II CONGRESO INTERNACIONAL DE MEDICINA TRADICIONAL Y
SALUD PÚBLICA: “PLANTAS SAGRADAS, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS”
Toluca, Estado de
México
3-5 abril 2014
Ponencia:
Mtro.
Eugeni Porras Carrillo
Centro
INAH-Nayarit
El
tabaco como planta sagrada
Desde
el punto de vista de la etnología, al menos pueden considerarse tres criterios
básicos para definir como sagrada una determinada planta, animal, objeto o
acontecimiento. Por un lado, su protagónica presencia en ciertos mitos o
sistemas mitológicos correspondientes a muchos grupos humanos a través de los
cuales se explican sus orígenes, cualidades y experiencias en los tiempos en
que divinidades, seres humanos, cosas y animales compartían el mismo plano de
existencia y realidad. Por otro lado, el papel que tal planta u objeto
desempeña, al igual que los usos y formas de su consumo, en las ceremonias,
rituales, fiestas y eventos sagrados que llevan a cabo numerosas poblaciones
humanas, suficientemente expuestos por los estudios etnográficos. Finalmente,
los empleos medicinales, las capacidades curativas y el uso como remedios para
múltiples dolencias y enfermedades, tanto físicas como del alma, de ciertas
plantas, objetos o acciones, se ligan y complementan a menudo la clasificación
de “sagrada o sagrado”, sobre lo que también la etnografía proporciona
abundantes ejemplos.
El
tabaco en la mitología.
Lejos
de la frecuente y común connotación de “narración falsa o mentira”, el mito es
entendido aquí como
una expresión que se sitúa a nivel del meta-lenguaje
en cuanto que trasciende el plano del lenguaje articulado, al igual que en la
obra musical…y comparte con el lenguaje su doble naturaleza de objeto histórico
–en tanto que el mito puede pertenecer al orden del habla- y perteneciente al
nivel de la lengua –nivel en el que se formula
(Olavarría 1985:3)
El
tabaco está presente en muchos de los mitos que se han registrado hasta la
fecha en numerosos grupos étnicos (algunos ya extintos) y siempre su aparición
tiene la función de revelar poder, dar fuerza y curación al hombre. También se
presenta como personificado instrumento de salvación ante los múltiples
peligros que los héroes o protagonistas deben enfrentar en sus biografías
ejemplares, así como es también el proveedor de conocimiento y dador de sabiduría.
Varios etnólogos han destacado que la importancia de los mitos asociados al
origen del tabaco tiene que ver con el cambio trascendental (y fundante) que se
da en la humanidad al transitar del estado de naturaleza al de la cultura.
Es,
sin duda, Claude Levi-Strauss quien más se ocupó del estudio de los mitos como
sistemas propios del “pensamiento salvaje” que explican el paso de la
naturaleza a la cultura y narran los hechos por los cuales aparecieron o se
originaron los elementos y acciones que fundamentan la especificidad de lo
humano. Como planta nativa del continente americano, la aparición del tabaco es
narrada en muchos mitos de la región amazónica como parte del sistema que
explica las oposiciones entre “lo crudo y lo cocido”, uno de los aspectos del
tránsito de la naturaleza a la cultura (Levi-Strauss 1982: 102-112). El tabaco está, pues, relacionado con el fuego
de la cocina, con el jaguar, con el parentesco y con otros elementos o
personajes, vinculaciones que son exhaustiva, obsesiva y, a menudo,
complicadamente analizados por el autor francés quien señala en una de sus siempre
parciales conclusiones:
...el humo del tabaco engendra los cerdos salvajes, de
donde viene la carne. Para asar dicha carne hace falta que un desanidador de
pájaros obtenga del jaguar el fuego de cocina; por último, para quitarse de
encima al jaguar hace falta que otro desanidador de pájaros queme su cadáver en
un hogar, dando así nacimiento al tabaco
(Levi-Strauss, ibid.: 110)
Particularmente interesante son las
deducciones extraídas del diálogo que, en el marco de las relaciones entre lo
seco y lo húmedo, los mitos establecen entre la miel y el tabaco (Levi-Strauss
1982-a: 43-57). Considerados ambos como alimento por los Bororo brasileños, los
dos oscilan entre ser estimulantes o ser estupefacientes, a la vez que ambos
suelen formar parte como ingredientes de otras comidas o bebidas, todo lo cual
refuerza el carácter de intermediario o catalizador del tabaco entre los
humanos y los espíritus, entre este mundo y el “mundo otro”:
La miel y el tabaco no son pues acercados como entre
nosotros en razón de un contraste externo que pone aún mejor de relieve sus
valores complementarios, sino más bien en virtud de un contraste interno entre
valores opuestos que la miel y el tabaco conjugan cada quien por su cuenta y
solidariamente uno del otro puesto que, en registros y planos diferentes, cada
uno parece perpetuamente oscilar entre dos estados: el de alimento supremo y el
de veneno extremo…lo mismo que hay que distinguir entre dos modos de consumo de
la miel, en estado fresco o fermentada, puede reducirse a dos formas principales los modos de consumo del tabaco,
no obstante su gran diversidad: aspirado o fumado, el tabaco es consumible en
forma seca y se emparienta entonces con varios narcóticos vegetales (con algunos
de los cuales a veces es mezclado)…o bien, en forma de confitura o de poción,
es consumido en estado húmedo. Resulta que las oposiciones que empleamos al
principio para definir la relación entre la miel y el tabaco (crudo/cocido,
mojado/quemado, infraculinario/supraculinario, etc.) no expresan más que una
parte de la realidad (ibid.: 55-56)
En otro conjunto de mitos (ibid.:
352-370), el insigne antropólogo muestra cómo el origen del tabaco está igualmente
ligado o la aparición de otros eventos no menos significativos y sagrados por
excelencia para la humanidad. Así aparece como protagonista en el origen de los
poderes chamánicos, en la aparición de los instrumentos que los chamanes
utilizan para curar y para establecer contacto con los espíritus (como son las
maracas y las plumas) y en el origen de otras plantas narcóticas o drogas
mágicas con las que a menudo se mezcla, dada su naturaleza catalizadora,
comunicativa, hermética pues. En ellos es casi siempre una figura femenina la
dadora de la planta:
Según los Caribe, el primer brujo curandero, Komanakoto,
oyó un día voces que venían del río; se zambulló y vió mujeres encantadoras que
le enseñaron sus cantos y le donaron el tabaco y la maraca de calabaza hecha y
derecha, con sus guijarros y su mango
(ibid.: 365)
En torno al obsequio por parte de
una entidad femenina del tabaco, cabe mencionar el caso ilustrativo del mito
lakota o sioux que narra la obtención de la pipa o calumet de manos de una
misteriosa mujer que, tras su entrega y mensaje, se transforma en un bisonte o
búfalo consecutivamente primero rojo, luego blanco y, finalmente, negro:
Con esta pipa de misterio caminaréis sobre la Tierra,
pues la Tierra es vuestra abuela y es sagrada…La cazoleta de esta pipa es de
piedra roja: es la Tierra…El cañón de la pipa es de madera, y esto representa
todo lo que crece sobre la Tierra. Y estas doce plumas que cuelgan de donde el cañón penetra en la cazoleta son de Wambali Galeshka, el Águila Moteada, y
representa al Águila y a todos los seres alados. Todos estos pueblos y todas
las cosas del Universo están vinculadas a ti que fumas la pipa: todos envían
sus voces a Wakan Tanka, el Gran Espíritu. Cuando oráis con esta pipa oráis por
todas las cosas y con ellas…Con esta pipa estaréis unidos a los antepasados… Desde
ahora la Pipa de misterio estará en esta tierra roja y los hombres tomarán la
Pipa y enviarán sus voces al Gran Espíritu
(Alce Negro 2002: 30-31)
Simplemente, como un ejemplo más de
la presencia del tabaco en los mitos y del importante papel simbólico que en
ellos juega, mencionemos su asociación con la aparición de la caza, una de las
primeras actividades humanas, en los conjuntos mitológicos de los indios del
norte establecidos en el curso inferior del rio Columbia como los Wasco. En uno
de sus mitos (Levi-Strauss 1981: 130-131) aparecen los temas del humo de tabaco
como alimento del cazador, del tabaco como producto de la caza, del poder
mágico del tabaco para resucitar los huesos de los antepasados, de la
obligación de las nueras de cuidar a sus suegras y de la donación del tabaco a
las mujeres chamanas.
Aunque en la mayoría de los mitos el
tabaco tiene connotaciones positivas para la creación de cultura, algunos de
ellos señalan también que las características peligrosas, con las que se
destaca su elevado poder, son precisamente controladas mediante el correcto
empleo o por la intervención de algún objeto o de alguien que le quita su potencial
peligrosidad:
En el curso de sus peregrinaciones, los demiurgos encontraron
al árbol del tabaco, una de cuyas ramas gruesas, oscilando, mataba a todos los
que pasaban: o bien, lo cual viene a ser lo mismo, el tabaco del árbol era
venenoso. Los demiurgos, o uno de ellos, abatieron el árbol con un instrumento
para retocar las puntas de las flechas según una versión, y decretaron que en
lo venidero el tabaco dejaría de ser tóxico y sería fumado impunemente. La
versión chilcotín sustituye el instrumento por un bastón plantado oblicuamente
que desvía el árbol al caer sobre el cuerpo del demiurgo. Los Thompson dan al
árbol una sombra letal. Coyote se hizo una pipa de piedra, cogió las hojas y
las fumó transformadas en adelante en tabaco (ibid.:132-133)
Por
su parte, otro estudioso de la mitología, el costarricense Enrique Margery
(2003: 3-96) resume los diferentes motivos alrededor de los cuales giran los mitos
del nacimiento, origen u obtención del tabaco en su relación con los seres
humanos. Para ello, considera que, en términos generales, las versiones de los pueblos de América del Norte privilegian el empleo
ofrendatorio, así como su vinculación con la idea de paz, mientras que en el ámbito cultural
sudamericano y amazónico al margen del
uso propiamente hedonista, las versiones suelen asociar el origen del tabaco
con el dominio chamánico (p. 29). En síntesis:
a) El
tabaco es proporcionado por una entidad superior.
1) Por
el Creador, divinidad o héroe cultural.
2) Por
el dueño del tabaco.
