El Presidente Alan García Pérez acaba de declarar hoy -31 de diciembre, último día del año de 2010-, que el 2011 será declarado Año del Centenario del descubrimiento de Machu Picchu.
En todo este tiempo -en los últimos tiempo, específicamente-, el gobierno tenía ya su opción escogida, más allá de las discusiones que se daba en los periódicos, los blogs, el Congreso, las calles... Ha optado por algo que no supone mayor conflicto político, como hubiera sido el de otros casos.
El tema Machu Picchu ha venido acaparando la atención nacional e internacional, y la celebración que se hará en el monumento histórico nacional, congregará la atención del mundo entero.
Nosotros –el Colegio Profesional de Antropólogos de Lima- habíamos propuesto que se denominara Año del Centenario del Nacimiento de José María Arguedas. Pero el tema se había politizado demasiado, en los últimos tiempos. Optar por este escritor supondría un golpe para Mario Vargas Llosa, la vedette intelectual del momento por su obtención del Premio Nobel de Literatura (algo que nos enorgullece, más allá de las polémicas políticas, por supuesto, ya que nunca hemos sido afines a los dicterios políticos que exhibe el ganador del Nobel).
Llamarle al 2011 año del Nobel de Mario Vargas Llosa, o algo por el estilo, supondría una pugna mundial de grandes dimensiones. Políticamente no le convenía al gobierno tomar parte oficial por uno y otro escritor.
Ya el tiempo ha pasado, el anuncio ha sido hecho hoy, 31 de enero de 2010, en la mañana, obviamente, para no dar tiempo a las reacciones negativas puesto que todo está ya listo para poner en efecto tal denominación. Y ¿quien, en su sano juicio, podría oponerse a que el 2011 lleve el nombre de Machu Picchu? Ha sido una movida muy política, astuta, diplomática, del gobierno de Alan García Pérez.
Hasta hace pocas horas se seguía discutiendo ardorosamente sobre la denominación oficial que debía llevar el año 2011... Nadie, ni siquiera los congresistas -que querían que se denominara Año del centenario de los submarinos-, se imaginaban que esa discusión no tenía sentido. Pero quienes firman la moción congresal, estaban en un ángulo político que no era el del gobernante. Fue también una movida política que no prosperó.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario