajo de campo, en los primeros años universitarios. A Walter Saavedra Lobato por siempre impregnar esa curiosidad académica que es indispensable en las ciencias sociales. A Fernando Cáceres Ríos por hacerte entender que si agudizas tu mente podrás descubrir grandes cosas, además por compartirme sus valiosos libros en el momento preciso. A Edilberto Huertas por proporcionarme el libro de Arrieros y conocer el desarrollo de un sistema cultural en la economía. A Héctor Núñez Núñez (Q.E.P.D) por facilitar las diversas lecturas teóricas que enriquecieron la perspectiva académica.
Mike Benites Cerón por insistir que hay que alcanzar sus metas, sin importar el tiempo. A Javier A. Ávila Molero por creer y valorar los proyectos personales de sus alumnos, que aunque parezcan descabellados siempre aportarán algo. A Víctor Paredes Castro por recomendarme la lectura de Hugo Valenzuela e insertarme en el tema que hoy me apasiona.
En la etapa de tesis agradecer a mi asesor Marté Sánchez V. por facilitarme de manera acertada las orientaciones académicas que eran necesarias para consolidar el trabajo final. Al profesor Jorge Runciman por mostrarme su excelente metodología en la corrección de estilo, basada en sencillez y claridad.
Antes de culminar estos agradecimientos, quiero hacer un paréntesis, para dedicar unas palabras especiales a la memoria de Héctor Elías Núñez Núñez (1973-2016) por su sensible fallecimiento, que ha dejado un gran vacío no solo a su familia, sino a la comunidad Villarrealina de la facultad de Humanidades, especialmente en sus alumnos. Alumnos que consideramos que fue uno de los pocos docentes principales que educo, a varias generaciones de antropólogos y no antropólogos, de manera honorable, a pesar de las dificultades que afrontaba diariamente, supo sobrellevarlas significativamente para cumplir su objetivo principal: enseñar a cada alumno o persona que intentaba comprender la ciencia antropológica. Por ello, solo me resta decir gracias por todo lo valioso que brindaste en tan corto tiempo, descansa en paz maestro, tus enseñanzas transcenderán en tiempo y espacio.
Finalmente un gran agradecimiento eterno a cada uno de los pescadores que me brindaron un poco de su tiempo y paciencia para enseñarme una parte de su vasto conocimiento pesquero. Asimismo por recordarme diariamente que estaba en casa junto a la familia.
En especial a los hombres de mar y viento como: Gregorio Eche Yenque (Goyo), Alberto Antón Querevalú (Albertico), César Eche Ruiz (Pelusa), Raúl Eche Ruiz (Kuky), Cosme Eche Panta (El Pato), Vicente Eche Panta, Faustino Eche Panta (La Bacha), Carlos Eche Periche (Calin), Tulio y Jorge Chapilliquén Bayona, Guadalupe Bancayán Rumiche, Daniel Bancayán Eche, José Eche Querevalú (Pajarito), José Chapilliquén Bayona (Q.E.P.D), Marcelino y Juan Eche Ramírez, Félix Querevalú Periche.
Introducción
La presente tesis de investigación tiene como tema de estudio la producción pesquera artesanal de los pescadores lobiteños, del barrio Primavera, distrito de Lobitos, provincia de Talara, departamento de Piura.
La historia del distrito de Lobitos está conformada por una serie de acontecimientos transcendentales que han definido las etapas históricas de su formación social. En una primera etapa (1910 – 1960) Lobitos fue un campamento petrolero, administrado por la petrolera inglesa Oilfields Limited, que posteriormente cambia de razón social a Petrolera Lobitos. En una segunda etapa (1970 – 1990) Lobitos deja de ser un campamento petrolero y pasa a ser una zona militar ocupada por la Octava División del Ejército Peruano. En una tercera etapa (2000 – actualidad) Lobitos recupera su autonomía y se convierte en un distrito abierto habitado por una población de 1,589 habitantes[1], que se encuentran distribuidos en los sectores del nuevo y antiguo Lobitos.
El nuevo Lobitos, es una zona ocupada por hoteles, instituciones públicas (Municipalidad Distrital, colegios, Gobernación) y por pequeño número de familias de pescadores.
En el antiguo Lobitos, que aún mantiene el diseño del campamento petrolero, existen tres barrios: el barrio Bellavista, donde viven familias ligadas al ejército peruano y algunas otras familias de pescadores que arriendan las casas a militares; el barrio Centro, donde viven 3 a 4 familias, aproximadamente, dedicadas al alquiler de viviendas para hospedaje de turistas extranjeros; y el barrio Primavera que es habitado en su totalidad por pescadores artesanales y sus familias.
El barrio Primavera concentra la mayor población del distrito y está organizado en nueve manzanas que albergan aproximadamente a 100 familias, equivalente a unos 350 pobladores, de los cuales de 150 habitantes se dedican a la pesca artesanal, sin embargo no todos laboran durante todo el año porque se dedican a otras actividades que les brindan mayores ingresos. Relegando a la pesca como actividad secundaria.
De los 150 pescadores, sólo 49 de ellos son patrones-dueños de sus embarcaciones, los otros 101 son tripulantes. Lobitos cuenta con una flota total de 49 embarcaciones, pero sólo 45 de ellas están operativas, las 4 restantes están inoperativas en tierra por falta de mantenimiento u otras razones. Sin embargo, de las 45 operativas, solamente 30 trabajan con regularidad durante todo el año, las otras 15 lo hacen de manera esporádica, ya que sus propietarios se dedican a otras actividades, manteniéndolas en sus orinques[2] sin actividad.
Los pescadores de estas 30 embarcaciones venden sus productos a un grupo de 6 comerciantes, cinco de estos comerciantes trabajan con un grupo de 5 pescadores que son sus familiares, el sexto comerciante al no ser de la localidad trabaja con un grupo de 5 de pescadores que no son sus familiares. El muelle es un espacio importante donde no sólo sirve para el embarque y desembarque de los pescadores, sino como un pequeño mercado donde se realiza la comercialización del producto entre ambos agentes económicos.
Ante este contexto se plantea el problema de investigación mediante dos preguntas: 1) Pregunta general: ¿Cómo organizan su sistema de producción pesquera artesanal los pescadores lobiteños? ; 2) Pregunta específica: ¿Qué factores y relaciones internas intervienen en la producción pesquera artesanal en Lobitos?
El objetivo general del estudio fue describir el sistema de producción (producción, distribución, y consumo) de los pescadores lobiteños; asimismo, en el objetivo específico buscó analizar los factores y relaciones internas que conforman la producción pesquera de Lobitos.
La hipótesis general establece que el proceso de producción está conformado por los factores de producción, relaciones de producción y la productividad. El proceso de distribución se divide en dos formas: una no ligada al mercado y la otra ligada al mercado. El proceso de consumo se divide por las unidades de consumo de la familia y el mercado.
La hipótesis especifica señala que la producción pesquera de Lobitos está compuesta por tres factores de producción y cuatro relaciones de producción.[3]
El interés del estudio se fundamentó en identificar el conocimiento cultural y las relaciones sociales que poseen los pescadores lobiteños para desarrollar la actividad pesquera. Conocimiento ancestral que proviene de antiguos pescadores sechuranos[4], y que es transmitido de generación en generación, de padres a hijos, mediante la práctica diaria del oficio.