3) Por
un ancestro mítico.
4) Por
un chamán.
5) Por
una entidad mítica de naturaleza animal.
6) Por
humanos con poderes especiales.
b) El
tabaco nace del cuerpo o de una parte del cuerpo.
1) Del
cuerpo enterrado de una entidad.
2) De
los huesos enterrados de una entidad
3) De
los genitales de una entidad enterrada
4) Del
cabello enterrado de una entidad
c) El
tabaco nace de las cenizas de una entidad, de su tumba o en el lugar en que
murió.
1) De
una entidad no maligna.
2) De
una entidad maligna.
3) De
una ogresa
4) De
un ser humano
d) Una
entidad sustrae el tabaco a su dueño o guardián
1) Un
“trickster”.
2) El
colibrí o un chamán que se convierte en tal.
e) La
primera planta de tabaco crece en un lugar donde ha yacido una pareja.
f) El
tabaco era un vegetal letal. Una o varias entidades le quitan esa condición y
lo convierten en una especie fumable.
g) El
tabaco es una mezcla de vegetales con otras materias, legado por un trickster
El
tabaco en el ritual
Aunque
para la mayoría de las personas los términos “ritual”, “ceremonia”, “fiesta” o
“culto” tienden a convertirse en sinónimos, para la etnografía y el estudio de
lo sagrado y de las relaciones que los grupos humanos establecen con esa esfera
de la existencia, frente al otro conjunto de actividades englobadas bajo la
categoría de “profano”, el rito viene a ser la unidad mínima constitutiva de
aquéllos. Del sánscrito “rta”, que designa lo que se realiza conforme a lo
establecido antiguamente siguiendo ciertas reglas o normas, que normalmente se
encuentran en la “tradición” o en “el costumbre” de los pueblos, Jean Cazeneuve
presenta una definición amplia del rito como
Un acto individual
o colectivo que siempre, incluso en el caso de que sea suficientemente flexible
para la improvisación, se mantiene fiel a ciertas reglas que son precisamente
las que constituyen lo que en al acto hay de ritual…la repetición es una parte
inseparable de la esencia del rito…con una eficacia que al menos en parte de
orden extraempírico (en Duch 2001: 185)
Particularmente, además de la
repetición como su característica esencial, otros antropólogos señalan el hecho
de que los rituales suelen estar dirigidos hacia aquello que está oculto o
habitualmente no es manifiesto. De este modo, el rito puede considerarse
también como un método o una técnica de acceso a lo sagrado o al contenido de
mitos, acciones o sucesos de tiempos pasados. Así se presenta en la definición
de Fortes:
…un método que
permite en primer lugar, aprehender lo que está oculto, es decir, comprender lo
que está escondido en los acontecimientos y en los incidentes que sobrevienen a
las personas de una cultura particular; en segundo lugar, permite vincular esos
acontecimientos a las creencias y a las posibilidades rituales de esa cultura;
y, finalmente, permite que se incorpore lo que es comprendido y vinculado a la
existencia normal de los individuos y de los grupos
(ibid. 185-186)
Los estudios etnográficos documentan
ampliamente el uso del tabaco en muchos de los ritos que forman actualmente parte
de las religiones, creencias, ceremonias y festividades correspondientes a muy
distintos grupos sociales, especialmente en las poblaciones denominadas
indígenas, aborígenes o grupos étnicos. Es, pues, por las funciones que realiza
en la ritualidad de muchas creencias que el tabaco puede catalogarse como
planta sagrada.
…en gran parte del mundo indígena tradicional el
tabaco era y aun es considerado como un don especial de los dioses a la
humanidad…en México, desde antes de la Conquista, y también siglos después, los
chamanes curanderos de las comunidades de habla náhuatl usaban el piciet
(nicotina rustica) en conjunción con cantos de ciertos mitos primordiales para
colocarse en lo que podríamos llamar “el tiempo místico”…uso del tabaco
tremendamente alejado del fumar hedonista (Furst
1980: 53-54)
Sorprendentemente
hay similitudes con lo que nos encontramos en otras latitudes y otros tiempos
sobre el uso ritual del tabaco, como muestra el testimonio y la explicación
dada por los maestros lakota que, además enseñan algunos de los muchos
simbolismos y valores que se atribuyen al tabaco, al humo y al acto de fumar
que siempre hay que considerar como un todo estrechamente relacionado:
…tabaco adecuado CHANSAHSHA. Has de realizar todos tus
actos (llenar la pipa, fumarla) entonando el canto correspondiente y rezando a
Tunkashila. En realidad tendrías que encender la pipa con boñiga de búfalo
seca; si no puedes conseguirla lo harás con una brasa, pero nunca con una
cerilla. Pasará siempre la pipa hacia la izquierda, porque así es como lo hizo
la Santa Mujer Búfalo Ptesan Win” (George Eagle Elk)…
Lo más sagrado que tenemos es la Pipa
Sagrada…Su piedra roja es nuestra carne y nuestra sangre. Es nuestro corazón.
En la cazoleta está el universo entero. Cada brizna de tabaco representa a un
ser vivo. Con la pipa en la mano solo puedes decir la verdad (Lame Deer en
Erdoes 1997: 25)
Eso
demuestra la existencia de una gran área cultural, amerindia o indoamericana,
en la que el tabaco era y sigue siendo considerado como una planta ritual
ligada a ceremonias y cultos, a peticiones y agradecimientos, formando parte,
entre otros conjuntos, de una especie de “complejo del humo” que abarca a las
plantas e inciensos mediante los cuales se establece la comunicación entre los
humanos y los seres sobrenaturales, entre este mundo y el mundo otro. Un
recorrido por los numerosos estudios etnográficos que existen en la literatura
antropológica, muestra igualmente la existencia de especialistas en el tabaco
función que, en términos generales, recae en el chamán, curandero o “medecine
man” del grupo en cuestión. Es decir, en la persona capacitada o entrenada para
entender el poder del tabaco, saber controlarlo y obtener de él conclusiones
prácticas o acciones concretas en el ámbito de las decisiones personales o
colectivas:
El tabaco puro – syri o huaman tabaco, el famoso
halcón, como los antiguos lo llamaban- da el poder para “visualizar”…y visión,
mente, e imaginación muy rápidas. Por esta razón en tiempos antiguos usaban
rapé hecho de tabaco para aclarar la mente. Exactamente de la misma manera
nosotros…los curanderos…usamos el tabaco: para aclarar nuestras mentes y
acelerar nuestros pensamientos hacia los fines que perseguimos
(Eduardo, curandero peruano, a Sharon
1980: 59)
Los numerosos registros etnográficos
muestran también una muy variable cantidad de valores, símbolos y
significaciones que se le atribuyen al tabaco cuando actúa ritualmente y a su
simple combustión se agrega el papel de los agentes y sus performativos actos
(que, como dijimos, constituyen una unidad ritual indisoluble). Pero una de las
constantes es su capacidad mágica de funcionar como agente comunicativo entre
diversos ámbitos o niveles de realidad: como intermediario o mediador entre las
personas; entre las personas y el mundo espiritual; e incluso entre elementos aparentemente
contrarios como el agua y el fuego. Por ejemplo, entre los huicholes y coras,
que forman parte del área norteamericana en donde, como señalaba el ya
mencionado Margery, el tabaco es sobre todo considerado como una ofrenda que se
recibe y se da. Curiosamente, una de las versiones del mito de origen del
tabaco para los coras o nayeri, transformado y reconstruido a través del largo
proceso evangelizador, señala a un personaje masculino y no a una entidad
femenina como el dador:
Allá hace muchos años, cuando Jesucristo murió se
reunieron a velarlo todos los mestizos y todos los indígenas coras: como estos
últimos se quedaron dormidos, al resucitar Jesucristo para elevarse al cielo, a
los mestizos les heredó todos los bienes materiales: tierras, aguas, bosques,
animales, etcétera. Pero ya cuando Jesús iba elevándose, un anciano indígena
cora despertó y le gritó diciéndole que ¡ay¡ de ellos los coras que los iba a
dejar; entonces Jesucristo les arrojó el agua sagrada, las plumas sagradas, la
pipa y el tabaco diciéndola que con ellas se sirvieran para protegerse; les
indicó que el agua sagrada les serviría para purificar sus almas; con las
plumas sagradas acercándoselas al oído derecho recibirían las palabras de
Nuestro Señor, pero en realidad las escuchaban con el izquierdo; finalmente la
pipa y el tabaco les serviría para la unción del cuerpo, mediante el humo que
marca y mata las enfermedades para poder ser arrojadas del paciente
(González Ramos en Guzmán 2002: 166-167)
Para los huicholes (wixaritari), el tabaco, Ya, es un compañero en la sagrada
peregrinación que realizan a la búsqueda del peyote, tabaco silvestre (macuchi) que se “sacrifica” al ser
ofrecido, fumado en una hoja de maíz, al iniciar la simbólica “cacería” en el
desierto de San Luís Potosí del también sagrado cactus. Al considerarse por
ellos el tabaco como el corazón del fuego, su presencia perpetúa la primera
mítica peregrinación realizada por el mismo fuego o abuelo (tatewarí). Pero, además, el tabaco tiene
otra importantísima función mediadora en los rituales huicholes que nos recuerdan
que las asociaciones, antes expuestas en los mitos, entre el tabaco, la cocina
y el alimento no son un asunto trivial, lejano o aislado sino que se expresan
en acciones actuales que se siguen realizando en el mundo étnico:
El humo también invoca la lluvia…El humo siempre se
relaciona con el fuego. Los huicholes vinculan de diversas maneras estos dos
elementos con la lluvia. Cuando fuman los peregrinos el humo del tabaco forma
nubes, o cuando hierven el caldo de venado en los manantiales de Wirikuta, la
acción del fuego (Tatewarí) sobre las aguas de Na´ariwame forman las nubes que
traerán consigo las nubes (Gutiérrez 2002: 122)
También
para el área maya existe mucha etnografía en torno a los usos rituales del
tabaco entre los varios grupos descendientes de aquella gran antigua
civilización (ver Gabriel 2007: 172-176). En particular, el caso de los
lacandones no hace más que ilustrar y resumir las formas, motivos y
circunstancias de su empleo ritual en el mundo indígena americano mostrando su
papel en los “ritos de paso” así como la estrecha relación existente entre lo
terapéutico y lo ceremonial:
El tabaco representa quizá el único alcaloide presente
en las ceremonias lacandonas, ciertos hombres no lo consumen más que adentro y
en circunstancias rituales. La iniciación de un niño es ocasión para él de
fumar su primer puro de hojas, rodeado de sus mayores en el templo donde acaba de
ser introducido; el tabaco acompaña los momentos más cargados de sacralidad del
ciclo de vida. El humo de tabaco expirado sobre un enfermo tiene propiedades
terapéuticas, el humo inspirado por el celebrante tiene propiedades narcóticas
y excitantes (Marion 1995: 73)
Finalmente, para concluir este punto
referente a los usos actuales del tabaco dentro de los rituales en los pueblos
indígenas de América, sin agotar el tema pues, insistimos, es mucha la
información disponible (por ejemplo, para el caso de los mayas actuales véase),
quiero aludir al caso de los huitoto que se encuentran compartiendo territorio
entre la amazonía peruana y colombiana. Tres aspectos del uso que ellos hacen
del tabaco me parecen destacables:
a.-
en primer lugar su consumo principalmente en forma de “ambil” y no fumado, lo
que muestra la diversidad de formas que adquiere su ingesta entre las
poblaciones para las cuales el tabaco es una planta sagrada:
El ambil de tabaco se prepara de la siguiente manera:
(1) se cosechan las hojas maduras de tabaco; (2) las hojas lavadas se ponen a
cocinar en agua durante varias horas; (3) cuando las hojas están bien
cocinadas, se pasa todo por un cedazo fino escurriendo bien los bagazos, de
manera que quede puro zumo de tabaco; (4) este zumo se pone de nuevo a cocinar
y cuando está espeso se le agrega una mezcla vegetal para darle cuerpo y
elasticidad (ver “mezcla de ambil” en el apéndice 2 de otras especies
vegetales); (5) esta mezcla se sigue cocinando hasta que tome una consistencia
espesa. (Candre y Echeverri 2008: 195 nota)
b.-
En segundo lugar, los huitoto establecen una relación muy estrecha entre esa
forma especial de consumir el tabaco y la manera particular de consumir la hoja
de coca a través del “mambeo”, lo que es un ejemplo más de lo ya señalado
anteriormente: que el tabaco suele asociarse para sus empleos rituales y
ceremoniales individualmente o, junto con otras plantas, formando parte de
mezclas en las que se encuentran varias especies (tal como sucede
frecuentemente en las preparaciones de ayahuasca o yajé cuyo uso se extiende
hoy en día mucho más allá de los espacios comunitarios étnicos).
