NOTA BENE:

Revista Internacional del Colegio Profesional de Antropólogos de Lima. Sede: New York.


domingo, 26 de septiembre de 2010

Violeta Carnero ha partido... y con nosotros se quedara por siempre.



Violeta Carnero Hoke ha partido... ha partido en busca de su amado Gustavo Valcárcel, aquel ser humano que jamás dejó de estar vivo para quien vivió únicamente para amar, vivió para amar todo aquello que los hizo vivir y que permitió que la vida se preservara incólume. Porque dentro del corazón de aquellos que vivieron amando, nadie muere nunca. Porque vivieron peligrosamente. Porque vivieron para ofrecer su corazón sangrante, pero alegre, a quienes vieron en ellos el signo del amor humano siempre fresco y rozagante.

Violeta y su entrañable esposo Gustavo, se dieron por completo a todos quienes necesitaran de ellos, incluso cuando no sabían que los necesitaban.
Violeta y Gustavo -al lado de sus hijos-, hicieron, de su entrega incondicional a los demás, el motivo más prístino de su vida... de la vida que dejan ahora que han partido sin poder alejarse, sin poder dejarnos jamás... porque los dos han partido ahora que Violeta se va.

Nuestra querida colega Rosina Valcarcel ha sentido llegar, en medio de su poesía, el llamado de la distancia, que jamás deja de doler, incluso cuando sabemos que jamás nos deja quien se va.
Nuestra apreciada poeta y luchadora de nuevos mundos donde la justicia se impone, ha visto marchar a su madre... Violeta cuya vida transcurriera entre poemas, luchas, destierros, regresos... siempre regresos y jamás olvidos, porque todo lo que vivió Violeta, lo sembró con las semillas de amor más hermosas en el corazón de aquellos que hemos quedado como sus hijos, sin ella saberlo, y nos hemos impuesto así a pesar de todo, porque Violeta tenía siempre el regazo presto para dar su amor incluso a quien no lo merecía, pero lo necesitaba.

Rosina, corazón de los amores siempre vivos, que florecen en todo jardín que apreciamos en tus ojos de niña, que florecen en el corazón que es el legado más hermoso de tu madre, que es el legado más precioso de tu padre. Eres tú todo un corazón que emerge de la presencia eternamente grande de tus padres. Las madreselvas que están siempre en flor -como dice la canción y que eran las preferidas de tu maestro José María Arguedas, poeta y antropólogo como tú-, se conjugan con las hermosas siemprevivas para ofrecernos esos jardines colgantes maravillosos que Semiramis te cede para que tú los hagas florecer con las más preciosas flores, flores que siempre están retoñando en nuestros corazones, que es el tuyo propio.


Ya no hay lágrimas que puedan hacer surgir los diluvios que dan vida a los ríos nilos, a los ríos Tigris y Éufrates que regaron ese jardín tan hermoso que fue Sumeria... Solamente atinamos a mirarte con nuestros corazones sangrantes, mientras el río Rimac sufre en el preciso instante que se dirige a tu morada de versos amurallada. Siempre has tenido un corazón que no reposa, una mente que no descansa. Como tu maestro excelso José María, has sido llevada de la mano por ese gran Apurímac, que brota de todo río Amazonas que contemplamos rutilante de hermosas mujeres, que ya no son míticas desde que las amazonas se encarnaron en Violeta... la luchadora de nuevos mundos, la luchadora de los amores dadores de vida, la luchadora de los sueños más hermosos y vitales.

Rosina, colega nuestra, recibe nuestras acongojadas palabras, nuestros adoloridos sentires, nuestros silencios que no pueden saltar aún los muros más altos del amor fraternal.

Nuestro cariño de colegas, se acerca a ti mirándote de frente, como siempre solía mirar nuestro César Vallejo... de costado.

El dolor que vive en nosotros no permite que las palabras salgan como hubiéramos querido... callaríamos eternamente este dolor que emerge silenciosamente de nuestro ser más profundo, pero ya no podemos callar... Los ríos de la vida han de llevarse esos dolores que anunciar el parto de todo presente donde el llanto anuncia vida, aquella vida que Violeta supo sembrar siempre, siempre...

El Colegio Profesional de Antropólogos de Lima, se acerca a ti ahora como siempre estuvo a tu lado, se acerca sin haberse jamás alejado de ti, se acerca para llorar contigo esas lágrimas que no deben vernos derramar aquellos que piensan que tenemos que ser "fuertes", sin darse cuenta que la mayor fortaleza consiste en mostrar el dolor cuando este dolor es tan grande que no se puede mostrar.

Ya no podemos callar más Rosina, y llegamos a tu lado para seguir llorando aquellas lágrimas que el silencio permitió que salieran a raudales sin que nadie se enterara... sin que nadie se enterara, hasta ahora en que lo decimos y sabemos que nuestras palabras... decimos que quizás nuestras palabras... ¡Por qué tenemos que decir lo que el corazón grita con tanto dolor! ¡Por qué tenemos que expresar con palabras lo que no alcanzamos a decir porque nos ahogamos en el dolor!

Te hacemos llegar querida Rosina, amiga nuestra, hermana nuestra, compañera nuestra, nuestros más sentido pésame...

Walter Saavedra
Decano
Colegio Profesional de Antropólogos de Lima.



http://www.scribd.com/full/38159191?access_key=key-bezd7997q54petl0wkz

Violeta Vuelve a San Marcos


LOS DADOS ETERNOS

Para Manuel González Prada, esta emoción bravía y selecta, una de las que, con más entusiasmo, me ha aplaudido el gran maestro.

Dios mío, estoy llorando el ser que vivo;
me pesa haber tomádote tu pan;
pero este pobre barro pensativo
no es costra fermentada en tu costado:
¡tú no tienes Marías que se van!

Dios mío, si tú hubieras sido hombre,
hoy supieras ser Dios;
pero tú, que estuviste siempre bien,
no sientes nada de tu creación.
Y el hombre sí te sufre: ¡el Dios es él!

Hoy que en mis ojos brujos hay candelas,
como en un condenado,
Dios mío, prenderás todas tus velas,
y jugaremos con el viejo dado...
Tal vez ¡oh jugador! al dar la suerte
del universo todo,
surgirán las ojeras de la Muerte,
como dos ases fúnebres de lodo.

Dios mío, y esta noche sorda, oscura,
ya no podrás jugar, porque la Tierra
es un dado roído y ya redondo
a fuerza de rodar a la aventura,
que no puede parar sino en un hueco,
en el hueco de inmensa sepultura.

César Vallejo, 1918




Monologo de Manuel Gonzalez Prada, por Rosina Valcardel

2 comentarios:

Silvia Valcàrcel dijo...

Emociona y da orgullo tanta muestra de afecto hacia Violeta, madre y combatiente, gracias a mis colegas antropólogos, a Walter, en particular. Abrazos

Colegio Profesional de Antropologos de Lima dijo...

Nada tienes que agradecer Silvia. La vida que se da para florecer en otros, como Violeta la dio al lado de su esposo Gustavo, es digna de ser relievada... Más aún cuando ella sigue viviendo en sus obras, las mayores y mejores de las cuales son precisamente sus hijos...
Muchos abrazos amiga mia.
Walter.

East Elmhurst, New York, United States

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