El marco referencial de estudios de caso sobre comunidades pesqueras, a nivel internacional y nacional, han servido para contrastar, complementar u oponer ideas del caso de Lobitos. Estos estudios se han enfocado fundamentalmente bajo tres ejes temáticos:
1) el proceso de inserción del capitalismo en sociedades tradicionales con una economía de subsistencia; 2) los cambios sociales y culturales que ha producido la economía de mercado en dichas sociedades y su medio ambiente; y 3) el proceso de aprendizaje del oficio.
La investigación, con la finalidad de cumplir con los objetivos: general y específico, se ha recurrido a las siguientes teorías: 1) marxismo estructural de Maurice Godelier y 2) teoría de la práctica de Pierre Bourdieu, para que conformen el marco teórico. El primer enfoque teórico es valioso porque analiza una serie de estudios sobre el tema de modos de producción material en sociedades precapitalista. Maurice Godelier define que el modo de producción como un sistema articulado por una base económica, una estructura jurídica – política y una estructura ideológica. Asimismo es un acto doble porque está sometida a las normas técnicas de una relación determinada de los hombres con la naturaleza, y por las normas sociales que rigen las relaciones de los hombres entre sí en el uso de los factores de producción. 
Cada modo de producción cuenta con tres estructuras: a) una estructura de producción que combina los factores de producción (el trabajo, objetos de trabajo y medios de trabajo) relaciones de producción y la productividad; b) una estructura de distribución donde se dan las formas de apropiación y el uso de las condiciones de la producción y su resultado (dinero y producto social); c) la estructura de consumo donde las unidades de consumo determinan la forma de repartir el producto final.
Asimismo el segundo enfoque es necesario porque en el estudio de caso se identifican otras relaciones de producción que son parte de la producción local. Según Pierre Bourdieu, los agentes participantes establecen relaciones de fuerza para controlar el campo económico. Estos se enfrentan mediante con conjunto de capitales, el agente con mayor capital dominara a los otros agentes, con menos capital, y lograra sus intereses. Como por ejemplo: comprar el producto a bajo precio y garantizar la maximización de las ganancias.
Las actividades en trabajo de campo consistieron: en contactar al Sargento de Playa[5] para presentarme como egresado de la especialidad de antropología de la Universidad Nacional Federico Villarreal, que aspiraba realizar una tesis de licenciatura en su localidad en el tema de pesca artesanal. Luego solicité su cooperación y la de sus compañeros para poder cumplir con los objetivos del estudio. Como resultado de ello la autoridad indicó que debido a la desconfianza de la población hacia personas extrañas era necesario primero informar a cada uno de los pescadores sobre el proyecto, para saber si estaban de acuerdo en participar. Con el grupo de pescadores que aceptaron participar se programaron visitas en sus viviendas, antes de todo informarles en qué consistía el estudio, si estaban de acuerdo se empezaba con la aplicación de las herramientas de investigación.
La muestra se determinó en función al método de saturación, al tiempo de duración del trabajo de campo y al presupuesto económico, por ello sólo se trabajó con 30 pescadores que son una parte significativa de todo el universo poblacional. El trabajo de campo duro todo el mes de mayo de 2012, se convivió permanente de lunes a domingo con los pescadores. Permitiendo desarrollar el método etnográfico, mediante aplicación de diversas técnicas de investigación, que ayudaron recabar datos cualitativos y cuantitativos que iban en función al cumplimiento de los objetivos del proyecto.
Se empezó con la aplicación de encuestas para el recojo de datos cuantitativos, estas se desarrollaron principalmente en tierra, en sus momentos libres y lugares donde se sentían cómodos (en sus casas, muelle, varadero u otro espacio). La practicidad de esta técnica ayudó a generar confianza mutua y a identificar a los futuros informantes claves, que se les realizarían las entrevistas a profundidad, por disponer de una visión general de la producción.
Para el recojo de datos cualitativos, se utilizaron tres técnicas: entrevista a profundidad, observación participante y registro fotográfico pormenorizado. La entrevista a profundidad se utilizó para aprender la forma cómo desarrollan la producción, tanto en el ámbito marítimo como el terrestre. Al igual que en la encuesta, se trabajó con una muestra significativa de 30 participantes.
La observación participante se ejecutó a pescadores que permitieron que un extraño participe mientras realizaban su oficio u otra actividad ligada a ella. Culminado el día de trabajo se registró, en la libreta y diario de campo, anotaciones puntuales sobre lo observado en las prácticas pesqueras del día.
Se elaboró un registro fotográfico paralelamente al desarrollo de las otras técnicas de investigación. Se fotografió las etapas de la producción pesquera en los diferentes espacios donde se realizaban (mar o en tierra). Todas las técnicas aplicadas en campo sirvieron para validar y complementar la información recolectada.
El procesamiento de información tuvo una duración de dos meses. Para los datos cuantitativos se elaboraron bases de datos (con la ayuda de programas informáticos: Spss 20 y Microsoft Office Excel 2007) para arrojar gráficos y tablas que complementarán la descripción etnográfica.
En el aspecto cualitativo, las 30 entrevistas, las notas y diario de campo se transcribieron en su totalidad con la ayuda del reproductor Windows media y el programa Microsoft de Office Word 2007. Información que sirvió como testimonio que valida la descripción etnográfica y los datos cuantitativos.
El registro fotográfico pormenorizado se organizó en función a la información cuantitativa y cualitativa obtenida, con la finalidad de visualizar las etapas de la producción global.
El análisis de información complementó la parte teórica como etnográfica. Toda la información se clasificó acorde a la estructura de la tesis, que se distribuyó en cuatro capítulos. El tiempo que tomó redactar el informe de tesis fue de 15 meses, incluyendo las correcciones de forma y de fondo del asesor, jurados evaluadores, y corrector de estilo.
La tesis cuenta con cuatro capítulos: en el primer capítulo, el marco teórico; en el segundo capítulo, el proceso de producción: los factores de producción y relaciones de producción; en el tercer capítulo, la productividad pesquera; en el cuarto capítulo, formas de distribución y consumo.
Cabe precisar que la productividad es una parte intrínseca del proceso de producción porque mide el costo social que se invierte para obtener el producto. Pero ante la cuantiosa información se decidió que ocupara un capítulo aparte.
Finalmente se encuentran las conclusiones y los anexos: con las tablas y fotografías que complementan el trabajo, así como la bibliografía consultada y citada para la elaboración de la tesis de investigación.