El mambe de coca se elabora de la siguiente manera:
(1) las hojas maduras de coca se tuestan al fuego utilizando una olla de barro
grande; (2) las hojas tostadas y desmenuzadas se pilan en un mortero de madera
hasta reducirlas a polvo; (3) por aparte se queman hojas secas de yarumo para
obtener ceniza; (4) se mezcla la hoja de coca pulverizada con esta ceniza, y la
mezcla se cierne a través de una corteza fina o un pedazo de tela. La operación
de pilar, mezclar con ceniza y cernir se repite varias veces hasta que en el
cernidor sólo queden las nervaduras de las hojas (ibid.: 196, nota).
c.-
Finalmente, cabe resaltar la importancia que tienen las palabras de los sabios,
como consejos e instrucciones para el “buen vivir” con la que los huitoto
asocian estas dos plantas sagradas y que nos remiten a las cualidades maestras,
de enseñanza y de conocimiento que todos, en mayor o en menor medida, le atribuyen
al tabaco:
Pues la palabra/ de hacer tabaco/ se avisa cuando uno
lo trabaja./ Pero bien trabajado,/ bien cocinado./ Entonces ya/ uno lo hace
enfriar./ Ya frío/ se guarda en un recipiente,/ para después probarlo (Ibid.:195)…Se cuenta cómo nos formamos con palabra de
tabaco y coca (265)…Y ya con esa
Palabra/ él va a cuidar/ – al lado de la primera mata de coca que nace/ él
prueba oraciones,/ al lado de la primera mata de tabaco que nace él prueba
oraciones,/ al lado de la primera mata de yuca dulce que nace, también/ prueba
oraciones, al lado de la mata de maní/ él prueba oraciones./ Para descubrir las
enfermedades,/ para descubrir la enfermedad del tabaco,/ para descubrir la
enfermedad de la coca,/ para descubrir la enfermedad de la yuca dulce,/ para
descubrir la enfermedad del maní,/ para mirar en eso (267).
El
tabaco en la sanación.
El canto-palabra anterior del abuelo
huitoto, nos introduce magníficamente en el especifico ámbito del uso del
tabaco que es el médico o medicinal y por el cual se completan y afianzan sus
propiedades de planta sagrada. Señaladas ya estas funciones curativas en los
mitos y rituales esbozados sintéticamente más arriba, son muchos los remedios
terapéuticos para los que se emplea el tabaco, y no solamente en el terreno de
“lo primitivo” o “tradicional”, sobre el que hay numerosos ejemplos para el
caso mexicano (Zolla 1994: 785-787). Además, ello muestra que el uso del tabaco
a través de la inhalación de su combustión o el humo es tan sólo una más de las
múltiples formas de utilización o métodos de empleo. A modo de recetario
informativo de los que acompañan (o debieran de acompañar) a las muchas
pastillas, medicamentos o drogas legales recetadas por los médicos, el tabaco
está indicado entre otras afecciones para las siguientes:
Contra las hemorroides: la maceración de las
hojas y su uso externo es reconocido para combatir problemas cutáneos y las
hemorroides…También el jugo de las hojas es utilizado para contrarrestar
problemas neurálgicos; como vomitivo: el tabaco es un gran narcótico,
sedante y vomitivo. Su acción gangliopléjica ayuda a relajar el sistema
nervioso; a nivel digestivo: en tratamientos de parásitos intestinales
gracias a sus propiedades paraticales y antihelminíticas; uso externo:
los emplastos con las hojas son aconsejables para las contusiones, golpes e
incluso para reumatismo o el cáncer; beneficios a nivel dermatológico, endocrino,
urinario, cardiovascular, reumatológico y digestivo (en
http:/www.canyamon.info/usos.html)
Entre las diversas partes de la
planta que se pueden aprovechar como remedios curativos se mencionan: a) La
hoja seca en infusión ligera para la hepatitis, espasmos, cólicos, enfermedades
venéreas, colitis, tos, pleuresía, bronquitis, convulsiones, artritis, vejiga;
b) los brotes crudos en ensalada para los huesos, la anemia, el escorbuto y el
insomnio; c) la raíz seca o en remojo tomada como infusión ligera para el
insomnio o dolor de cabeza, y, usada en forma de compresa, también para el
cáncer de piel o la extracción de forúnculos (Summer 1992: 171)
Además de medicina, el tabaco es
considerado también una herramienta (como una especie de rayos-X, bisturí laser
o sacamuelas) tanto como para diagnosticar enfermedades como para extraerlas,
empleada por los curanderos tradicionales y chamanes de todo el mundo, quienes
consideran a esta planta, como ya comenté, como un intermediario entre el mundo
físico y el espiritual, dentro del paradigma de la concepción de la enfermedad
como provocada por causas espirituales o por incumplimiento de obligaciones
sociales y de su eliminación también gracias a la ayuda de esos seres y la restauración
de actos colectivos. A través del humo arrojado al paciente, el marakame huichol descubre la afección de
su paciente y a través del humo limpia las “energías” que le afectan. Herramienta
utilizada también por los propios espíritus, como entre los Caribe Pujai
(Guayana holandesa), por ejemplo, donde el tabaco es masivamente usado en los
ritos de iniciación que incluyen el paso por la enfermedad para convertirse en
chaman o piache:
Cuando, durante su enfermedad de iniciación, los
chamanes ya no pueden soportar sus tormentos, los espíritus con frecuencia les ordenan comer “manilla”
(una mezcla hecha con tabaco fermentado) o beber zumo de tabaco…la ingestión de
tabaco produce una especie de esclarecimiento psicodélico en la condición
psíquica de los iniciados pues muchos de ellos sienten que se han curado
después de usarlo…Los espíritus no parecen personas, son lo que se encuentra
dentro de ellas. Hablan a través de los pensamientos del “piache”. Yo masco
tabaco y más espíritus descienden. No los veo salen de mi cabeza. El tabaco
habla a través de mis pensamientos (testimonio de Petronila)
(Kalweit 1992: 203).
Por otro lado, si el tabaco puede
ser usado por los chamanes o expertos terapeúticos para múltiples curaciones y
aliviar el dolor de los seres humanos, también puede también, por el contrario,
ser empleado para producir enfermedades y causar daño. En ese sentido, la
planta forma parte importante del complejo denominado de las “flechas mágicas”,
que pertenece al ya apuntado paradigma de la medicina tradicional o étnica que
tiende más hacia concepciones exógenas o exteriorizantes de las enfermedad,
destacando más las causas que los síntomas de las mismas y privilegiando las
motivaciones sociales e intencionales más que las impersonales y asociales. De
alguna forma, esas flechas, dardos o “virotes” (como les llaman algunos, en
alusión a las flechas usadas por los conquistadores españoles del continente
sudamericano: ver la interesante conferencia sobre el tabaco impartida por
Jacques Mabbit (2010), fundador de la clínica de desintoxicación Takiwasi en Tarapoto, Perú) son las
materializaciones de los “males puestos” por la brujería o los hechiceros:
…estos proyectiles invisibles son guardados por los chamanes que los
conservan en su propio organismo (estómago, pecho, brazo) y los nutren
directamente con su propia sangres, o con el humo o el jugo de tabaco que ellos
absorben regularmente a lo largo de toda su carrera (Chaumeil
1995: 27)… la técnica de exteriorización
de las flechas se efectúa generalmente con la ayuda del humo o del jugo de
tabaco que tiene el poder de hacer “remontar” los proyectiles hacia la boca o
la extremidad de un miembro según el caso. Entre los Yagua por ejemplo, los
proyectiles patógenos son retirados del brazo, mientras que aquellos de uso terapéutico
son expectorados (ibid. 30)
Estas nociones en torno a las causas
de les enfermedades y al papel de los hechiceros, brujos o “curanderos malos”
usando el tabaco, no se restringen solamente al campo indígena y amazónico, aunque
éste sea el más estudiado (para el caso de los jíbaros o shuar ver Harner 2005)
sino que abarca buena parte de la cosmovisión terapéutica tradicional mestiza y
se encuentra presente también en la mayoría de los grupos étnicos, incluyendo
los pueblos menos conocidos del continente africano:
La técnica más corriente que utilizan aquéllos que
actúan en secreto el “lobir”, un proyectil invisible conocido por los guerreros
de las sociedades secretas…puede tomar cualquier forma: la más primitiva es un
objeto que se lanza en el cuerpo de una persona y la más avanzada es un ente
vivo, en cuyo caso el tamaño del “lobir” puede ir desde el de un gusano hasta
que el adepto sea capaz de guiar (Patrice 2005:
219-220)
Vale la pena citar en extenso las
conclusiones a las que se puede llegar tras el análisis de estas concepciones y
de su aplicación práctica de acuerdo a los datos recogidos por los estudios
etnográficos: Esto con el objeto de comprender, respetar y aún de evitar
plantear diferencias irresolubles entre distintas lógicas de entender y
enfrentar los procesos de salud-enfermedad, que tal vez sean más semejantes que
opuestas, y en los que, como hemos visto, el tabaco juega casi siempre un papel
de primer orden.
