El número de personas que estudia Antropología en nuestro país, ha ido aumentando sensiblemente en los últimos años. Por eso, nuestra profesión ve incrementarse el problema del desempleo, que es una problemática común para casi todas las profesiones en el Perú (y no solamente en el Perú, por cierto, sino que el caso es general, en este mundo globalizado).
Lo que agrava aún más la situación del Antropólogo, es el hecho de que, en los trabajos donde debe él estar ejerciendo la profesión para la cual se ha formado, ponen a personas de cualquier otra profesión –por increíble que les pueda parecer a muchos- dejando de lado al profesional que ha estudiado la carrera de antropología.
Por esa razón, encontramos a los antropólogos que, al culminar sus estudios profesionales, se ven obligados a ponerse a trabajar de lo primero que encuentren. Casi podemos decir que el antropólogo tiene que trabajar en cualquier cosa, literalmente hablando.
Es el mismo caso de aquel mexicano que señalaba que había estudiado antropología para ponerse a vender tacos. Los antropólogos nacionales, tienen que ser taxistas, vendedores ambulantes, o dedicarse a cualquier otra actividad que les permita una entrada con la cual subsistir, una entrada para poder simplemente subsistir, aunque no sea una subsistencia que, ni medianamente, se acerque a lo que debe ser una vida con características inequívocamente humana.
Para que una forma de vida sea realmente humana, se precisa tener lo indispensable para vivir. Y vivir, por supuesto, no es vivir en soledad ni es solamente comer y vestirse, sino también educarse y recrearse de las múltiples maneras en que una persona y su familia –porque todos tenemos el derecho de formar una familia- pueden hacerlo para elevar su condición de vida.
El antropólogo, en su mayoría, no tiene, lamentablemente, una vida que le permita vivir con cierta comodidad, pero es cierto que, trabajando en lo que fuere, si dedica sus esfuerzos honestamente, ese trabajo sí es digno, porque todo trabajo dignifica.
Una de las funciones primordiales que tiene este capítulo del Colegio en Lima, es defender el derecho del Antropólogo a trabajar en su campo profesional, según se establece en la Ley del Colegio de Antropólogos (tanto como defender las condiciones honorables de trabajo, si es que trabajan en su propia área de formación profesional).
Para que todo ello, es decir, para que lo que estamos enunciando no sea simplemente una cuestión declaratoria, una cuestión de buenas intenciones –"de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno", reza el dicho popular- , comenzamos poniendo a disposición de todos nuestros colegas, la dirección del Colegio Profesional de Antropólogos de Lima:
Colmena 661, segundo piso, Lima-1.
Les damos nuestro teléfono
782-3236
y también el e-mail:
tutaykiri@gmail.com
Les hacemos conocer que, invariablemente, tenemos reuniones ordinarias los días miércoles de cada semana, a las
17:00 horas (05:00 pm.)
en nuestro local.
Aunque no nos interesa la confrontación vana, con quienes usufructuaron de nuestro Colegio profesional -en provecho personal-, señalamos que nosotros hemos roto por completo con las actividades cerradas que caracterizaron a quienes estuvieron ilegalmente al frente de nuestra institución por casi veinte (20) años... y, presumiblemente, sin contar con el título profesional adecuado ya que -según nuestras indagaciones- no están registrados ni en la Asamblea Nacional de Rectores, ni en las universidades donde ellos dicen haber estudiado.
Todo lo que nosotros hagamos, será hecho con claridad, transparencia y honestidad. Nuestros colegas pueden colegiarse e inquirir por las actividades del CPAL sin ningún reparo.
Estamos al servicio de los Antropólogos de Lima.
Servirlos es nuestra razón de ser.
Estamos avanzando, lenta pero seguramente, en la solución de la infinidad de problemas que han dejado quienes se hicieron dueños del CPAL para sacarle provecho y utilizarlo para el beneficio personal.
Cada paso que damos está refrendado legalmente. Por eso es que nuestra elección estuvo siendo asesorada por la ONPE (lo que pueden ver en el enlace que tenemos en la parte derecha, que los lleva directamente a la página web de ese organismo estatal para que lean la versión oficial y no se fíen por lo que se pueda decir sin fundamento alguno http://www.onpe.gob.pe/prensa/prensa02A.php?id=6554).
En esta revista, TUTAYKIRI -que es, ante todo, una tribuna para que nuestros colegas publiquen sus obras-, se podrá encontrar información de diferentes organismos que dan becas, de asociaciones y colegios de antropología, de revistas virtuales, etc. Simplemente tienen que ir a la parte inferior de esta revista y hacer click en el enlace que deseen.
Poco a poco iremos alimentando aún más estas secciones que son de interés y utilidad para nuestros colegas y también -¿por qué no?- para los estudiantes de Antropología.
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