Antecedentes históricos:
Provincia de Talara fue creada el 16 de marzo 1956, mediante la ley N° 12649. Siendo conformada por los distritos de La Brea, Pariñas, Lobitos, Máncora, y El Alto; posteriormente en 1964 se crea el distrito de Los Órganos. En la actualidad  estos son los seis distritos  que conforman la provincia. Donde el distrito de Lobitos es un asiento petrolero, creado el 17 de marzo de 1955, bajo la ley N° 12217.[6]
El proceso histórico del distrito de Lobitos ha estado determinado por los recursos que alberga en su territorio. Con el afán de explotar los recursos petroleros, pesqueros y paisajísticos se formó un escenario conformado por grupos sociales que establecían la dinámica al sistema social.  Que ha iba cambiando mientras transcurrían sus etapas históricas. Cambios que han incidido en el modo de vida de los pescadores lobiteños.
La primera etapa (1910-1960) bajo la administración de la empresa Lobitos Oilfields se construye un campamento petrolero, conformado por barrios, oficinas administrativas, una planta de condensadora de agua, una bodega, tallares, almacenes, una iglesia, y una plaza central donde se ubicaba el cine y el club social. Toda esta estructura servía para que los trabajadores y sus familias desarrollen su vida cotidiana en torno a los requerimientos de la empresa.
Inicialmente el espacio de residencia se dividía en dos zonas, una para los administradores ingleses y la otra para los obreros peruanos, en cada zona se crearon barrios para que puedan vivir los trabajadores y sus familias. El barrio Inglés solo albergaba a los administradores de la empresa y sus familias, y los barrios: Panamá, Primavera, Nicaragua, Castilla y Leticia, que eran habitados por los obreros de la empresa.  Estos seis barrios contaban con los servicios de agua y luz, las 24 horas, además tenían acceso a los demás espacios de sociabilización.  
En este mismo contexto, en la década de 1920 empiezan a llegar las primeras familias de pescadores sechuranos a la localidad, que eligen construir sus casas, de forma rudimentaria, frente al mar, al lado sur de la playa, en la zona que se conoce como La Punta o Verdum. Zona que los albergó cerca de 10 años hasta que la empresa decide incluirlos como parte del campamento, reubicándolos en otro lugar para que no interfieran con las operaciones petroleras.
Fueron reubicados al barrio Plebiscito que se componía de un promedio de 40 casas de madera, equipadas con servicio de agua y luz, las cuales fueron habitadas hasta el año 1957, que se dispone una nueva reubicación de la comunidad hacia el barrio Panamá, que se encontraba más al norte de su lugar de origen. Estar bajo la administración del campamento incluía que los pescadores y sus familias tengan igual acceso a los demás servicios que los trabajadores de la empresa: sus hijos podían ir a las escuelas, participaban en sus actividades cívicas y religiosas, compraban en la bodega, asistían al cine a ver películas de estreno, en otras cosas; a su vez gran parte de la pesca del dia era comprada por la empresa para alimentar a sus trabajadores.
En la segunda etapa (1970-1990) empieza el año 1968 cuando Juan Velasco Alvarado ocupa, bajo un golpe de Estado, la presidencia del Perú y establece una política nacionalista para controlar la economía del país. Siendo una de las medidas expulsar del territorio nacional a las empresas extranjeras que explotan las riquezas de la Nación.
El Estado peruano para llevar a cabo la expropiación de los lotes petroleros en la costa norte movilizó a la Octava División del Ejército Peruano al campamento de Lobitos, donde se expulsó a los administradores extranjeros, pasando hacer una zona controlada por los militares.
Pese a que el distrito contaba con autoridades políticas, en la década del 70’, los militares eran quienes administraban la localidad como zona militar, la cual había quedado despoblada con la salida de la población obrera que residía en los barrios. Que luego pasarían hacer los hogares de las familiares de los militares destacados.
Esta situación generó que los militares cometieran una serie de abusos con la poca población civil que aún vivía en la zona, como el caso de la comunidad pesquera de Lobitos, que durante 20 años intentaron desalojarlos del distrito, desplazándolos del barrio Panamá hacia el barrio Primavera. Cobrándoles excesivamente el arriendo de las casas y los servicios básicos de agua y luz. Confiscándoles la pesca para alimentar a las tropas, si se negaban entregarla los sancionaban recluyéndolos en celdas. Asimismo impedían el ingreso de compradores a la zona para comercializar el producto.
Por otro lado, estas arbitrariedades también se visualizan a nivel infraestructural del campamento, que fue destruido y saqueado en todas sus instalaciones, dejándolo como un pueblo asolado por la guerra. Este contexto finaliza al llegar la década del 90, durante el gobierno de Alberto Fujimori que dispone que la Octava División del Ejército se retire de la localidad, liberando política y socialmente a la población y autoridades para que tomen las riendas de la localidad.  
La tercera etapa (2000-actualidad) el distrito de Lobitos cuenta con población aproximada de 1, 600 habitantes, distribuidos territorialmente en nuevo y antiguo Lobitos. La administración del distrito está a cargo de un conjunto de autoridades políticas, encabezadas por un alcalde, un cuerpo de regidores, un teniente gobernador, y otras autoridades, que gestionan los temas públicos que conciernen a la localidad.   
En el nuevo Lobitos en su mayoría está ocupado por hoteles (que brindan servicio de alojamiento a los turistas que llegan a la localidad) y por instituciones públicas: Municipalidad y colegios, y por un centenar de familias pesqueras, que le dan la dinámica en esta zona del distrito.
 En el antiguo Lobitos se localiza el barrio Primavera que alberga a la comunidad pesquera, que es la mayor población del distrito. El barrio Primavera está conformado por un aproximado de 350 habitantes, entre niños, adultos y ancianos, se organiza en catorce manzanas donde habitan un aproximado de 100 familias, en cada una de estas familias los jefe del hogar, y sus familiares varones, su principal actividad económica es la pesca artesanal, pero de los 150 pescadores, solo 70 pescan durante todo el año, porque la problemática existente los obliga a dedicarse a otras actividades secundarias como : serenazgo, limpieza pública, vigilancia.
La parte central del barrio cuentan con una pequeña plaza central, una capilla, un coliseo, y un parque infantil, donde la población se reúne para festejar todas las actividades civiles y religiosas del año: Fiestas Patrias, Carnavales, Fiesta de San Pedro y San Pablo, Aniversario del distrito, entre otras, que le dan la dinámica social y cultural a la vida cotidiana de cada uno de los habitantes de la localidad.