…que se consideren las flechas como agentes patógenos,
terapéuticos o como protección inmunitaria…todo sucede como si tuviéramos un
vasto complejo “etnovirólogico” cuya particularidad vendría del carácter “fabricado”
y “controlado” de los agentes patógenos y terapéuticos que lo componen…si
nosotros fabricamos las vacunas y no los virus, los indígenas amazónicos fabrican”
los virus y no las vacunas…En otros términos, los indígenas no necesitaron la
llegada de la medicina occidental para comprender el funcionamiento de un
sistema virológico…debiéndose esencialmente la diferencia a los sistemas de
creencias asociados. Esta es la razón por la cual, hasta el presente, salvo muy
rara excepciones, las dos medicinas no lleguen todavía a comprenderse
(Chaumeil op. cit: 39-40)
Para
concluir esta parte sobre los usos medicinales del tabaco, resulta curioso y
paradójico enterarse de que esta planta, tan satanizada en la actualidad, ha
sido objeto recientemente de muchos estudios relacionados con el mundo de la
salud y el funcionamiento de importantes enfermedades por sus especiales
características, en particular, sorpresivamente, por lo que más es atacada: por
su alto contenido de nicotina:
Plantas de género nicotiana se han usado para estudios
y descubrimientos de transmisión de virus, filtrabilidad, inmunidad adquirida,
infección local, purificación, mutabilidad viral, reconstitución de virus del
ácido nucleico y de la proteína (Barreneche 1997:
33)…Asegura el profesor Danehower de la
Universidad de Carolina del Norte (¿es la misma persona cuyos datos
aparecen en esta página oficial de la universidad?: http://www.cropsci.ncsu.edu/personnel/danehower_david/)
citado en Tobacco Report de julio 1991-
que la ingeniería génetica hará cambiar el concepto que se tenía del tabaco.
Hay posibilidades de lograr con él drogas contra el sida, enzimas alimenticias,
melanina y proteínas para interferón e interlenkin 2, drogas contra el cáncer (ibid.
35)
EL TABACO PROFANADO
El largo camino que lleva de la
situación descrita a la estigmatización del tabaco actualmente, de su
concepción y sus usos sagrados y rituales (aún presentes en gran parte de la
humanidad) al empleo profano, inconsciente y enfermizo que actualmente hace una
mayoría, es un sendero más que muestra los lados oscuros del pensamiento
occidental, con sus cuestionables ideales de progreso y modernidad, al
enfrentarse a otro tipo de concepciones y cosmogonías, catalogadas como
“salvajes” (Levi-Strauss 1982 b). Es un ejemplo de la aún conflictiva relación
existente en la gestación siempre constante de la humanidad entre naturaleza y
cultura, que la globalización y los avances técnicos profundizan aún más en vez
de contribuir a estrechar la brecha.
Ya
desde la primera mirada del conquistador, del usurpador, surge la intolerancia
hacia esa planta nueva que es el tabaco y que irá aumentando con la complejidad
de la estructura social y sus aparatos de legitimización hasta llegar a los problemáticos
niveles de hoy en día:
El 28 de octubre de 1492, Rodrigo de Jerez y Luis de
la Torre, dos compañeros de Colón, fueron los primeros occidentales que vieron
a los indios fumando tabaco. Rodrigo de Jerez los imitó enseguida, sin
sospechar que de regreso a su tierra habría de ser encarcelado por la Santa
Inquisición acusado de brujería puesto que “sólo el diablo podía dar a un
hombre el poder de sacar humo por la boca”… (Malpica
s/f)
Consecuencias de este temprano proceso de
transgresión, pronto aparecen también la codicia, el tráfico, la manipulación,
la ambición, la desinformación, la hipocresía y el negocio ante el éxito del
tabaco como un importante bien comercial, al igual que sucedió con otros tantos
productos amerindios que contribuyeron a la consolidación del orden económico
predominante. Largo proceso en el que se dan muchos tránsitos entre nociones y
muchas reconceptualizaciones que desdibujan la realidad y bordan el engaño al
manipular cada vez más la misteriosa sustancia y mantener sin embargo
inapropiadamente el mismo nombre. Nombre que, a su vez, parece originarse de
una confusión, una más de las tantas que tuvieron los españoles con los indios,
esta vez entre el producto y la forma usada para su empleo:
Siempre los hombre con un tizón en las manos, toman
sus sahumerios, que son unas hierbas secas metidas en cierta hoja, seca
también, a manera de mosquete, y encendido por la una parte del, por la otra
parte chupan o sorben o reciben por el resuello para adentro aquel humo: con lo
cual se adormecen las carnes y cuasi emborracha, y asi diz que no sienten el
cansancio. Estos mosquetes, o como los nombraremos, llaman ellos tabaco
(Bartolomé de las Casas en una de sus Crónicas
de las Indias, consultado en la página: http://www.cpu.com.uy/tabacos/36-tabacos/48-un-poco-de-historia-del-tabaco,
en donde se afirma que en realidad los indios llamaban a la planta “cogiba” o
“cogiaba”)
Del
mito a la historia
Con la conquista y colonización del
continente americano, el tabaco entra en la “historia humana” e inicia un largo
camino para convertirse en una poderosa mercancía complejamente industrializada,
despojada de cuantos valores y propiedades le otorgaba su consideración
sagrada. Resulta sintomático que el hecho de fumar fuera considerado como algo
diabólico por los primeros misioneros que atestiguaron ese acto desconocido en
el Antiguo Continente, pues esa impronta negativísima parece permanecer de
alguna manera en la concepción que la mayoría de las personas tienen hoy día
sobre esa planta tan nocivamente considerada. La sustitución u olvido del mito
por la historia (metodologías distintas para el estudio del pasado y del
devenir del ser humano) forma parte de una cadena de acontecimientos y
acciones, de anécdotas y situaciones, que no dejan de tener elementos curiosos
o paradójicos y que muestran la estrecha relación del tabaco, su cultivo y sus
nuevos usos profanos con el desarrollo capitalista mundial y con muchos
importante fenómenos socioculturales y políticos propios de cada una de sus
fases. Bastarán algunos datos concretos, puntuales y azarosos para darse una
idea y reflexionar sobre ese tránsito:
-
Expresión de la intolerancia son las prohibiciones y reflejos de la
historia y de los gobernantes del momento algunas verdaderamente dramáticas.
Altibajos en su aceptación o permisividad que responden tanto a impulsos
maníacos personales como a cálculos de beneficios económicos pero que muestran,
en suma, la importancia social y política que adquirió prontamente el tabaco y
el fumar en el mundo occidental:
En 1603, Jacobo I de
Inglaterra prohíbe el tabaco cuyo humo negro y apestoso evoca el horror de un
infierno lleno de pez y sin fondo”. En Rusia el zar Miguel Fedorovich hace
cortar la nariz de los tomadores de petún (antigua forma de nombra al tabaco
rapé)…en 1621 Urbano VIII excomulga a los fumadores culpables de usar “una
sustancia tan degradante para el alma como para el cuerpo…En 1732 el Papa
Benedicto XIII, un fumador empedernido, revocó los edictos que prohibían su
uso…por lo que a principios del siglo XVII, mientras Europa central comenzaba a
explorar los efectos terapéuticos que se atribuían al tabaco, Rusia, Turquía y
China aún castigaban a los fumadores con la pena de muerte (Malpica
op. cit.)
-Las potencialidades económicas del tabaco fueron
prontamente descubiertas por las
distintas monarquías y gobiernos colonizadores, quienes fomentaron la
concentración y los monopolios en los procesos de cultivo y de
comercialización, formas laborales precursoras de las grandes empresas transnacionales
y de los oligopolios actuales que son, en definitiva, quienes ejercen el poder
por encima de los gobiernos y la clase política. A la vez, un sinfín de
reglamentos y decretos que giraban en torno al tabaco, contribuyeron
generosamente al desarrollo de ciudades y territorios específicos así como
originaron los primeros impuestos fiscales:
En 1606 Felipe III
decretó que el tabaco sólo podía cultivarse en Cuba, Santo Domingo, Puerto Rico
y Venezuela y ordenó pena de muerte para los que vendieran semillas a los
extranjeros…en 1614 decretó a Sevilla como la capital del mundo del tabaco, al
ordenar que se estableciera la primera gran fábrica de tabaco (que
era en el siglo XVIII el edificio más grande del planeta) y que todo el producto recolectado en los dominios del imperio fuera
trasladado a la misma Sevilla para su control, manufactura y posterior
explotación…España fue el primer sitio donde se gravó fiscalmente la
importación de tabaco…las Cortes españolas decidieron en 1623 que la hacienda
pública se hiciera cargo de la comercialización de las labores del tabaco, lo
que dio origen al establecimiento de uno de los monopolios más antiguos de que
se tiene memoria. Las rentas se destinaban a financiar obras públicas y
sociales como la construcción de la Biblioteca Nacional de Madrid y la
publicación del primer Diccionario de la Real Academia Española en
1723…Portugal en 1664, Austria en 1670 y Francia en 1674 también gravaron el
tabaco (Rubio y Rubio 2006: 298)
Tampoco en estas
cuestiones financieras la Iglesia se quedó atrás ya que en 1660 el Papa
Alejandro VII estableció el primer impuesto sobre el uso del tabaco y encargó
la elaboración de cigarrillos ni más ni menos que a las monjas de varios
conventos de la Roma de entonces.
- Otro de los tristes episodios en
los que se involucró al cultivo del tabaco fue el vergonzante periodo de
esclavitud que siguió a la conquista y rapiña del Nuevo Continente. Tanto
españoles como anglosajones utilizaron para las primeras plantaciones tabacaleras
mano de obra africana capturada y transportada para trabajar en ellas como
esclavos, aunque en ciertas partes, como en Cuba, la historia fuera falseada
pues el racismo hacia los negros no los consideraba adecuados para tan
especializados cultivos y procesos de manufacturación:
…en la sociedad
post-esclavista cubana surgió el mito de que la mano de obra forzada era
inaplicable en un cultivo tan delicado. Por ende, la historia fue reelaborada,
el negro fue ocultado y se comenzó a afirmar que la vega tabacalera había sido
un núcleo libre y blanco en medio de una sociedad esclavista (López
2009: 53)
De la ritualidad a la
publicidad.
Otro
de los tránsitos que podemos considerar en este complejo proceso de profanación
del tabaco es el que conduce de su uso ritual (limitado a determinadas
ocasiones, manejado únicamente por ciertos especialistas, rodeado a veces de
prescripciones y tabúes protectores) al uso generalizado, hedonista y lúdico.
En este aspecto la publicidad (manera de llegar al público) ha jugado un
importantísimo papel para convertir en público una práctica de por sí bastante
restringida, personal y privada en las sociedades tradicionales y étnicas. Ya
desde 1880 en que aumentó radicalmente la industrialización y mecanización en
la fabricación y comercialización del tabaco, sobre lo que hablaré en el
apartado siguiente, la publicidad pasó a ser un elemento inseparable y
potenciador del consumo de tabaco entre las diferentes estrategias que se
plantearon:
…primer método fue el reparto gratuito de cigarrillos a
soldados en guerra. La publicidad y el marketing fue el segundo. Y el tercero
el intento de desprestigio de cuantos estudios científicos se opusieran al
tabaco financiando disimuladamente otros con conclusiones favorables (en http://www.psicologo-valencia.com/fumstop/historia_tabaco_8.htm)
Un aspecto importante en este
tránsito tiene que ver con el factor género, puesto que buena parte de los
mecanismos propagandísticos se diseñaron para la incorporación de la mujer al
universo del tabaco (generalmente considerado una práctica masculina) aunque la
existencia de mujeres fumadoras era ya reconocida desde la época colonial, como
describe en su “Diario de viaje” el capuchino Ajofrín quien estuvo en la Nueva
España de 1763 a 1768 quien incluye también a sacerdotes como fumadores:
El tabaco de hojas es otro abuso de la América. Lo
fuman todos, hombres y mujeres; hasta las señoritas más delicadas y
melindrosas, y estas se encuentran en la calle, a pie y en coche, con manto de
puntas y tomando su cigarro…Los religiosos y clérigos también se encuentran en
las calles tomando cigarro, habiéndose acostumbrado desde niños a este vicio
(Micheli e Izaguirre 2005: 610)
Incluso desde antes se atribuyeron
al tabaco propiedades afrodisíacas derivadas del estado pasional al que, según
los marineros europeos, accedían las mujeres que utilizaban el tabaco, lo que
también contribuyó a su difusión entre las damas galantes de las cortes:
Los marinos hablaban de las mujeres de Nicaragua que
fumaban esta hierba y desplegaban un ardor extraordinario. Fue probablemente
este rumor el que ayudó a la popularidad del acto de fumar entre las mujeres
europeas. Quizá fuera la razón por la que el monje ex franciscano André Thevet
tuvo tanto éxito al introducir el tabaco en la corte francesa en 1579 (Mckenna
1993: 230)
Pero fue a finales de los 20 del
siglo pasado cuando la publicidad para el consumo de tabaco se centró en la
mujer como parte de la lucha por el reconocimiento de sus derechos,
principalmente al sufragio universal y a la igualdad de sexos. El experto en
propaganda y publicidad Edward Bernays (2008) que basaba su trabajo en las
teorías de Freud, fue contratado por la compañía American Tobacco para crear
una estrategia de relaciones públicas que permitiera fumar a las mujeres:
…para lograr quebrantar el tabú, que los hombres
habían impuesto que las mujeres no debían fumar…En el Eastern Parade en Nueva York,
Bernays contrató a un grupo de mujeres, las cuales debían esconder una
cajetilla debajo de su vestido en la pierna, una vez dada la señal por Bernays,
ellas debían encender el cigarrillo y empezar a fumar. Y tenían esta frase al
lado de ellas “Torches of Freedom”, que en este caso el Torch of Freedom
significaba el cigarrillo. “Entonces le dijo a la prensa que espera que las
mujeres sufragistas prendan las "antorchas de la libertad” durante el
desfile para demostrar que eran iguales a los hombres… logró que el cigarrillo
sea socialmente aceptable para las mujeres, simplemente con un acto simbólico a
través del sicoanálisis. Creando a la mujer más poderosa e independiente una
idea que permanece hasta hoy en día (en http://repositorio.usfq.edu.ec/bitstream/23000/2343/1/106665.pdf
a partir de Christensen 2012)
El extraordinario éxito conseguido
en estas campañas, alentaron a
otras compañías a incluir mensajes subliminales
dirigidos al público femenino. Un curioso ejemplo es el de otro renombrado
publicista, Albert Davis Lasker quien fue contratado por la marca Lucky Strike a partir de 1923 y que,
paradójicamente, al final de su vida constituyó la fundación que lleva su nombre
dedicada al estudio del cáncer y otorgadora del llamado “Nobel del cáncer” a
investigaciones y avances sobre esa fatídica enfermedad:
Lasker crearía un entorno en el que las mujeres se
pudieran sentir cómodas por fumar en público. La sociedad no iba a aceptar eso
automáticamente. Por lo tanto, las mujeres tendrían que ayudar a convencer a
otras mujeres de que fumar estaba bien. Pero las mujeres que promovieran la
idea deberían tener una posición fuerte, imposible de ser atacadas e
indiferentes a cualquier reacción…Las mujeres europeas, especialmente aquellas
pertenecientes a las artes escénicas, parecían ser las adecuadas. Lasker pensó
que esas mujeres podían ser dignas de ser emuladas por sus homólogas
americanas. Convenció a un grupo de célebres cantantes para dar testimonio en
los anuncios de Lucky Strike para su campaña ‘Precious Voice'…
Como eran cantantes, decían "Mi
carrera depende que yo pueda cantar, y yo protejo mi preciosa voz fumando Lucky
Strike". La campaña era muy seductora, porque fue creada en torno a gente
seductora. Fueron tan convincentes en cuanto a lo que decían de fumar Luckies,
que no parecía que fuera a crear carraspeos o consecuencias negativas para la
salud". (consultado en http://www.lahistoriadelapublicidad.com/protagonista-4/albert-davis-lasker)
Como antes el rape, el tabaco fumado
se afianza en el mundo del arte, la intelectualidad y la creación. El cine de
Hollywood fue un importante arquetipo en la difusión del hábito de fumar entre
la sociedad cada vez más “imagenitva”, siempre con la complicidad de los
gobiernos que empezaban a obtener grandes beneficios con los impuestos que cobraban:
En 1962 el ministerio de agricultura americano se
lanzó a fomentar el consumo del tabaco en el extranjero subvencionando
generosamente a los estudios de Hollywood para que los guionistas insertasen
escenas capaces de estimular la costumbre. Tres años después, cientos de
toneladas de tabaco excedentes de cosechas pasadas se incluyeron como
aportación americana al programa internacional “Comida para la Paz” (Malpica
op. cit)
El “glamour” que representa fumar
tabaco, queda barrocamente expresado con la creación por parte de ciertas
prestigiosas marcas de perfumes y marroquinería (sobre todo femenina pero
también masculina) de sus propios cigarrillos. Yves Saint-Laurent, Cartier,
Pierre Cardin, Paco Rabanne presentan en sus catálogos brillantes, junto a las
incontables variedades de perfumes de exóticos nombres y apellidos, y bolsos de
todos los tamaños y formas, encendedores y tabaco elegantemente presentado en
lujosas cajetillas:
En realidad poca gente sabe que en 1989 Yves Saint Laurent
lanzó los primeros cigarrillos de marca de lujo. La cajita de YSL es de color
negro, y el color de las letras- en ¨oro¨. El precio es muy alto- 42 euros. En
Francia se pueden encontrar muy fácil, ya que es el país dónde se fabrican
(en: http://woman-es.blogspot.mx/2012/01/cigarrillos-de-marca-de-lujo.html)
En la actualidad, la publicidad
sobre el tabaco ha sido sumamente restringida en muchos países y medios de
comunicación. Sin embargo, las compañías tienen suficientes recursos para
mantenerse anunciados y vistos en muchos otros espacios y eventos de manera que
siguen mandando mensajes subliminales para incentivar el consumo de “tabaco”,
sobre todo enfocado a la población más joven y adolescente para quienes, de
alguna forma, el acto de fumar forma parte de un rito de paso
Otra estrategia es la de invertir cada año millones de
dólares en el patrocinio de acontecimientos deportivos en todo el mundo. En los
países donde la publicidad directa de tabaco está prohibida por ley, el
patrocinio del deporte se realiza mediante una cínica manipulación que bordea
las leyes nacionales (consultado en http://www.psicologo-valencia.com/fumstop/historia_tabaco_8.htm
Paradójicamente, como resultado de
esas inversiones que la manipulación “occidental” del consumo de tabaco efectúa
sobre su uso ritual-tradicional, en forma por lo demás hipócrita, la publicidad,
ahora reglamentadamente obligada, advierte (o más bien anuncia) del gran
peligro que fumar conlleva, políticas grotescas que se venden como de
“prevención de riesgos” y que tratan de infundir el temor, la inseguridad y la
incertidumbre del potencial consumidor ofreciendo servicios para dejar de fumar.