[1]  INEI – FPNU. 2010. Perú: Principales Indicadores Departamentales 2006 -2009. Lima
[2]  Espacios donde se sitúan las embarcaciones.
[3]  Anexo 9: Matriz de coherencia del proyecto producción pesquera artesanal de Lobitos (PPAL).
[4] Grupo étnico prehispánico dedicado a la actividad pesquera en la costa norte.
[5]  Autoridad local que se encarga de gestionar temas concerniente a los pescadores con la Capitanía de Puerto de Talara.
[6] Bernales, Julio. Talara: Cultura e Identidad. 2007, p.11.

miércoles, 3 de octubre de 2018

DANZA DE CANDIDATOS: LAS ELECCIONES MUNICIPALES EN PERÚ

Melquiades Canales Rubio


Nuestro Perú es ampliamente conocido por su pasado inca. El Incario, estuvo gobernado por una élite de castas, en la cual el Inca era un personaje de procedencia divina, siendo el suyo un gobierno teocrático, después de él estaban los sacerdotes y una serie de personajes de menor rango que administraban política y religiosamente el Tawantinsuyo.

Había unas pocas ciudades grandes, llamadas  llaqtas, como el Cusco, Cajamarca, Quito. Había también otras de menor población y las más pequeñas comarcas, o aldeas, eran los sitios de vida de los ayllus, como se conocía el grupo familiar mínimo del Perú prehispánico. Dichas  llaqtas eran atendidas en todos sus requerimientos por grandes urbanistas, por eso contaban con servicios de agua potable, alcantarillado así como del aseo constante de las mismas y, por supuesto, no había contaminación del medio ambiente.

Luego de la conquista, los españoles trajeron otro sistema de gobierno que tenía su base en la dominación, y cuyo gobierno recaía en los virreyes -quienes representaban al Rey de España-, los encomenderos y otros de menor rango, que eran quienes administraban el Virreinato. En las ciudades había un tipo de alcaldes que eran conocidos como los aguaciles municipales y que se encargaban del ordenamiento, el ornato y la administración de las ciudades. Los españoles fundaron ciudades en todo el Perú, herederas de esas primeras ciudades, son las actuales capitales de departamentos, provincias y distritos.

En la República, se da un cambio en el sistema de gobierno, tomando como eje principal la “democracia” un sistema de gobierno basado en los principios de los grandes pensadores griegos, por ejemplo, Heródoto nos recomendaba “procurar la democracia porque en ella se da la isonomía (la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley) y la libertad de expresión donde afirma que los responsables de gobernar la polis no son otros que los mismos ciudadanos. Esa era la democracia griega” pero en el caso peruano nuestros gobernantes son los herederos de los conquistadores, una clase de poder que todavía subsiste, en la actualidad aliados a los grupos económicos de poder. 


Para el caso específico de las alcaldías, hasta la década de los ochenta del siglo pasado, los alcaldes eran personajes que no tenían ninguna remuneración, sólo después se estableció que esos alcaldes tuvieran remuneraciones, mientras que los regidores percibían una dieta, dependiendo de las ubicaciones e ingresos de las ciudades, y se  convirtieron en botines para los postulantes, que tenían el claro propósito de sustraer fondos de la realización de obras públicas para la ciudad, como pistas, veredas, agua, alcantarillado y otros, que se convirtieron en manjares de propios de la corrupción que hasta ahora es el país. Los corruptos han tenido, los famosos porcentajes en la realización de cada obra municipal que todo el pueblo  sabe y eso también les ha permitido favorecer a sus aliados en las convocatorias y dar trabajo solo y únicamente a sus “amigotes”.

Es así como, a partir del año 2000, se han multiplicado los candidatos en Lima, la capital de la Republica, y para la presente contienda electoral capitalina, se inscribieron 20 candidatos para postular al sillón municipal, mientras que en los distritos limeños ocurre lo mismo, así como sucede también en las distintas regiones del país.

Estas últimas contiendas electorales postulan muchos candidatos con el apoyo de partidos que juegan el rol de (podríamos así llamarlos legítimamente) “vientres de alquiler”, otros se presentan cambiando de bandera política y con “invitados”,  para ver si de esa manera alcanzan los   votos necesarios para llegar a la alcaldía. Hay quienes están cambiando constantemente de color político o de partido, otros se muestran camuflados en otros frentes que parecieran estar representando un partido político mayor, y, en fin, hay muchos más personajes que postulan siempre, sin lograr su cometido (convirtiéndose en candidatos perpetuos), muchos otros siguen repitiendo el cargo, como en el caso del distrito de  San Juan de Miraflores que va por la quinta reelección… esta vez esperamos que los resultados sean diferentes. 


Para poder inscribir sus listas en el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), en el periodo previo de recolección de firmas, los presuntos candidatos han entregado dádivas a la población, especialmente en las zonas populosas, tales como refrescos, fideos, atunes, camisetas, pelotas, comida, etc. La pregunta que nos planteamos es: ¿De dónde obtienen tanto dinero para gastar en esas “dádivas” que recibe un sufrido pueblo necesitado?

Luego de la inscripción electoral de los partidos, se han de hacer gastos millonarios en la propaganda en los carteles de las calles, radio, TV, periódicos, revistas, etc. ¿Quiénes subvencionan esos gastos que ahora se llaman descaradamente “inversiones”? Y no obviemos el hecho de que, antes del cierre de campaña, hay muchos regalos que van con la propaganda, así como que se contratan personas ajenas al medio local para la portátil, vehículos, bandas de músicos. Por cierto que, para el cierre de campaña, se contrata artistas de prestigio para embelesar a los votantes. Incluso, también el día de las elecciones, se reparte alimentos y “estímulos” para los personeros.

Todo lo anterior ocurre en Lima, la capital de la república, pero en provincias la cosa es peor aún con la compra descarada de votos.

Viendo las cosas de esta manera, los candidatos no representan auténticamente al pueblo, o a los electores, la “democracia” no es real porque es un pequeño grupo cerrado de partidos, o agrupaciones políticas, de entre los cuales han sido elegidos los candidatos. Por supuesto, está el importante asunto de que, los partidos que presentan a sus candidatos, también tienen que pagar para inscribirse, por lo que no es raro que quien dé más esté en las primeras listas de regidores.

Y como los partidos políticos corruptos, invitan personajes públicos de la Radio, TV y prensa para poder obtener mayor cantidad de simpatizantes, entonces la población  tiene que votar  o elegir a los candidatos que nos presenta el JNE en sus cartillas y no sale de las bases o representando al pueblo, sino que se elige al “menos peor.”

La población, actualmente se encuentra confundida, no sabe a quién elegir, no lee las propuestas de los candidatos, por eso es que, muchas veces, elige por afinidad, es decir, elige a quien le simpatiza más, le cae mejor, es más guapo, parece mejor hablado o salió airoso de la confrontación.

En el caso de Lima, el debate que propició el JNE con la firma del pacto ético mostró que algunos no cumplen con sus compromisos; es el caso de un candidato que no asistió al debate del domingo 22 de setiembre del 2018,  transgrediendo dicho pacto.

El financiamiento de los partidos políticos o de sus agrupaciones puede ser público, privado o corporativo, pero aún no hay transparencia.  Dentro de este contexto el Congreso está discutiendo una ley que tome en cuenta estos aspectos y que genere  transparencia en el manejo de los recursos en las campañas políticas.

Se recomienda que viendo todo este panorama se haga la elección revisando los antecedentes de todos los candidatos, debemos informarnos con detalle y elegir a conciencia para no arrepentirnos.

Asimismo, es importante que en cada barrio se genere la vigilancia ciudadana organizada para impedir que continúen los actos de corrupción y estafa al pueblo. Es también nuestra responsabilidad.



martes, 2 de octubre de 2018

ODIL


Carlos Alberto Saavedra


La recepción estaba en su agonía, con los invitados que poco a poco emprendían la retirada, mientras Ricardo, con la inspiración desbocada por la cerveza, cantaba casi con angustia, mirando a Ofelia con ojos que expresaban al mismo tiempo desolación y esperanza, estrujando la guitarra, ladeándose, como pidiéndole perdón por algún pecado que todos desconocíamos.

Esposa mía, tesoro mío
cuánto te quiero
yo siempre vivo enamorado
de tu alma buena
quiero rendirte este homenaje
con mi guitarra
en nombre de nuestras hijas
con mi más profundo amor.


Cantaba con esa su voz trémula, que había aprendido a modular gracias a los consejos de Rosita Alarco, en su época de integrante del Coro Universitario de San Marcos, mientras Ofelia sonreía de una manera extraña, dueña al parecer del secreto que tanto nos intrigaba, pues era obvio que algún problema había entre ellos; se percibía que para ella los versos eran una ironía antes que un reconocimiento a su alma buena o un homenaje con el más profundo amor, como repetía Ricardo al final de la canción.

-Seguro que este pendejo le ha sacado la vuelta a Ofelia y está queriendo que ella lo perdone cantándole esta canción –comentó Isidoro, su paisano y compañero de bohemia-, vas a ver que ahorita le canta ese vals de los Embajadores Criollos, ese que dice compañera mía, santa mujercita, siempre bondadosa…

Pero no fue así. Luego del prolongado y repetido con mi más profundo amor, Ricardo se dirigió a la cocina y se sentó en una esquina, como abatido, acaso esperando a alguien a quien confiarle sus penas.

-Compadrito –le dijo entonces, luego del canto, en esa suerte de catarsis que suele generar el exceso de trago- usted sabe que yo quiero a Fela, que realmente la amo, es mi esposa, la que espero me acompañe hasta mi último día en este mundo, porque las jodidas mujeres siempre se mueren después que nosotros; pero me estoy acordando de otra mujer, que fue muy importante en mi vida, hace muchos años, antes que Fela, y no sé por qué se me viene a la mente ahora. No sé por qué, y no creo que sea por el trago. Y me pone así, en ese plan de cojuda angustia, porque es como una infidelidad mental.


Usted sabe, alguna vez lo hemos comentado, por esta vaina del canto y la bohemia, las noches de peña con los amigos que aman la música, uno tiene oportunidades difíciles de rechazar. Uno se deja querer, tiene deslices pasajeros, siempre sin ninguna importancia, que no afectan tu relación matrimonial; pero después, cuando se le agarra camote a la hembrita, por el trato que te da, porque es jovencita y cariñosa, porque se te desparrama todita cuando le cantas una canción de Los Panchos,

Amorcito corazón
yo tengo tentación de un beso
que se prenda en el calor
de nuestro gran amor, mi amor...


O una de Favio,

Mi amiga, mi buena amiga
mi amante niña, mi compañera
quisiera contarle al mundo
lo que es tenerte la noche entera
y recorrer tus caminos
tu vientre fino, tu piel de seda
y el paisaje de tu pelo
sobre mi almohada y tu boca fresca
razón de mi vida, mi fe, toda mi alegría
molino en que gira mi ser
mi amor y mi vida.


Carajo si hasta a mí se me escarapela el cuerpo. Y terminas con un poema de Neruda, Me gustas cuando callas/ porque estás como ausente/ y me oyes desde lejos y mi voz no te toca/ Mariposa de sueño, te pareces a mi alma/ y te pareces a la palabra melancolía.