Lo que no sucede a la hora de acceder a otros bienes de consumo potencialmente
tan o más peligrosos:
En efecto, los reglamentos no mandan que las tiendas
de alpinismo estampen en sus artículos esquelas sobre peligros de la escalada;
ni imponen a la manteca y la mantequilla esquelas parejas sobre los riesgos del
colesterol. Ni siquiera los concesionarios de motos y coches deportivos deben
incorporar algo análogo sobre accidentes de tráfico. Vendedores y bebedores de
alcohol, quizá por respeto al vino de la misa, no son molestados. Quienes usan
compulsivamente pastillas de botica resultan pacientes decorosos, y quienes
toman drogas ilícitas son inocentes víctimas, redimibles con tratamiento. El
tabacómano y el simple usuario ocasional de tabaco, en cambio, son una especie
de leprosos desobedientes, que pueden curarse con sanciones y publicidad
truculenta (Escohotado 2004)
De la sanación al
tabaquismo
Es
en este último tránsito en el que se culmina la perversión a la que el
pensamiento occidental ha sometido al tabaco en su tan inesperado como obligado
viaje por el mundo. Es enorme el salto, la distancia que hay, en considerar al
tabaco como planta curativa, benéfica, sanadora, a estigmatizarla como planta
tóxica, que mata, pero ese ha sido el camino recorrido en los avatares de esta
planta si más no misteriosa. El paso del tabaco al cigarrillo pasa por el
“cigarro” palabra cuyo origen es simpáticamente explicado en esta melancólica
crónica:
Tras la etapa final de Rodrigo de Jerez, destacó, ya
en el reinado de Felipe II, como principal importador (con cédula real) Francisco
Hernández de Boncalo, quien traería enorme cantidad de sacos con semilla de
tabaco. Importante resulta este personaje por dos razones: 1.- Se le hizo
justicia, dando su apellido Boncalo a una marca de cigarrillos españoles, que
dio la vuelta al mundo hace décadas. 2.-
Toledano de pro (se hospedó en la Venta – Posada de la Sangre, durante años),
sembró las primeras semillas de tabaco, en la zona de los Cigarrales de Toledo.
Allí surgieron precisamente las primeras plantaciones de tabaco del mundo civilizado.
Germinadas las semillas plantadas en los cigarrales, lógico fue que nuestro
ilustre paisano denominase “cigarro” al producto resultante de aquellas
siembras. Ostentando así Toledo, sus Cigarrales y Boncalo, el compartido honor
de haber rebautizado el tabaco (Ceca 2010)
Todavía
en los primeros tiempos de su secuestro, las cualidades medicinales del tabaco que
permanecían muy vivas entre la población, impulsaron su uso y fueron objeto de
estudios reflejados en algunos textos que señalan sus múltiples virtudes y
también avisan sobre el peligro de los excesos. El famoso Francisco Hernández,
a la sazón Protomédico de la Nueva España de 1571 a 1577 menciona al picyetl o yetl como el tabaco en su obra Historia
Natural de la Nueva España:
Sus propiedades son bien conocidas: las hojas puestas
a secar, envueltas luego en forma de tubo e introducidas en canutos o canales
de papel, encendidas por un lado, aplicadas por el otro a la boca o la nariz
cerradas para que penetre el vapor hasta el pecho, provocan admirablemente la
expectoración, alivian el asma como por milagro, la respiración difícil y
molestias consiguientes…Se embota el sentido de las penas y trabajos, e invade
por completo el ánimo como un reposo de todas las facultades que podría
llamarse una casi “embriaguez” (en Micheli. Op.
cit. 609)
En Europa, por la misma época se
publicaban apartados dedicados al tabaco en casi todos los libros sobre
medicina, remedios o plantas medicinales, precedidos de la fama que obtuvo el
tabaco para curar las migrañas de Catalina de Médicis, reina de Francia,
recetado por Jean Nicot (de donde se origina el nombre de “nicotina” aunque, al
parecer, él nunca probó el tabaco en ninguna de sus formas) médico de la corte a
mediados del XVI y también embajador de Francia en Portugal:
En 1565 el médico sevillano Nicolas Monardes publicó
un folleto llamado “Historia medicinal de las cosas que se traen de Nueva
España” en el que se indicaban las cualidades curativas del tabaco y que fue
traducido al latín, inglés, francés e italiano (Puig
2008: 41)
…en 1628 el médico Domenico Ravicio, de Correggio en
la región Emiliana, había publicado un opúsculo acerca de las “virtudes y
facultades del tabaco”. A fines de dicho siglo el doctor Bernardino Ramazzini,
de la Universidad de Módena y más tarde de la Padua, dedicó un capítulo entero,
el XVII, de su tratado monumental sobre las enfermedades del trabajo a los
obreros de las tabacaleras (Ibid.: 610)
Pero pronto predominaron las
cualidades lúdicas, placenteras y narcóticas del tabaco sobre las medicinales
para guiar las formas y diseños más rentables para la manipulación,
industrialización y comercialización. La Revolución Industrial contribuyó a
ello fabricando un nuevo modelo de cigarro y comenzando a modificar de forma
sutil el contenido del tabaco, añadiéndole determinados productos para su mejor
conservación. El 14 de septiembre de 1880 James Bonksack patentó una máquina
que producía unas cien mil unidades al día:
"Producía un cigarrillo de longitud infinita,
cortado en los largos adecuados por tijeras giradoras", explica Robert
Proctor en conversación con la BBC. Los extremos abiertos significaban que
tenía que ser "rellenados con aditivos químicos". Añadieron azúcar,
glicerina y melaza, y productos químicos para evitar que se resecara. Duke (su
socio) patrocinó carreras, ofreció
cigarrillos gratuitamente en concursos de belleza y colocó anuncios en las
nuevas glossies, las primeras revistas de moda ilustradas… Como había
sospechado, a la gente le gustaron los cigarros industriales. Tenían un aspecto
moderno y más higiénico, algo que destacó en una campaña contra los cigarros,
que eran fabricados a mano y con saliva… (en: http://williamusmav.blogspot.mx/2012/12/el-cigarrillo-la-adiccion-mas-mortifera.html)
Ligado,
a la fuerza pues, al desarrollo de la modernidad, a los nuevos ritmos y formas
de vida, el tabaco, como tantas otras cosas en el tránsito del progreso y la
modernidad, “se desvanece en el aire”. La búsqueda de un sabor, olor y
presencia que cautivara más y más al público y acrecentara las propiedades
adictivas del tabaco, han provocado una tal mutación de las cualidades médicas
del tabaco que resulta un exceso denominar a la sustancia de los cigarrillos
por el nombre del tabaco. El fenómeno es semejante al que sucede en el proceso
de fabricación de la cocaína (recordemos que para muchas culturas amazónicas la
coca y el tabaco comparten elementos culturales) pues el tabaco es sometido a
un complejo proceso químico desde los tóxicos herbicidas y pesticidas usados en
su siembra (ver, para el caso de los trabajadores huicholes, Díaz y Salinas
2005) hasta la adición de más de 500 aditivos, según The list of 599 additives in cigarettes submitted to The United States
Department of Healt and Human Services in April 1994 que puede consultarse
sobrecogedoramente completa en http:/www.canyamon.info/aditivos.html, la
combustión e interconexión de los cuales genera otros tóxicos productos. He
aquí, por razones de espacio, una lista más reducida pero no menos impactante:
Los cigarrillos que hoy se comercializan en España
contienen numerosas sustancias, algo que la inmensa mayoría de los consumidores
ignora, entre ellas terpenoides, toluenos, zincacetona, aceites, ácido
butílico, ácido carbónico, ácido fénico, ácidos carboxílicos, acroleína,
alcaloides, alcohol, aldehídos volátiles, alquilfenoles, aminas, aminoácidos,
amoníaco, aromatizantes, arsénico, azúcares, bases volátiles, benzeno,
benzofluorantano, benzopireno, -B naftilaminas, butano, cacao, cadmio, café,
carbazoles, carbohidratos, ceras, cenizas, cianuro de hidrógeno, colorantes,
compuestos heteropolicíclicos, crisenos, cromo, ddt, dibenzopireno,
dicloroestilbeno, difenoles, dioxinas, dotriacontano, fenoles, fitoesteroles,
hidrocarburos aromáticos, hierro, humectantes, isoprenos, isótopos radiactivos,
mantequilla, metales pesados, metilcolantreno, metilcriseno, monóxido de
carbono, nitrosaminas, nitrosonornicotina, N-alquilindoles, níquel, pinolaína,
piridina, óxido de nitrógeno, plomo 210, polifenoles, polonio 210, proteínas,
radón, resinas, saborizantes, sustancias nitrogenoides, terpenoides, toluenos,
zinc y muchas otras. Cabe añadir que más del 90% de estas sustancias están
declaradas como aromas siendo falso. Son numerosos los expertos y científicos
que rebaten tan falaz argumento. (Osuna 2011: 3)
Si
a eso añadimos el papel con que se envuelven los cigarrillos (también
químicamente tratado con agentes como el amoníaco) los componentes de los
filtros, el fosforo de los cerillos y el gas de los encendedores, comprenderemos
que estamos muy lejos de la planta descrita anteriormente como planta sagrada,
en todo caso en presencia de un nuevo producto, llámese tabaco industrial,
comercial o “tabaquina”, y de un acto de fumar evidentemente muy poco sagrado o
beneficioso para la salud.