El poder de la poesía es increíble, especialmente cuando está bien dicha, y si le pones su toque de guitarra, tienes el plato servido, compadre, no hay mujer que se resista al encanto de la poesía y el canto; lo menos que te ganas es una sonrisa, y usted sabe que una sonrisa es como una ventanita que te abren. Lo demás es cuestión de ingenio y perseverancia. Pero cuando te encamotas con alguien, ahí te jodiste, ya eres infiel, y esas infidelidades me han perseguido siempre y me han jodido la vida, compadre.

Me estoy acordando ahora, y eso es lo que me ha puesto triste, de Odil, una hembrita que tuve en Chimbote, que se vino conmigo a Lima cuando terminamos la secundaria, con la que estuve desde que ambos teníamos trece años; nos juramos amor eterno, cortándonos los pulgares y uniendo nuestros dedos sangrantes, compadrito. Te quiero, Ricardo, mi Abelardo, me decía, en el colmo del arrobamiento, y yo le contestaba Te amo Odil, mi Eloísa. Para toda la vida, amor, que nada nos separe. Habíamos leído esa historia de amor y nos figurábamos que éramos ellos, pero con un final feliz.

Y éramos unos chibolitos, apenas entrando a la adolescencia, pero ya con nuestros cariñitos audaces, ya casi con todo, compadre. Yo era consentido en su casa, sus padres, sus hermanos me querían como alguien de la familia, pobrecito Ricardo, decían, es huerfanito, y nos daban rienda suelta para ir a todas partes, casi todo el día compadre, en un plan ya no tan santo, porque ya teníamos nuestras inquietudes sexuales. Parece mentira que eso haya ocurrido, pero ocurrió.

Nos vinimos a Lima en la Chinchaysuyo, en diciembre del sesenta y tantos, yo a estudiar en San Marcos y ella en la UNI, porque así lo habíamos acordado; ella era muy habilidosa con los números, le gustaban las ciencias, y yo más me inclinaba hacia los cursos de humanidades, y era un cero a la izquierda en matemáticas. Alquilamos dos cuartitos, de esos que abundaban cerca de la Plaza San Martín, en el jirón Carabaya, en un edificio viejo, yo al fondo, en el tercer piso, en un cuarto en el que apenas si entraba mi cama y un pequeño escritorio, y ella en el segundo piso, en una habitación igual de pequeña, que daba al patio.


Y allí vivimos nuestro amor; éramos la parejita engreída de la quinta, y eso duró más de un año, hasta que ocurrió lo que siempre ocurre: la interferencia de otra mujer, de esas que te sacan de quicio, que te acosan y persiguen hasta que logran lo que quieren, y después te dicen chau, si te vi no me acuerdo. Odil se enteró del desliz, y de la manera más burda: un día entró a mi cuarto muy de mañana, como hacía casi todos los días, para prepararme mi desayuno, y encontró el calzón de la fulana, que yo había retenido la noche anterior, borracho como estaba, en uno de esos arranques fetichistas que tiene uno.

Hizo un escándalo del carajo, y salió dando un portazo, vociferando que yo era un miserable y un traidor, como todos los chimbotanos patas saladas. Bueno, ella estudió en Chimbote, pero era de Corongo, de la sierra de Ancash, así que su insulto era explicable. Mis vecinos, otros estudiantes como yo, salieron a ver qué había pasado, que por qué tanto escándalo, pero nada, ella se retiró y eso fue todo. Nunca más quiso saber de mí, yo insistí en pedirle perdón cada vez que me cruzaba con ella, porque seguíamos siendo vecinos, iba a su universidad, la acosaba, hasta que me cuadró delante de todos los amigos. Si sigues haciéndome la vida imposible te voy a denunciar por acoso sexual, te voy a meter preso, tengo parientes en el Poder Judicial, me amenazó. Y cada vez que nos encontrábamos ni me miraba. Simplemente se le acabó el amor, o su orgullo fue más fuerte que sus sentimientos. Supongo que habrá sido así.

No la volví a ver. Miento, la vi después de más de treinta años, cuando yo ya estaba casado con Ofelia y teníamos cuatro hijas y tres nietos. Fue en Plaza Vea de Petit Thouars, yo estaba llevando la carretilla con las cosas que Fela compraba para la semana y de pronto sentí que alguien me estaba mirando con detenimiento, volteo y a quién veo, a una señora subida de peso, pero aún bien formada, que se me acerca, como dudando, me planta la mirada, de frente, y me dice Hola, Ricardo, ¿no te acuerdas de mí? Los años habían hecho lo suyo, pero la reconocí. Odil, qué gusto verte, estás igualita, le dije. Igualita a mi abuelita, replicó ella, con ese sentido del humor que desde siempre fue su forma de desdeñar los elogios gratuitos. ¿Qué fue de tu vida? Nunca más volví a saber de ti, continuó, casi sonriendo. Pero yo te busqué un montón de veces, hasta que…

Y no pude continuar porque Ofelia se estaba acercando y soltó un Hola, amor, ¿me presentas a tu amiga?, sin evitar la malicia en su pregunta, clavándole la mirada a Odil. Y antes que pudiera yo abrir la boca Odil dijo, Mil disculpas, creí que era alguien a quien conocía, y se retiró. Qué raro, me pareció ver que conversaban, dijo Fela. Sí, pero, no; se equivocó la señora. Supongo que tipos como yo hay por montones, amor, le dije, mirando la retirada de Odil. No, tú eres único, mi pequeño Richi, me retrucó Ofelia, con evidente ironía.

Cómo me hubiera gustado conversar con ella, saber de su vida, si se había casado, si tenía nietos, como yo, pero no se pudo. Y me quedé intrigado, vacío, pensando en lo que habría sido de mi vida si Odil no me hubiera dado el portazo. Evidentemente, tendría otra familia, Ofelia se habría casado con un profesor, con un abogado, o con otro fulano del Coro, porque había más de uno que la pretendía; no habría Mónica, ni Paola, ni Denisse, ni Fabiola, mis cuatro hijitas, ni los seis nietos que ahora tengo, lo cual sería una pena, pero… Esa noche no pude dormir, compadre, me desperté llorando. Y Ofelia que me pregunta, ¿Has tenido alguna pesadilla, amor? Porque te pasaste la noche gimoteando. Soñé con mi viejo, amor, con mi viejito, le dije, y me fui a trabajar, aún pensando en Odil.

El relato de Ricardo se le quedó grabado, y tuvo que pasar mucho tiempo para dejar de pensar en él, lo veía como un buen material para escribir alguna historia de amor con final infeliz, de esas que tanto abundan en la vida real y que no sirven para telenovelas, pero todo quedó en nada.
Tuvieron que pasar cerca de diez años para que Odil volviera a sus conversas, una de esas noches en las que la tertulia sobre San Marcos y Chimbote los tenía hasta la medianoche charlando, recordando a Charles Uculmana, Carlitos Méndez y Modesto Pajares, ya fallecidos; a los amigos de Miramar y del San Pedro, a Chop Chop Salcedo, que se hizo famoso porque antes de cumplir los 20 cometió un desfalco de más de un millón de soles a la Backus; a Zamora, que cuando cantaba los boleros de Lucho Gatica se olvidaba que era tartamudo; acordándose del Chivo Chávez de Paz, que prometía tanto y que nació y murió literariamente con el librito que escribió sobre la Casa Verde de Vargas Llosa; del Cholo Toledo, que sin haber sido un alumno destacado, y gracias a la generosidad de unos gringos del Cuerpo de Paz, que se lo llevaron a los Estados Unidos, volvió con ese su hablar engolado y llegó a la presidencia de la república; en fin, y Ricardo ufanándose de haberse tirado a casi tantas mujeres como Julio Iglesias, gracias al canto, compadrito. El arte no te hace rico, pero te hace la vida rica, decía cínicamente.



-¿Se acuerda usted de Odil? –le preguntó, cuando estaba seguro de que Fela dormitaba en su cuarto viendo su telenovela brasilera.

-Por supuesto, compadrito, fue mi primer amor, y eso nunca se olvida, aunque, claro, Ofelia es la mujer de mi vida. Pero siempre quisiera saber qué fue de ella, de Odil, porque, qué coincidencia con su pregunta, últimamente se está apareciendo en mis sueños. Es que terminamos mal, y nuestro amor fue una cosa muy linda. Nos juramos amor eterno. Fue un juramento de sangre, como en las películas, compadre.

-Sí, pues, como dijo algún gracioso muy seriamente, el amor es eterno, hasta que se acaba. Fue su culpa, compadre.

-Sí, fue mi culpa, pero más que mi culpa, la del animal infiel que llevamos adentro, compadre; somos muy débiles y la tentación está a la vuelta de la esquina, a veces en la casa de al lado. Bueno, pero yendo al tema, ahora que hay esa vaina de internet, Facebook y los buscapersonas, compadre, ¿no habrá una forma de encontrar a Odil? Yo le doy sus apellidos y a ver si la encuentra, compadrito. Me gustaría hablar con ella, sólo hablar; trate, compadre.


La indagación fue infructuosa.

Una semana después tuvo que viajar a los Estados Unidos, a pasar el tiempo necesario para mantener la residencia, y, como todos los días, revisaba allí la edición digital de El Comercio, en cuyo obituario no era raro encontrar el nombre de algún conocido. Y le llamó la atención la nota fúnebre, más aún porque se le presentó sin buscarla, como una noticia presentada en flash.

DEFUNCION.

La hija, hermano, cuñados, sobrinos y demás familiares de quien en vida fuera la Sra.

ODILY SOTOMAYOR YZAGUIRRE

Cumplen con el penoso deber de comunicar su sensible fallecimiento, acaecido en esta ciudad el día 24 del presente. Su sepelio se realizará hoy a las 4:30 PM en el Cementerio Jardines de la Paz de La Molina, partiendo a las 4:00 PM del Velatorio de la Parroquia de la Virgen de la Reconciliación, Urbanización Camacho, La Molina, donde sus restos están siendo velados.
La Familia agradece a todas aquellas personas que de una u otra manera hagan llegar sus condolencias.
Lima, etc, etc.

No era Odil sino Odily, pero no podía ser otra que ella. Con el nombre correctamente escrito indagó otra vez en el buscador y encontró una empresa que tenía precisamente a Odily Sotomayor Yzaguirre como la Presidenta de su Directorio. Se indicaba también la dirección y el teléfono. Esa misma noche le envió un e-mail a Ricardo, adjuntándole la nota necrológica con los datos de la empresa.

Poco después recibió un mensaje de Ricardo, que decía:

Gracias, compadre, por haberme ayudado a encontrarla, aunque no pude despedirme de ella. Gracias a los datos que me envió pude comunicarme con su hermano, quien me dijo que Odil estaba muy bien hasta hace tres meses, cuando le sobrevino un dolor de cabeza muy fuerte. La llevaron a practicarle unos exámenes y resultó que era un tumor canceroso ya avanzado. La sometieron de inmediato a tratamiento intensivo, a quimioterapia, a radioterapia, pero cada vez los dolores eran más agudos e iba perdiendo la conciencia gradualmente. Me dijo que una semana antes de morir preguntó a todos los que estaban en su habitación si sabían algo de mí. ¿Saben algo de Ricardo? fueron sus palabras, casi sus últimas palabras. Me dijo que sí, que se acordaba de mí, cómo no me voy a acordar de ti, si eras caserito en la familia, todos los días con Odi, estudiando juntos, yendo a la playa juntos, y yo, a veces como un perro guardián, pero se me escabullían. Ustedes eran la pareja perfecta, tan amorosos, nunca entendí por qué terminaron, y Odi nunca nos dio ninguna explicación, insistió. Sacando cuentas, compadre, ese fue el mismo día en que estuvimos conversando de ella y yo le pedí que la busque en internet porque quería conversar con ella. Hoy me siento desolado, siento que una parte importante de mi vida ha muerto con ella. Lloro en silencio, encerrado aquí en el cuartito de cómputo y no le puedo decir nada a Ofelia, porque no entendería. Cómo quisiera tenerlo a mi lado para poder abrazarlo y compartir con usted mi pena.

Muchas gracias por todo.

Ricardo.