…la variedad botánica utilizada en la Amazonía
contiene hasta 18 veces más nicotina que las plantas (tipo Virginia) empleadas
en los cigarrillos rubios…y no contiene ninguno de los ingredientes que son
añadidos a los cigarrillos tales como el óxido de aluminio, el nitrato de
potasio, los fosfatos de amonio, el acetato de polivinilo y una centena de
otros que constituyen el 10 por ciento de su materia fumable
(Narby 1997: 113)
Contribuirían
a otorgar las propiedades más “místicas”, visionarias o sagradas tanto a la
nicotiana rustica (la más usada ritualmente por los grupos etnografiados), como
a la nicotiana tabacum (que es la especie más comercializada), una serie de
sustancias enteogénicas presentes en otras plantas sagradas con las que a
menudo el tabaco se mezcla o comparte, sustancias de las que se compone esta
poderosa planta que aún no están suficientemente estudiadas:
Debe reconocerse también que la nicotina no es la
única sustancia bioactiva de la hoja del tabaco. Recientemente se han aislado,
en tabacos curados comerciales y su humo, alcaloides del grupo química
betacarbolinos. Que incluyen harmina, harmalina, tetrahidroarmina y
6-metoxi-harmina, todos ellos con propiedades alucinógenas. Aunque hasta la fecha
no se han analizado variedades nativas de tabaco en busca de estas sustancias,
es razonable creer que su composición pueda variar mucho, dependiendo de la
variedad y del cultivo, y que alguno de los cultivos nativos del tabaco pueden
contener una concentración relativamente alta de ellos
(MCKENNA 1993: 228, citando a Francis Robicsek interesado en el uso del tabaco
entre los mayas)
Además
de la gran diferencia que existe, pues, entre el tabaco y los cigarrillos, para
la gran mayoría de las personas e investigadores, en esta desinformada y
compleja situación en la que muchos datos quedan ocultos todavía, atribuyen a
la nicotina (principio activo del tabaco, descubierta en 1828) la causa de
todos los males contenidos en la planta y el principal agente que provoca,
entre otras enfermedades, el funesto cáncer en los fumadores. Sin embargo, como
ya se señaló anteriormente, desde hace tiempo hay estudios orientados a
investigar las propiedades terapéuticas de esa sustancia que contradicen la
opinión popular, convenientemente mantenida por las empresas tabacaleras para
que no fijen su atención en los cientos de aditivos, causantes reales de los
males del cigarrillo (principalmente los productos que se liberan en al
combustión junto, claro está, con los comportamientos individuales o actitudes
personales de cada fumador):
En 2006, el científico chino Zao Bauru, de la Academia
China de Ciencias, ha difundido en varias publicaciones especializadas, entre
ellas el “British Journal of Pharmacology”, los resultados de 20 años de
estudios acerca de las posibilidades del uso de la nicotina con fines
terapéuticos para prevenir problemas
neurológicos como el alzheimer o parkinson (Puig
op. cit.: 42)
Parece claro que no es la nicotina la que causa el
cáncer, puesto que ella notoriamente actúa en el cerebro, y que los cigarrillos
no provocan cáncer en el cerebro, sino en los pulmones, el esófago, el
estómago, el páncreas, el recto, los riñones y la vejiga, es decir, allá donde
penetran los alquitranes cancerígenos, que son también tragados
(Narby op. cit.:114)
Con
el surgimiento programado del tabaquismo como epidemia y la protección del uso
del tabaco y los perjuicios causados cuando se transforma en cigarrillo,
asistimos a la apropiación de la problemática por parte del modelo médico
imperante en la actualidad, que considera toda conducta como enfermedad (sobre
todo las que atentan la moral establecida). De modo que se ha conseguido una
inversión casi perfecta y maquiavélica en esta manipulación de una planta
sagrada iniciada desde la Conquista, una situación en la que es la propia
medicina la que protege al ciudadano de los peligros de una sustancia
erróneamente denominada tabaco (pero cuyo nombre vende y seduce) transformada
en veneno por el uso legal de los cigarrillos, en una descarada hipocresía para
mantener y refuncionalizar un negocio en el que están envueltos las empresas
tabacaleras, el estado, las farmacéuticas y el sistema médico. Hipocresía al
hacer responsable al consumidor de sus actos cuyos comportamientos y gustos son
controlados de muy diversas formas más allá de su voluntad y en base a grandes
intereses económicos. Hipocresía y farsa al pretender protegernos de las mismas
amenazas que esas instancias fabrican lanzan sin reparo alguno. Como en el caso
de otras drogas:
…nuestro exacto conocimiento de esos riesgos y de esa
protección se ha convertido en nueva fuente de ansiedad, tanto más cuanto que
el gobierno ha engañado y confundido sistemáticamente a los ciudadanos sobre
dos tipos completamente diferentes de peligros relacionados con las drogas: 1)
los que sumimos eligiendo ingerir drogas (recreativas o terapéuticas); y 2) los
que se nos imponen contra nuestra voluntad o sin conocimiento, introduciendo
productos químicos tóxicos en el entorno (Szasz
1994: 120-121). Cuando la hipocresía
invade la condición humana, medra mejor allí donde encontramos leyes cuyo
objetivo aparente es proteger a los individuos de sí mismos y no de los otros,
y allí donde los legisladores afirman que desean proporcionar tratamiento a
pacientes que son diagnosticados al ser detenidos (ibid.: 143)
Hipócrita es también la política de
“prevención del daño” que, en base a una maquiavélica relación establecida
entre costos-beneficios que conlleva la atención médico-hospitalaria a
aquejados de tabaquismo, tabacómanos pues, determina y justifica las cargas
fiscales impuestas a los consumidores del mismo, generando un sustancioso
negocio, dado que, al menos en el Estado
Español
…los impuestos sobre el tabaco representan un 71,8 por
ciento del precio de cada paquete de cigarrillos, lo que supone una recaudación
de aproximadamente 5.000 millones de euros anuales. Estas cifras superan con
creces los costes de atención sanitaria por enfermedades relacionadas con el
tabaquismo, y a este siniestro balance hay que añadir el ahorro en pensiones
por muerte prematura de muchos fumadores. Todo esto sin tener en cuenta que
muchos estados cuentan con producción tabacalera propia, con lo que al balance
habría que añadir además los beneficios que genera la agroindustria (Puig
op. cit.: 46)
Es
la Organización Mundial de la Salud quien aglutina los esfuerzos de la “lucha
contra el tabaquismo” con medidas y pronunciamientos en todo caso como meros
paliativos que nada solucionan o, en el peor de las casos, con políticas
hábilmente dirigidas a sacar provecho de una situación generada por intereses
claramente identificables. Es la que actúa como “falso chamán” controlando el
tabaco; en todo caso brujo que lanza los virotes envenenados y mortales de sus
campañas después de haber construido epidemias junto con las farmacéuticas y el
sistema médico. En su informe de 2013, como en casi todos, la estadística está
descontextualizada, las cifras que se presentan no informan sobre la verdadera
problemática y muestran la importancia de un negocio que a todos favorece y en
el que la OMS aparece como rector y árbitro utilizando un lenguaje que suena a
falsedad, épico y tan inútil, confuso y vacío como engañoso. Vale la pena presentar
la cita extensamente:
Actualmente, alrededor de una tercera parte de la
población mundial está cubierta por al menos una de las medidas aplicada en su
más alto grado (sin incluir la vigilancia). Otros 3000 millones de personas
están cubiertas por campañas nacionales en los medios de comunicación. Gracias
a ello, cientos de millones de consumidores de tabaco están protegidos de los
efectos nocivos del tabaco por gobiernos que intentan mejorar su salud y la de
quienes les rodean, y cientos de millones de personas que no fuman tienen menos
probabilidades de empezar a hacerlo. Pese a esos avances, en la mayoría de los
países el establecimiento de medidas eficaces de control del tabaco sigue
presentando lagunas importantes… Aún queda mucho por hacer para ampliar los
recientes logros en materia de lucha contra el tabaco. Aunque ha aumentado el
número de países que han establecido medidas completas de control del tabaco,
más de la mitad no ofrecen todavía a su población el máximo nivel de protección
en ninguna de las seis medidas. Y si bien el número de personas abarcadas por
medidas aplicadas con el máximo rigor ha aumentado sustancialmente, dos tercios
de la población mundial siguen todavía sin beneficiarse del mayor grado posible
de protección en cualquiera de las áreas, y mucho menos en todas ellas… es
preciso intensificar en todos los países los esfuerzos desplegados para
incorporar todas las disposiciones del Convenio Marco de la OMS en los
programas nacionales de control del tabaco, y conseguir así salvar aún más
vidas (OMS 2013)
RESACRALIZACION
DEL TABACO
Ante
el panorama y el tamaño del engaño en torno al tabaco, el acto de fumar y el
tabaquismo (“cigarrillismo”, en todo caso) que las compañías fabricantes de
cigarrillos han armado en complicidad con los estados, la clase política y la
clase científica, sobre todo la médico-tecno-farmacéutica, parece inútil, en
principio, denunciar el atentado contra los derechos humanos que la industria
tabacalera y su fantasmal manejo de una planta sagrada perpetran a toda la
humanidad. Pero es algo que debe de hacerse empezando por la desinformación que
deliberadamente manejan. Los argumentos y las pruebas son claras y suficientes
para responsabilizar no solo a las compañías tabacaleras sino también a la
administración pública, vale decir el estado y a sus gobiernos respectivos:
…existe consenso científico internacional
sobre la razón de las alarmantes cifras de enfermedades y muertes que provoca
todo eso: la presencia no regulada de sustancias tóxicas en los cigarrillos. Y
en lugar de afrontar el problema, nuestras autoridades se han dedicado en los
últimos años en proteger a la industria
derivando su responsabilidad en los consumidores en lugar de regular
–como la ley exige- la presencia de productos tóxicos en los cigarrillos (Osuna
op. cit.: 2)…el argumento de las
compañías tabaqueras –incomprensiblemente admitido por la administración- es
que el consumidor asume libremente un riesgo del que es consciente por el aviso
de la cajetilla que dice EL TABACO MATA o similares…el simple hecho de que no
sea conocida la composición de los cigarrillos en su totalidad ni la
interacción de sus componentes cuando son sometidos a altas temperaturas,
elimina cualquier sombra de voluntariedad porque el consumidor no tiene pues
los elementos mínimos para valorar el riesgo (Ibid.: 12-13)
Ante
estas justificadas denuncias, a pesar del relativo y siempre insuficiente éxito
alcanzado en el plano legal que ha dado como resultado la imposición de algunas
condenas a ciertas compañías que han tenido que pagar multitudinarias
indemnizaciones (siempre en casos muy aislados)
…los consorcios tabaqueros se baten a la defensiva, preocupados
por la perspectiva de que salga adelante una prohibición integral de la
publicidad del tabaco. Por lo general, la industria tabaquera ofrece adoptar
medidas voluntarias cuando percibe que hay leyes contra el tabaquismo a punto
de ser aprobadas. La política de las tabaqueras siempre ha sido ofrecer
convenios voluntarios, que, otorgándoles una falsa imagen de responsabilidad,
afectan muy poco a sus actividades de comercialización y evitan la adopción de
leyes más enérgicas. (consultado en: http://www.psicologo-valencia.com/fumstop/historia_tabaco_8.htm)
El
tabaco debe pues de ser reivindicado después de ser acusado falsamente de
matar, cuando se ha demostrado que no son sus componentes los que enferman,
sino el conjunto de no declarados aditivos y el conjunto de efectos que generan
en la combustión. Es la alianza, anteriormente mencionada, la causante
interesada de este estado de cosas y de esta estigmatización de una planta que
debe de ser restituida como sagrada, resacralizada a través de una
suficientemente clara información que ponga las cosas y los nombres en su
lugar, suprimiendo la hipocresía que todo envuelve.