POST SCRIPTUM
Transcurrido un año del deceso de Odil recibí una llamada de Ricardo, urgiéndome a que me acercara a su casa, con vestimenta formal, por favor, compadre, porque hoy se va a oficiar la misa del año. Es a las siete de la noche en la Iglesia de la Reconciliación, en Camacho, y a mí no me gusta conducir de noche, usted sabe, ya me está fallando la vista, y además quiero que me acompañe, no vaya a ser que me traicionen los nervios, compadrito.
Un año, quién lo diría. En ese lapso había frecuentado a mis compadres y sido testigo de la gradual recomposición de su matrimonio, ahora en paz y ya resignados a vivir una apacible vejez, soportándose más cortés que cariñosamente, y hasta dándose el trato afectuoso-meloso de antes, aunque con las líneas divisorias claramente marcadas a la hora del sueño, en lo que Ofelia no dio un paso atrás. Ricardo se había retirado de toda actividad profesional y ayudaba a Ofelia en las compras en las tiendas Wong y los quehaceres hogareños, aunque sin extremar; nada de lavar los platos, ni ir al mercado, por ejemplo. Era, además, un abuelo engreidor, que jugaba fulbito con sus nietos, se preocupaba por la salud del gato, le racionaba sus alimentos, cambiaba la arena donde eliminaba sus excretas, pasaba sus días navegando en internet y leyendo la revista Condorito, para amenizar sus matutinas sesiones intestinales.
Accedí a su requerimiento, y a las seis de la tarde estaba en su departamento, bien al terno gris, para acompañarlo a la misa de honras en memoria de Odil.

–Qué bien que has venido, compadrito –me dijo Ofelia en un momento en que estábamos a solas–, porque acá tu compadre estaba todo nervioso, no sabía si ir o no ir a la misa. ¿Qué creerá, que me voy a poner celosa de sus recuerdos? Solo a él se le ocurre eso. ¡Cómo puede creer que me voy a poner celosa de una muerta! Pobrecita, que en paz descanse. Pero me cuentas cómo fue todo, por favor, compadrito; tú sabes, siempre es bueno estar enterada.
–Claro, no te preocupes. Vamos a ver, porque yo también tengo curiosidad por ver lo que pasa. 
Al rato Ricardo se apareció vestido con un terno oscuro y corbata azul, lo que motivó el agrio comentario de Ofelia.
–Vas a parecer el principal de los deudos; no seas tan extremista, ponte algo más claro, ¿o es que te sientes medio viudo?

Llegamos al templo media hora antes de la hora señalada, así que hicimos tiempo en uno de los ambientes aledaños, donde había mesas y sillas, se supone que para que los parroquianos pudieran departir antes de asistir a la misa. 
–Quién diría, compadre, ya ha pasado un año desde que se fue Odil. Parece mentira. Y todavía hay cosas que no me dejan tranquilo. Tenía un poco de temor de venir porque uno no sabe con quién se puede encontrar, así que gracias por acompañarme. 
–No hay de qué, compadre. La verdad es que he oído tanto de Odil y su familia, que estoy más que interesado en conocerlos. 
–Bueno, vamos, creo que ya va a comenzar.
En el curso de la eucaristía, el sacerdote se refirió encomiásticamente a Odil, dijo que había tenido el privilegio de ser su amigo desde que ambos eran jóvenes, que ella fue testigo de su ordenación como sacerdote, que era colaboradora permanente de la parroquia y que nunca había conocido a alguien que llevara una vida tan basada en los principios cristianos, en la solidaridad y en el amor al prójimo, ni tan comprometida con los pobres y los desvalidos. Ella, nuestra querida Odil, que estoy seguro todos ustedes recuerdan con amor, era una mujer de recursos, pero a diferencia de otros, que utilizan esos recursos para llevar una vida llena de lujos y dispendios, ella era una persona de costumbres austeras y contribuía generosamente a financiar las obras de bien social que esta parroquia hace en favor de los sectores de este distrito afectados por la pobreza, a los que ella siempre visitaba. Porque en La Molina también existe gente menesterosa, que requiere del apoyo de quienes pueden compartir su bonanza y hacer caridad cristiana, como lo hizo Odil durante tantos años. Desde aquí te digo, Odily, mi querida Odil, u Odi, como le decíamos muy cariñosamente, ahora que estás gozando de la gracia del Señor, que siempre estarás en nuestros corazones, porque tu obra será recordada siempre. Les pido, de todo corazón, queridos hermanos, que siempre recen por ella y, sobre todo, que sigan su piadoso ejemplo. 
Las palabras del sacerdote conmovieron a los asistentes, entre ellos a Ricardo, a quien sorprendí enjugándose unas lágrimas.

Al concluir la misa, se nos acercó Leónidas, el hermano de Odil, y nos invitó a su casa, donde se ofrecería una recepción a los paisanos. 
Cuando llegamos, todos los ambientes estaban abarrotados de parientes y amigos, conversando animadamente, bebiendo algo y a la espera de los platos cuyos aromas llegaban desde la cocina. En la puerta estaban Leo y su sobrina Ercilia, la hija de Odil, quien saludó a Ricardo con un frío Cómo está, señor, gracias por venir, retirándose de inmediato. 
–Gracias, por acompañarnos, hermano –le dijo Leónidas, más cálidamente, estrechándolo entre sus brazos–; no me imaginé que vendría tanta gente, voy a ver si consigo un par de sillas para ustedes. 
–No te preocupes, Leo, así estamos bien; además no nos podemos quedar mucho tiempo, porque tengo que recoger a mi esposa en Miraflores, tú sabes.
–Bueno, pero siquiera sírvanse un platito. Hemos preparado cuy chactado al estilo de la tierra, con su ajiaco, que seguro hace tiempo no comen. No se lo pierdan. Ah, me olvidaba, por ahí está la Sole, quien me ha dicho que quiere saludarte, Ricardo, para recordar los viejos tiempos. ¿Te acuerdas de ella, no? Está en la terraza, con las amigas de Odil, que han venido de Chimbote. 
–Gracias, Leo, sí la recuerdo; luego me acerco a saludarla. 
Cuando Ricardo escuchó la mención a la Sole me hizo una señal, que la entendí como una indicación para desaparecernos al instante. Imaginé la razón de su apremio. No podía ser otra.
Ya de regreso a su casa noté que seguía conmovido, pero, contra su costumbre, guardó silencio durante todo el trayecto. Se había vuelto un hombre lacónico. Solo rompió su mutismo para decir: 
–Creo que sé lo que me quería decir Odil, compadre.
–¿Sí?
–Sí, compadrito –y me abrazó fuertemente.


East Elmhurst, New York, United States

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