Que las leyes prohíban, o impongan, actos por nuestro
propio bien dejó de ser legítimo ya en 1789 al reconocerse los Derechos Humanos
del Hombre y del Ciudadano, gracias a lo cual, en vez de súbditos-párvulos
empezamos a ser tratados como mayores de edad autónomos. Y es llamativo que en
un momento tan sensible al respeto por muy distintas minorías cunda un
desprecio tan olímpico hacia la única minoría que se acerca a la única mayoría del censo. Sólo se
entiende de hecho, considerando la tentación de convertir los Estados de
Derecho en Estados Terapéuticos, legisladores sobre el dolor y el placer, donde
lo que antes se imponía por teleológicamente puro pueda ahora imponerse por medicamente
recomendable (Escohotado 2004)
Curiosamente el tabaco se está
usando en tratamientos contra la dependencia de los cigarrillos, del tabaco
industrial y su mortal complejo químico, en contra del alcoholismo y de la
adicción nociva a las drogas. Resacralizado de alguna manera, es decir,
recuperando lo más que se pueda su poderes míticos, rituales y médicos, usado
en ciertas condiciones (bajo cuidado de un tabaquero o entendido experimentado)
y de ciertas formas (principalmente bebido como purga), como se hace en muchas
clínicas y centros de atención y desintoxicación naturales o tradicionales, el
tabaco está rescatando a las personas del tabaquismo y mostrando con ellos su
verdadera posición en el mundo como planta medicinal del cuerpo y del alma (Puig
op. cit.: 46 ss.)
Por último, cabe mencionar, que
también colaboran en esta labor de reivindicación, desestigmatización y
recuperación del tabaco como planta ritual y ceremonial, quienes se han
acercado de múltiples formas a las culturas étnicas y originarias del planeta
(Amazonía, Indios de Norteamérica…). Tratando de seguir los valores, normas y
comportamientos ancestrales, experimentando en uno mismo, adaptándose a los
nuevos tiempos, son igualmente sujetos que ponen al descubierto la
desinformación, la hipocresía y el negocio que hay detrás del uso irrespetuoso
del tabaco por el sistema de creación de realidad dominante.
Bibliografía.
ALCE
NEGRO/EPES BROWN, JOSEPH, La pipa
sagrada. Los siete ritos secretos de los indios sioux, Ediciones Miraguano,
Madrid 2002 (consultado en http://desde2001.50webs.com/biblodig/bibloarchiv/lapipasag01.pdf)
BARRENECHE
ESTRADA, Alfonso, Usos del tabaco,
Sistemas and Computadoras Ltda., Bucarmanga, Colombia 1997.
BERNAYS,
Edward, Propaganda, Melusina,
Barcelona 2008 (consultado en https://rrodriguezb.files.wordpress.com/2012/04/propaganda-por-edward-bernays.pdf)
CANDRE,
Hipólito (Kinerai) y ECHEVERRI, Juan Alvaro, Tabaco frío coca dulce. Palabras del anciano Kinerai de la tribu
Cananguchal para sanar y alegrar el corazón de sus huérfanos, Colcultura, Colombia 2008 (1ª. Ed.
1993)
CECA
MAGAN, Esteban, “Cuando fumar era un placer”, 2010 (consultado en http://www.cecamagan.com/cuando-fumar-era-un-placer/)
CHAUMEIL, Jean Pierre, “Del proyectil al
virus. El complejo de Flechas-Mágicas en el Chamanismo del Oeste Amazónico” en
Lagarriga/Galinier/Perrin 1995.
CHRISTENSEN,
Wendy, Torches Of Freedom: Women and
Smoking
Propaganda. Sociological Images RSS. The Society Pages. Web. 29
Nov. 2012. (en http://thesocietypages.org/socimages/2012/02/27/torches-
of-freedom-women-and-smoking-propaganda/)
DIAZ,
Patricia y SALINAS, Samuel, Jornaleros y
Plaguicidas, 2005 (consultado en http://www.huicholesyplaguicidas.org/documentos/tabaquismo.pdf)
DUCH,
Lluís, Antropología de la religión,
Herder, Barcelona 2001
ERDOES,
Richard, Implorando un sueño. La visión del mundo de los indios americanos,
José J. de Olañeta Editor, Barcelona 1997 (orig. 1989)
ESCOHOTADO,
Antonio, “Los fumadores, entre el atraco y la estafa”, 2004 (en http://www.escohotado.com/articles/losfumadoresentreelatracoylaestafa.htm)
FURST,
Peter T., Alucinógenos y cultura,
Fondo de Cultura Económica, México 1980
GABRIEL,
Marianne, “El uso ritual de alcohol, tabaco cacao e incienso en las ceremonias
agrarias de los mayas yucatecos yucatecos contemporáneos”, Revista de Estudios
de la Cultura Maya, Vol. XXIX, Instituto de Investigaciones Filológicas, UNAM
2007: 155-184)
GUTIERREZ,
Angel, La peregrinación a Wirikuta,
Instituto Nacional de Antropología e Historia, México 2002.
GUZMAN,
Adriana, Mitote y universo cora,
Instituto Nacional de Antropología e Historia, México 2002.
HARNER,
Michael, “Dardos mágico, chamanes hechiceros y chamanes curanderos” en NARBY y
HUXLEY 2001: 179-186.
KALWEIT,
Holger, Ensoñación y mundo interior. El
mundo del chamán, Mirach S.A., Madrid 1992.
LAGARRIGA,
Isabel; GALINIER, Jacques; PERRIN, Michel (coords.), Chamanismo en Latinoamerica, Plaza y Janés/ Universidad
Iberoamericana/ CEMCA, México 1995
LEVI-STRAUSS,
Claude, Mitológicas. Lo crudo y lo cocido
I, Fondo de Cultura Económica, México 1982 (orig. 1964)
- Mitológicas. De la miel a
las cenizas II, Fondo de Cultura Económica, México
1982-a (orig. 1966)
- Mitológicas. El hombre
desnudo IV, Fondo de Cultura Económica, México 1981
(orig. 1971)
- El pensamiento salvaje,
Fondo de Cultura Económica, México 1982 –b (original 1962)
LOPEZ,
Enrique, “Tabaco, mito y esclavos en Cuba” en Revista Brasileira do Caribe, vol. X, núm. 19, Jul-Dic. 2009: 53-78
(consultado en http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=159113063003)
MABBIT, Jacques, Sinchi,
sinchi, negrito. El
uso medicinal del Tabaco en la alta amazonía peruana,
conferencia magistral impartida en Barcelona 2010, consultada en https://www.youtube.com/watch?v=0uzANSxlepM
MALPICA,
Karina, “Las drogas tal cual” en la página: http://www.mind-surf.net/drogas/tabaco.htm
MARGERY,
Enrique, Estudios de mitología comparada
indoamericana, Universidad de Costa Rica, San José 2003.
MARION,
Marie-Odile, “La voz de lo infinito.Una contribución a la redefinición del
“chamanismo” en el mundo maya”, en Lagarriga/Galinier/Perrin 1995: 65-84)
MCKENNA,
Terence, El manjar de los dioses,
Paidós Barcelona 1993.
MICHELI,
Alfredo de e IZAGUIRRE, Raúl, “Tabaco y tabaquismo en la historia de México y
de Europa” en Revista de Investigación
Clínica, vol. 57, núm. 4, México, Julio - Agosto 2005: 6008-613 (en http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S0034-83762005000400014&script=sci_arttext)
NARBY,
Jeremy, La serpiente cósmica,
Takiwasi/Racimos de Ungurahui, Perú 1997.
NARBY,
Jeremy y HUXLEY, Francis, Chamanes a
través de los tiempos, Kairós Barcelona 2005.
OLAVARRÍA,
María Eugenia, Análisis estructural de
mitos yaquis, Tesis de Etnología, Escuela Nacional de Antropología e
Historia, México DF 1985 (mimeo)
OMS,
Informe sobre La epidemia mundial de
tabaquismo, Ginebra, Suiza 2013 (en:http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/85382/1/WHO_NMH_PND_13.2_spa.pdf?ua=1)
OSUNA
Gómez, Fernando, “El tabaco no mata”, en La
toga, Ilustre Colegio de Abogados de Sevilla, Nº 183, Agosto - Octubre 2011
(consultado en http://www.latoga.es/detallearticulo.asp?id=151111103535&nro=183&nom=Agosto%20-%20Octubre%202011)
PATRICE
SOMÉ, Malidoma, “Proyectiles invisibles en Africa” en NARBY y HUXLEY 2005:
219-223.
PUIG
DOMENECH, Ramón, “Posibilidades terapéuticas de la planta del tabaco”, en
revista Cultura y drogas, núm. 13(15), 2008: 39-58 (consultado en http://200.21.104.25/culturaydroga/downloads/culturaydroga13(15)_4.pdf)
RUBIO,
Horacio y RUBIO, Alessandro, “Breves comentarios sobre la historia del tabaco y
el tabaquismo” en revista ARTEMISA, Instituto Nacional de Enfermedades
Respiratorias de México, Vol. 19, núm. 4, oct.-dic. 2006: 297-300 (consultado
en www.medigraphic.com)
SHANON,
Douglas, El chamán de los cuatro vientos,
Siglo XXI, México 1980.
SUMMER
RAIN, Mary, Curaciones chamánicas,
Martínez Roca Barcelona 1992.
SZASZ,
Thomas, Nuestro derecho a las drogas,
Anagrama, Barcelona 1994.
ZOLLA,
Carlos (coord.), Diccionario
Enciclopédico de la medicina tradicional mexicana, Instituto Nacional
Indigenista 1994.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario